Lograr reconocimiento y apoyo es uno de los objetivos de quienes publican estas imágenes en internet. Sin embargo, puede haber efectos negativos en personas con una baja autoestima.
El cuestionado interés por exponer la vida privada, retratándola en imágenes capturadas con los teléfonos celulares es considerado, por algunos expertos, como un resultado de las actuales formas de interacción social.
Uno de los más masificados son las selfies, fotografías tomadas a sí mismos, ya sea con una cámara independiente o de un celular
Las usie, en tanto, son una de las variación de la anterior, ya que mientras en las primeras se busca retratar a una persona (el autor de ésta, que es quien tiene en su mano la cámara), en las usies se toma una foto a un dos o más personas (fotos grupales). La famosa fotografía grupal de los Oscar, capturada por la conductora Ellen Degeneres, y que rompió récords en retuiteos, fue una de las más claras demostraciones de lo popular que se han convertido estas imágenes.
Otro dato que cabe tener en cuenta para entender la masificación de las selfies (y sus derivados) es que en la mayoría de los casos, dichas imágenes son compartidas a través de las redes sociales.
VIDA PRIVADA
El director de la escuela de Psicología de la Universidad Santo Tomás Concepción, Rodolfo Álvarez, explicó que de por sí a los jóvenes les gusta exponerse, dado que para ellos es una forma de mostrarse y atraer, lo que trasciende a lo sexual.
"En esta etapa andan en busca de algo que les genere identidad y una estrategia es hacerlo a través de las redes sociales. En ocasiones creen que esto es privado y lo suben sólo para sus conocidos, pero lamentablemente puede ser visto por cualquier persona y ahí es donde está el riesgo", manifestó.
Según detalló el especialista, esta situación, en otras personas (no adolescentes) responde a modas, por lo que quedar fuera de ésta implica pérdida de estatus, en el caso de los más tecnológicos.
Uno de los principales problemas asociados a esto es que es fácil caer en el exhibicionismo.
"Desde mi punto de vista, la controversia está en definir cuál es el límite de exponerse privadamente", planteó.
Sin embargo, detrás de esta conducta se esconde la necesitad de contar con apoyos, ya que es mediante ellos que se recibe la evaluación y aceptación de los otros, debido a que por sí mismos no pueden o no logran tal integración.
EFECTOS EMOCIONALES
La psicóloga y directora del área de Humanidades y Educación de Inacap Concepción-Talcahuano, Evelyn Martínez, comentó que las selfies, como autorretratos, buscaba en sus inicios eternizar un momento importante o una situación especial para el fotógrafo.
Pero fue con la masificación de la tecnología y las redes sociales que las selfies variaron sus objetivos. Según la profesional, hay quienes que encontraron en esta acción un espacio ideal para presumir o compartir logros.
"Estas fotos atraen por ser más espontáneas, menos acartonadas y, sobre todo, por permitir que ese registro visual se comparta de inmediato en las redes sociales, lo que les hace ganar esa visibilidad que hoy muchos desean y necesitan", sostuvo.
En cuanto a los efectos emocionales que esta exposición trae consigo, Martínez indicó que van a depender de la motivación detrás de las fotos. "Si es por diversión o para compartir logros, experiencias, penas o alegrías con el grupo cercano en momentos específicos de la vida, no hay implicancias negativas", afirmó.
Dicho efecto se podría evidenciar en personas con baja autoestima, que necesitan la aprobación de los demás, quienes podrían llegar a abusar de este medio para conseguir apoyo.
CORRECTO USO
Bastan pocos segundos de distracción para que ocurran accidentes, por lo que lo apropiado es utilizar las herramientas tecnológicas teniendo la concentración totalmente dedicada a ello.
Así lo recomendó el director de las carreras de Prevención de Riesgos de Santo Tomás Concepción, Alejandro Bianchi, quien aconsejó que al tomar una selfie, lo ideal es detenerse y dedicarle un tiempo a la captura de la imagen.
Sobre los riesgos de manipular un celular al manejar en un vehículo, el experto sostuvo que equivale a conducir en estado en ebriedad, ya que "se recrean conductas similares con la misma pérdida de reflejos en el volante, con la salvedad que no existe alcohol de por medio".
Desde tropiezos o golpes, hasta accidentes graves son algunos de los riesgos que estas prácticas sin cuidado conllevan. Los casos más extremos incluyen resultados fatales, como el caso dado a conocer una semana, donde una mujer falleció al tomarse una selfie mientras conducía.
"Hay que hacer hincapié en que la fotografía (o el distractor que sea) no son en sí mismos los causantes de los accidentes, sino la falta de precaución de cada persona, en un momento en que y la concentración debe estar orientada a otros aspectos", sostuvo Bianchi.