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Bullying escolar

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Un niño apuñalado en una escuela de Ovalle, otro al que tuvieron que extirparle un testículo como consecuencia de la 'broma' de que fue objeto por sus compañeros en Osorno, son sólo algunos de los casos de acoso en los establecimientos educacionales, que cada vez se hacen más violentos.

Uno de cada diez alumnos de 8º Básico ha reconocido haber sido víctima de bullying reiterado, según la Encuesta Nacional de Convivencia Escolar, del Ministerio de Educación. La violencia en la escuela es el reflejo de la sociedad. Se tiende a mirar el colegio como un mundo aparte, como si estuviera al margen de la comunidad, pero hay un entorno que hoy es más violento, en la casa, en el barrio, en las calles, en los lugares de diversión, y esto se refleja en liceos y escuelas. Bien lo saben los profesores, que a diario deben lidiar con esa realidad.

Bullying o acoso escolar significan intimidación, persecución y agresión aterrorizante que sufren algunos escolares de parte de sus compañeros. Es la forma cómo la violencia ha ingresado a los colegios y que ha tenido lamentables consecuencias.

Nadie se salva de ello. Estudios del Ministerio de Educación señalan que un 7,6% de estudiantes de colegios particulares pagados, un 9,8% de subvencionados y un 12% de municipales, admite haber sufrido bullying por parte de sus compañeros. En tanto, la última medición a cargo la Superintendencia de Educación, indicó que en 2013 las denuncias de maltrato escolar aumentaron en un 25% respecto de 2012.

El Colegio de Profesores, además, ha denunciado que existe violencia cruzada, ya que los apoderados también agreden a los docentes verbal o físicamente, responsabilizándolos por el rendimiento conductual y académico de los estudiantes. Una encuesta del Ministerio del Interior arrojó que el 11,8% de los profesores han sido agredidos de manera física o verbal en su lugar de trabajo.

El gobierno promulgó en el 2011 la ley contra el bullying. Establece que si un colegio no toma las medidas correctivas, arriesga sanciones de hasta 50 UTM, que podrán duplicarse en caso de reincidencia. Con esta reglamentación, el Mineduc puede multar a los colegios que no tomen en serio el matonaje, tema en el que los padres también tienen mucho que decir. Pero tal vez la solución parta en la casa, y para ello se requiere la intervención de la familia.

Un diálogo necesario

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En el contexto del debate sobre las reformas que debemos enfrentar como sociedad, fuimos recibidos por el ministro de Educación los rectores de universidades privadas con vocación social, la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, la Universidad Miguel de Cervantes, la Universidad Católica Raúl Silva Henríquez y la Universidad Central.

Lo relevante del encuentro fue la oportunidad que tuvimos de plantear en qué contexto debe ejercer sus funciones el administrador provisional, en defensa al derecho a la educación y vinculado con este instrumento el rol de la superintendencia, cómo preservamos la autonomía, y cómo avanzamos hacia un proceso de acreditación que acompañe el desarrollo de las universidades. También planteamos la necesidad que una mejora efectiva del sistema de educación debe ser capaz de subordinar todos los intereses particulares para llegar a una visión de conjunto, que permita avanzar en calidad e igualdad.

Planteamos que las universidades estatales son indispensables y como tales tienen todo el derecho a que su dueño les entregue un aporte especial. Pero además hicimos presente nuestra disposición a colaborar con el proceso de reforma, porque consideramos que nuestra experiencia es necesaria, como lo hizo presente el informe de la Ocde, en la que indicaba con acierto, que las Universidades del Consejo de Rectores (Cruch) no reflejaban la diversidad de la educación superior en Chile.

Echamos de menos una instancia de diálogo institucional que refleje efectivamente toda la complejidad de nuestra educación superior, y que desde esa perspectiva podamos hacer nuestro aporte. En este contexto, no deja de sorprender la decisión del Cruch, de que al menos hasta el 2017 no permitirá el ingreso de nuevas universidades al sistema único de admisión, al que actualmente adscriben 25 planteles de los llamados tradicionales y ocho privadas.

La decisión en el contexto actual se justifica menos que nunca, primero porque las razones que se dieron más parecen una excusa que una fundamentación. Se habría 'congelado' el ingreso porque se está a la espera de implementar las recomendaciones que la consultora Pearson formuló a la PSU. Si asumimos ese punto como válido, lo cierto, es que uno de los debates que se ha hecho presente con fuerza en todos los niveles educacionales ha sido acerca del sistema de selección. Y si ése es el problema, la solución no pasa por circunscribir el análisis a un grupo reducido, sino que es necesario abrir el espacio de debate, no sólo para avanzar en ese punto, sino para asumir que esta reforma profunda que demanda la sociedad en materia educacional exige un compromiso genuino de todos los actores que hacen parte del sistema de educación superior.