1914: un pésimo buen año
¿Cómo así? se preguntará usted. ¿En qué quedamos, fue bueno o fue pésimo el año 1914? Las dos cosas. El título es un oxímoron, combinación, en una misma estructura sintáctica, de dos palabras de significado opuestos que originan un nuevo sentido.
1914 fue el año del inicio de la Primera Guerra Mundial, pero al mismo tiempo hace un siglo llegaron al mundo personas que dejarían en Europa y América un legado impresionante y contribuyeron a mejorar el atribulado mundo en el que les tocó nacer.
Es el año del centenario de escritores mayores. En 1914 nacieron Marguerite Duras, escritora francesa (nacida en Saigón, pero que vivió y escribió en Francia); Julio Cortázar, el argentino-belga que le dio un vuelco a la narrativa como la conocíamos hasta entonces; Octavio Paz, mexicano, Premio Nobel de Literatura; y por supuesto Nicanor Parra, nuestro poeta, al que tenemos el gusto de tenerlo aún entre nosotros, pese a su retiro y ostracismo en Las Cruces, hermoso balneario de la costa central.
Es una buena muestra. Marguerite Duras es autora de El Amante, ganadora en 1984 del Premio Goncourt y llevada al cine en una película inolvidable. Es su propia historia, de una niña de 15 años enamorada de un asiático de 23. Escribió, entre muchos otros, un libro pequeño , delicado e inolvidable que se llama 'Es todo' (C'est tout), el recuento de una vida, que puede ser cualquiera vida. Influyó a un buen número de escritores iberoamericanos, y fue guionista de películas inolvidables como Hiroshima, mon amour.
Julio Cortázar es recordado en su país, Argentina, y en diferentes partes del mundo con charlas, conferencias, videos, lecturas, análisis, reediciones de sus libros más famosos. Fue un innovador, le dio una vuelta de tuerca a lo que conocíamos en materia literaria, cuando hace medio siglo irrumpe con 'Rayuela'. Cuentista prodigioso, singular, apabullante, ya lo sabemos no se ganó el Nobel, pero que se lo merecía.
Octavio Paz es un novelista, poeta y ensayista mexicano, Premio Nobel 1990. Su centenario ha sido celebrado por todo lo alto en su país. Ceremonias solemnes, estudios sobre sus obras, reediciones, homenajes varios a este hombre que fue comunista y se desilusionó que por ese motivo fue denostado en muchas oportunidades. Me subyuga el ensayo sobre 'Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe', mientras que 'El laberinto de la soledad' es una de sus obras mayores, lo mismo que 'El ogro filantrópico' denominación que le da al Estado.
Y para el último, pero no menos importante, Nicanor Parra, quien el 5 de septiembre próximo cumple cien años. Algunos pendones con sus poemas, y su rostro, cuelgan de algunas farolas de mi barrio. La revista Atenea, que conmemora sus 90 años, anuncia un número especial dedicado al poeta que se llamará 90 y 100. El Mercurio le dedicó enteramente el suplemento Artes y Letras y se anuncian las actividades del proyecto Parra 100 que tendrán como escenario el Centro Cultural Gabriela Mistral. Seguramente es solo el inicio.