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Una reforma para todos

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Si bien aún no tenemos claridad respecto de los cambios que el Ejecutivo quiere introducir en el sistema de educación superior, si consideramos a los interlocutores que el gobierno ha considerado con especial atención hasta hoy podríamos concluir que privilegiará a las instituciones adscritas al Cruch. Rectores y alumnos de estos planteles han tenido la posibilidad de reunirse con el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, y plantear sus intereses que pueden ser legítimos, pero particulares y en algunos casos no necesariamente compatibles con el bien de todo el sistema.

Asimismo, los representantes de estas instituciones han concentrado el interés de la opinión pública con sus diferencias respecto al acceso a aportes basales y a recursos para desarrollar investigación. El intercambio de opiniones entre los directivos de las universidades tradicionales y de las estatales por el trato preferente o no preferente que les otorgue el ministerio se ha puesto en el centro del debate. ¿Es este punto realmente relevante? ¿Afecta a un número significativo de alumnos del sistema?

Para responder a estas preguntas, es necesario recurrir a las cifras oficiales. De acuerdo a estadísticas del propio Ministerio de Educación, en Chile en el 2013 hay una matrícula de poco más de un millón cien mil alumnos en la educación superior. Un 42% estudia en un centro de formación técnica o instituto profesional, un 31% cursa una carrera en una universidad privada y un 26% estudia en una universidad del Cruch sea ésta tradicional o estatal. Si consideramos sólo las universidades: un 54% de los alumnos eligió estudiar en una universidad privada fundada después de los 80, es decir, más de la mitad optó por una institución no adscrita al Cruch.

Es relevante que con independencia de los cambios que se quieran introducir, éstos tomen en cuenta las necesidades e intereses de todos los alumnos del sistema y no de una minoría que, por criterios históricos, ha contado siempre con los mayores beneficios fiscales.

Evitar discriminaciones es un deber del Estado sobre todo cuando se trata de otorgar oportunidades a jóvenes que ponen en la educación superior sus esperanzas de lograr una mejor calidad de vida futura. No podemos correr el riesgo de que los privilegios se concentren en aquellos que salen a las calles a marchar o emiten destempladas declaraciones, dejando en desventaja a un grupo tan significativo de alumnos. En estas materias, el gobierno no se puede equivocar si consideramos la enorme cantidad de recursos involucrados. Recursos que, no debemos olvidar, todos los chilenos aportaremos vía impuestos.

Época de prevención

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Tanto Bomberos como los distintos organismos de emergencia han reiterado en la víspera de los días del año con las más bajas temperaturas la necesidad de tomar precauciones para evitar desgracias.

Es un hecho, en el caso de nuestro país, que cerca del 90% de los incendios y emergencias que deben atender los voluntarios bomberiles, durante los meses de mayor frío tienen su origen en estufas y calefactores a leña mal manejados, mal ubicados o sin mantención adecuada.

Esta realidad, que se da principalmente en aquellas zonas del centro-sur del país, debido a sus particularidades climáticas, se traduce en hechos trágicos con pérdidas humanas y materiales muy altas para las familias que las sufren, pero también se trata de un escenario perfectamente previsible y evitable con un poco de preparación cotidiana y de autocuidado personal y comunitario. Más aún considerando que el uso de leña forma parte de la cultura local y es una práctica compartida, frente a la cual se puede actuar en conjunto.

Así como algunas juntas de vecinos se ponen de acuerdo para medir la humedad de la leña o los miembros de una familia compran en conjunto la provisión para el invierno, también pueden acordar fechas de revisión, planes grupales para limpieza y evaluaciones de sus instalaciones con la ayuda de Bomberos.

Estas medidas contribuirían en su seguridad y, de paso, ayudarían a disminuir los índices de contaminación atmosférica, que también suben (principalmente en aquellas comunas que han sido declaradas zona saturada) debido al uso inadecuado de calefactores y de leña húmeda. Por lo mismo, desde el Ministerio del Medio Ambiente se lleva adelante un programa de recambio de calefactores y uno de información para que la comunidad pueda colaborar y mejorar su calidad de vida en las comunas más expuestas a la contaminación.

Pero tanto el trabajo de Bomberos, como el de Medio Ambiente, requieren de una contraparte ciudadana activa, que tome conciencia de estas realidades y pueda contribuir en conjunto, pero desde cada hogar en forma individual en primer lugar, asumiendo una cultura familiar de prevención.