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La hermosa herencia de Lota

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La historia de Lota está marcada, o más bien tiznada, por el carbón. Por su extracción, por la forma de vida de los mineros, por sus luchas sociales y políticas, sus sacrificios y miserias, por el final que tuvo la actividad y que aún pena en la comuna con uno de los más altos índices de pobreza y cesantía del país. Sin embargo, de la historia y la memoria de esa ciudad junto al mar perdura algo muy bello y que no todos conocen: la cerámica artística de Lota.

'Suite Francesa', el libro que hizo mundialmente conocida a la escritora ruso-judía Irene Nemirowsky, describe cómo un grupo de judíos residentes en París deben huir ante la eminente invasión de los alemanes, en la Segunda Guerra Mundial. Se preguntan desesperados qué llevar en la huida. Todos eligen aquello que les es más querido y que allí donde estén les pueda recordar el hogar que debieron dejar.

Tras leer el libro hice el ejercicio ¿qué llevaría conmigo si tuviera que abandonar intempestivamente mi casa? Me respondí sin duda: mi pequeña colección de cerámica de Lota. Esas delicadas figuras no solo me evocarían mi casa, sino la de mis padres y mis abuelos, donde las conocí.

La fabricación de objetos de cerámica de Lota y la explotación del carbón tienen una historia común, a partir de mediados del siglo XIX y principios del XX ,con gran auge desde 1940 a 1951, donde en sus talleres se creaban verdaderas obras de arte. En un álbum de fotografías titulado 'Establecimientos de Lota/Cerámica' se observa una imagen con jarrones y maceteros para jardín; donde se lee el año 1884, correspondiente al período en que Isidora Goyenechea de Cousiño impulsaba el diseño y ornamentación del parque de su residencia. Esta línea de producción se desarrolló a petición suya y siguiendo sus indicaciones de diseño.

Figuras infantiles, personajes de cuentos, jarrones, floreros -de las más diversas estilos, formas y colores-, maceteros, ceniceros, platos decorativos, juegos de té, candelabros, posavasos, bustos, iconografía criolla, de animales, religiosa, mapuche y minera, fueron algunas de las piezas que salieron de los talleres de la fábrica de cerámica, a la que se recuerda en una sala del Museo de Lota.

Hoy es materia de interés de anticuarios y de coleccionistas y una parte importante se preserva en el Museo de Artes Decorativas de la Recoleta, en Santiago y en el Museo Tomás Stom de Chiguayante. Importante material fotográfico está guardado en la Biblioteca Nacional.

Historiadores, antropólogos y sociólogos se han dado también a la tarea de estudiarla. Uno de ellos es el académico de la Universidad del Bío Bío, Héctor Uribe Ulloa, autor de Cerámica de Lota. Patrimonio Cultural de un Pueblo y que contiene incluso testimonios de las ceramistas originales y sorpresas como que el destacado artista Eugenio Brito fue diseñador y decorador de los productos de porcelana, muchos de los cuales muestran una clara influencia de las tendencias predominantes entonces en el Viejo Continente.

¿Por qué los niños, niñas y adolescentes deben crecer junto a su familia biológica?

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La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (CDN) y las modalidades de cuidado alternativos, directrices en las que se enmarca el trabajo de Aldeas Infantiles SOS, establecen como última opción el recurso de alejar al niño (a) de su familia biológica. Pero hoy, lamentablemente, esta situación está lejos de la realidad nacional.

Si bien el número de niños y niñas 'institucionalizados' ha disminuido, sólo en nuestra organización acogemos a cerca de 1.000 niños, niñas y adolescentes. Pese a que en 1990 Chile ratificó los lineamientos de la CDN, aún existe un número indeterminado de niños y niñas privados de su derecho de vivir en familia.

Cuando todos los sistemas de prevención y promoción han fallado, los niños y niñas por disposiciones legales llegan al sistema residencial. Porque creemos que el núcleo familiar representa el mejor lugar donde un niño puede crecer y desarrollarse, trabajamos con diligencia en las reintegraciones, cuando éstas son factibles. Un equipo multidisciplinario crea vínculos con las familias de orígenes para proveerlos de todas las herramientas para que ellos se empoderen y salgan adelante. Se trabaja en desarrollar y fortalecer capacidades parentales y rehabilitaciones cuando son necesarias. Cuando se han agotado todas estas instancias, las familias adoptivas se convierten en una buena alternativa para proteger los derechos de los niños.

Pero no sólo se trabaja desde la organización con las familias que ya perdieron el cuidado de sus hijos, también con las comunidades para prevenir negligencias, malos tratos y vulneraciones graves. Esto se hace a través de diversos talleres y actividades que forman parte y dan vida a los programas de Fortalecimiento Familiar. En estos proyectos, el desarrollo de las capacidades parentales y el desarrollo comunitario es el foco de nuestra intervención.

Las cifras avalan nuestra labor en pro del empoderamiento del núcleo familiar. Aumentamos significativamente el trabajo en la prevención para que las familias no pierdan el cuidado de sus hijos e hijas, pasando de 453 a 1.252 familias sólo en el último año. Hace 5 se trabajaba con el 12% de las familias, hoy llegamos al 66%, lo que nos ha permitido que los niños regresen más tempranamente a su familia. En 2009, los niños se demoraban casi 6 años en regresar a su hogar, hoy gracias al trabajo de revinculación demoran 3,6 años de promedio.

La ONG Aldeas Infantiles es pionera internacional en la entrega de cuidados alternativos a niños y niñas, operando siempre bajo un modelo familiar personalizado que contempla una cuidadora social quien está presente las 24 horas del día en la vida de los 7 u 8 niños y niñas acogidos por casa. Hoy es tarea de todos luchar porque el Estado y la sociedad civil se alineen con la infancia y las familias en conjunto, con una mirada integral. Debemos trabajar en entregarles a las familias todas las herramientas necesarias para evitar la vulneración de los derechos de nuestros niños, niñas y adolescentes.