Recién estrenada en salas, se trata del segundo largometraje del chileno Ché Sandoval. Una comedia crepuscular protagonizada por un macho herido, que gatillará tanta compasión como rechazo.
"Por qué será la noche tan larga/ Y alucinada y tan sola y tan desalmada / Si es sólo una larga noche", cantaba Chabuca Granda, como si de alguna manera estuviese describiendo la esencia de las películas de "Ché" Sandoval. Un cine trasnochado, en el que el humor negro da paso a una deprimente sensación de derrota que la luz del amanecer no hace más que acentuar.
El director chileno aún no cumple los 30 años y ya cuenta con dos aclamadas obras, películas crepusculares que transcurren durante una misma noche. "Te creís la más linda" (2009) sigue a un adolescente despechado (Javier) que, atormentado por el fantasma de la impotencia sexual, deambula por Santiago en busca de sensaciones fuertes. Entre ellas, un golpe que le propina un desconocido que está tan arruinado como él en la barra de un bar. Es El Naza (el cineasta Sebastián Brahm), protagonista de "Soy mucho mejor que voh", cinta recién estrenada el jueves.
MACHO
Como un spin-off de la ópera prima, la película comienza en el mismo bar donde Javier conoce a El Naza… y durante la misma noche. Será el punto de partida de una travesía que en parte empieza cuando este cuarentón -que ha sido abandonado por su mujer tras ganar una beca a España-, intenta llevarse a la cama a dos coquetas amigas, sin éxito.
La aventura continuará en bares, calles y prostíbulos de una ciudad inhóspita. En el proceso, iremos conociendo a fondo al personaje protagónico, un tipo aparentemente progre que, sin embargo, no puede evitar caer en el machismo y el clasismo.
Develar este doble discurso tan común por estos lares -afortunadamente, sin un verdadero énfasis en construir una majadera crítica social-, es apenas una de las intenciones del cineasta.
De paso, se consolida como un hábil creador de diálogos ingeniosos y situaciones encadenadas capaces de acarrear al espectador, como, digamos, Martin Scorsese en la divertida "Después de hora" (1985).
Los retos de Sandoval son aquí múltiples: sostener una película de larga duración sobre los hombros de un personaje, limitarse al contexto de una noche y, principalmente, lograr que nos interesemos por el destino de un tipo desagradable e incorrecto.
Y, contra todos los obstáculos, lo logra. Probablemente, porque los golpes de descalabro que va sufriendo El Naza nos conducen a un sentimiento cercano a la lástima.
A estos méritos debemos sumar una inspirada banda sonora de los cotizados Miranda y Tobar -podríamos considerarlo como un homenaje al jazz trasnochado y disonante que el gran Tom Waits compuso e interpretó para "Una noche en la Tierra", dirigida por Jim Jarmusch en 1991- y una galería de llamativos personajes que van apareciendo en el camino.
"Soy mucho mejor que voh" es la consolidación de Sandoval como un ácido humorista. Un cineasta que ha emprendido un camino propio, lejos del naturalismo y la obsesión por el mundo rural que se ha impuesto en nuestra cinematografía. Esto es distinto: luces de neón, alcohol y rock. and roll.