El hombre que pulió el arte de la defensa personal
Bernie Lau, a sus 73 años, podría perfectamente pasar como tipo rudo y con cara de pocos amigos por su pasado como ex policía de narcóticos, oficial de la marina de Estados Unidos y maestro de artes marciales. Pero el estadounidense está lejos de inspirar temor. Muy por el contrario, su amabilidad, simpatía y optimismo impresionan: 'Es que soy feliz y nada mejor que despertar cada mañana con una sonrisa y saludar a cada persona que ves en la calle', comenta.
Son los principios que le fueron inculcados desde niño siendo exponente del arte marcial, allá por 1955 cuando sólo tenía 14 años y después obteniendo su grado Sho Dan y Ni Dan en Japón de manos del propio fundador Sensei Morehei Ueshiba.
Lau es una verdadera leyenda y experto en el arte de la defensa propia, capaz de hacer aullar de dolor a su rival aplicando una de sus tantas llaves en cosa de segundos y sin expresar siquiera una contorsión en su rostro. Es que diferentes experiencias de vida lo impulsaron a buscar técnicas más eficientes de defensa personal creando así el Icho Ryu.
Ya retirado de la enseñanza formal, Lau ha viajado varias veces a Chile gracias a gestiones del sensei Osvaldo Rodríguez. Juntos, de hecho, fundaron el año pasado la 'Asociación Bernie Lau Icho Ryu Aiki Bujutsu' con el objetivo de impartir sus conocimientos en la zona. De hecho, su última visita duró dos meses y hoy, precisamente, toma vuelo rumbo a Seattle con la esperanza de volver para Año Nuevo. 'El objetivo es que nuestra escuela siga creciendo y que los alumnos sean capaces de superar a sus maestros. Esa es nuestra filosofía', comenta.
'Siempre inculco mirar el lado positivo de la vida. Que frente a un inconveniente se llame 'situación' y no 'problema' porque así siempre existirá una solución. Y si amanece lluvioso, no deprimirse. Siempre hay que sacar el lado bueno de las cosas', explica.
SU TESTIMONIO
Lau escribe actualmente su segundo libro llamado 'Los años decadentes' y que se refiere a su etapa posterior a la de policía. El primero, denominado 'Dance with the Devil' ('Bailando con el Diablo') recopila precisamente una de sus etapas de vida más peligrosa, cuando fue detective encubierto en el narcotráfico por casi 10 años.
En todo ese tiempo convivió con la mafia bajo su alter ego Johnny Medeiros, traficante y adicto a las drogas y muchas veces jugó con la muerte, como aquella vez que ingresó a una casa en la que no lo conocían y donde se traficaban anfetaminas. De pronto apareció un tipo y le apuntó con su escopeta en la cara. Pudo reducirlo con una llave, pero al doblar su brazo alcanzó a percutar varias veces. Lau sintió los disparos a centímetros de su cara. Por fortuna pudo quebrarle la nariz y neutralizarlo.
'De ahí que el peligro poco y nada me importa. Hay que verle el lado positivo a todo y transmitir esa felicidad al resto. La gente acá en Chile es algo fría, pero una sonrisa es suficiente para arreglar un mal día. ¿Cierto?', finaliza.