Es el periodo entre marzo y junio el de mayor trabajo en el año, por renovarse las directivas en distintos organismos.
Los periodos eleccionarios en el país sólo pueden llevarse a cabo gracias a la labor de algunos actores. Sin contar los propios ciudadanos que ejercen el voto y el Servicio Electoral que atiende la mayoría de las dudas personales del proceso democrático y se encargan de la ejecución del mismo, los tribunales electorales son, finalmente, quienes tienen la ultima palabra respecto a la labor realizada.
En Tribunal Electoral Regional, TER, sólo califica o revisa tres tipos de elecciones de representación popular: alcaldes, concejales y, por primera vez el año pasado, consejeros regionales. Las últimas de este tipo se calificaron sin mayores problemas -salvo algunas dificultades con las actas en las municipales de 2012- pero, ¿qué sucede con el TER en los periodos intermedios a las elecciones?
Aunque su labor es silenciosa, no se detienen y los escritorios se mantienen llenos de papeles. Entre ellos el de Pedro Villalón, oficial primero del TER, quien ejerce en el organismo desde su fundación en 1987, y que por estos días se encarga de calificar y recibir reclamaciones por diferentes procesos eleccionarios de organismos intermedios, como juntas de vecinos, organizaciones gremiales, colegios profesionales, clubes deportivos e incluso organizaciones religiosas.
Es justamente el periodo entre marzo y junio, cuando se renuevan las directivas, el de mayor trabajo. En lo que va de este año, informó Villalón, llevan 40 causas entre reclamaciones y calificaciones electorales. En un año normal pueden llegar a 150 de las mismas.
"La persona presenta una reclamación. En juntas de vecinos basta sólo un socio del organismo para hacerlo. Tienen que indicar el motivo de esta reclamación, se notifica a la persona a quien se dirige este reclamo, y se hace un publicación en el diario, teniendo la otra parte derecho a contestar. Ahí se abre un periodo de prueba, con testigos, y terminado ese periodo, el tribunal resuelve. Aquí la extensión del proceso depende del reclamante y de los trámites, puede ser de un mes hasta seis meses".
Relatado por Villalón, a grandes rasgos, éste es el proceso para realizar una reclamación por alguna elección. Un proceso totalmente gratuito, donde el reclamante sólo tiene que cancelar la publicación en algún diario y al receptor judicial.
La mayoría de los reclamos vienen de la Provincia de Ñuble, por contar con más comunas y mayor cantidad de ruralidad. Coronel y Lota son otras de las comunas con mayor cantidad de causas.
Si se tratara de resumir, las elecciones de representación popular implican gran cantidad de tiempo y recursos, pero no suelen mostrar dificultades. Pero, si se trata de juntas de vecinos, la situación se revierte.
"La elección de una junta de vecinos es más peleada que una presidencial. Menos votos, más candidatos, más intereses y menos conocimiento de la ley. Muchas veces hay muy buena voluntad, pero no se conocen las normas", relata Villalón. Lo que sucede aquí, explica el oficial, es que "aunque las municipalidades hacen uso de especializaciones y capacitaciones para organizaciones comunitarias, cuando se renuevan las directivas todo vuelve a cero".
Ese es uno de los principales problemas, explicó el oficial, con los que se encuentran a la hora de las revisiones. A este se suma la necesidad de aplicar criterio y sentido común al presentarse reclamos mal redactados, o cuando ciertos estatutos presentan incoherencias. La censura de algunas directivas electas en los organismos es otra de las grandes complicaciones, pues aunque están consideradas en los estatutos, no suelen hacerse según los requisitos, lo que genera problemas.
Si se trata de elecciones tradicionales, el principal problema se relaciona con la inscripción de candidatos, sobre todo independientes, que a veces son rechazadas desde el Servel, llegando incluso a 90 reclamaciones.
Sin embargo, a nivel de calificación, los problemas han ido disminuyendo gracias las nuevas tecnologías y mecanismos de conteo, que han hecho cada vez más fácil la labor de revisión.