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Asaltos en el comercio

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La Décima Encuesta de Victimización, realizada por la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile (CNC) y GFK Adimark, ha señalado que aumentaron en 3,3% los casos de robos con violencia en locales comerciales durante el año 2013. Los supermercados y las bencineras fueron los lugares donde se registraron más hechos delictuales.

Este es un sondeo que se realiza en Iquique, Viña del Mar, Valparaíso, Santiago y Concepción. El 45,4% de los comerciantes consultados en esas ciudades señaló que en el segundo semestre del año pasado fue objeto de algún delito y el 54% estima que la violencia con que se realizan esos actos es mayor que hace un año.

A juicio de los comerciantes, la delincuencia no ha bajado y en cambio sube el nivel de violencia con que se cometen los atracos. Además de los robos, que afectan la rentabilidad y la productividad de los negocios, está el temor de los trabajadores, por esta sensación de vulnerabilidad.

La seguridad ciudadana está en deuda con la población, que así lo percibe. Este es un tema que no ha logrado una efectiva solución, pese a las acciones preventivas y represivas que se han tomado en los últimos años. Por el contrario, al revisar las informaciones de prensa, resulta evidente que los delincuentes van actualizando sus procedimientos y tienen claro que el costo de delinquir es bajo.

Los asaltos a viviendas, los atracos con intimidación en negocios, robos de cajeros y los asaltos a conductores, son fórmulas que se ven con cada vez más frecuencia y provocan niveles justificados de temor en la ciudadanía, considerando que muchas veces los delincuentes son menores de edad, que saben que no irán a la cárcel.

No hay que olvidar que las encuestas se realizan respecto de las denuncias que efectúan las víctimas, y que la gente está cansada de denunciar porque no ve resultados y, en el mejor de los casos, cuando los autores son detenidos, salen libres para volver a la misma rutina o a tomar venganza contra las víctimas. En consecuencia, hay una cifra negra que no recogen las encuestas.

Todos los esfuerzos que realicen las policías, los organismos de gobierno y la colaboración de los municipios, para hacer frente a la delincuencia, se esfuman cuando el sistema judicial pone en funcionamiento la "puerta giratoria", que permite a los malhechores salir impunes y sentirse más seguros para continuar atacando.

Descarte de pesca

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Para muchos lectores, hablar de descarte de pesca puede sonar a un elemento técnico y especializado. Se trata de la devolución de pescado al mar por los mismos pescadores, una vez que éste ya ha sido capturado.

En las últimas semanas, se ha discutido en los medios el descarte para las especies sardina común y anchoveta, principales recursos pesqueros en nuestra región. En este caso, el descarte tiene efectos sobre la conservación del recurso, porque lo que se devuelve por la borda, vuelve muerto al mar.

Uno de los problemas que produce el descarte es que se produce una diferencia entre la cantidad de pescado que se desembarca, y que se contabiliza para completar las cuotas de pesca, y lo realmente capturado. Es decir, la cuota calculada para fines de conservación del recurso puede ser ampliamente excedida si el descarte es importante.

Para enfrentar esta situación, el gobierno implementó un programa de investigación para cuantificar el descarte. Las razones por las cuales se descartan estas especies son de carácter económico, social y normativo. La gran mayoría de las embarcaciones que operan en esta pesquería tienen cuotas máximas de captura tanto para sardina común como para anchoveta. Si un pescador excede su cuota, infringe la ley de pesca y debe someterse a las penalidades que ésta contempla. Uno de los elementos que condiciona la pesca de estas dos especies es que son mixtas. Es decir, se encuentran mezcladas en forma natural en el mar.

El arte de pesca utilizado no permite diferenciarlas y al extraer la red del agua el pescador recién se da cuenta de la composición de cada especie que ha capturado. Por otra parte, las cuotas que se entregan a cada pescador son diferenciadas, porque la abundancia de peces varía entre especies.

Actualmente existe relativamente mucha sardina común en relación a la anchoveta. ¿Qué hace entonces, un pescador que tiene cuota para capturar ambas especies, pero se le agota una y no la otra y realiza un lance que tiene gran cantidad de la especie con cuota copada? En muchos casos devuelve la pesca al mar para no ser multado por exceder la cuota.

Los elementos fundamentales que determinan el descarte en este caso son, por una parte, la motivación del pescador por mejorar sus ingresos y, por otra parte, la regulación existente que pretende conservar los recursos marinos.

Es de esperar que el análisis de los resultados del programa de investigación que se está implementando considere que lo importante es entender como los elementos sociales, económicos y normativos confluyen para generar el descarte. Los peces, si bien son actores principales, tienen poco que aportar al respecto.