Vinos con influencia musical llegan al mercado
Juan José Ledesma está trabajando hoy con dos cepas, cabernet sauvignon del Valle del Itata y malbec de San Rosendo.
"Con este proyecto, revolucionario e innovador, buscamos darle acceso a las viñas más pequeñas a un mercado que consume vinos de calidad, diferentes y únicos. Así apuntamos a que estos productores aumenten su competitividad, en una industria que se caracteriza por la alta concentración en muy pocas marcas", explica la ejecutiva de innovación de FIA y supervisora de la iniciativa, Loreto Burgos. También a nivel local, la demanda por vinos premium -cuyos valores fluctúan entre los US$20 y US$ 50 la botella- está en alza.
Influir vinos con vibraciones musicales es una fórmula que está desarrollando el enólogo Juan José Ledesma en la zona de Ñuble y que ahora cuenta con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura.
Viñas Inéditas es la iniciativa que lleva adelante este profesional de la Universidad de Concepción que contó a El Sur que es habitual que quienes degustan vinos lo hagan escuchando música y eso lo tomó como costumbre. Pero un día se le quedaron los audífonos en la casa y puso el teléfono sobre una barrica. El audio resonó y la idea le quedó dando vueltas.
Como le era muy difícil vender sus propios vinos, porque tenía sólo dos variedades y "era muy mal competidor", tenía que buscar una diferenciación. Comenzó a investigar qué influencia podría tener la vibración en las barricas sobre el líquido. Y, tras averiguar, descubrió que había ascendencias y la personalidad del vino se podía interpretar a través de una pauta musical.
Ledesma, que también es músico, dijo que comparte sus ideas con otros jazzistas e improvisando sacan las piezas que luego las colocan a las barricas mediante un sistema que se instala en cada una, con sonidos distintos. Así nació terroir sonoro gracias al jazz fusión.
CEPAS
Actualmente está trabajando con dos cepas, cabernet sauvignon del Valle del Itata y malbec de San Rosendo. Confesó que un principio pensó en comprar el vino a productores locales, pero para lograr el estándar de calidad que buscaba decidió hacerlos él mismo.
El año pasado elaboró 8 mil litros terroir sonoro y algo un poco más que no son intervenidos.
Por lo menos hasta julio de este año el licor estará en barricas de roble francés en el sector de Cato, Coihueco, antes de embotellarlas en envases de 750 centímetros cúbicos.
EVALUACIÓN
Los primeros productos fueron evaluados organolépticamente, mediante una cata a ciegas, por un jurado profesional y otro amateur.
"En las pruebas descriptivas se detectaron diferencias entre los tratamientos y el control. Se percibe claramente que los vinos tratados con el sistema de terroir sonoro tienen perfiles aromáticos más complejos, pero se estima que pueden ser aún más notables en un periodo prolongado de guarda. La idea, entonces, es volver a evaluar en seis meses más", explicó Ledesma.
"Esto representa una potente herramienta de diferenciación con respecto a los vinos convencionales; se trata de un producto elaborado en un círculo de creatividad y arte que se retroalimenta a sí mismo. Al servir una copa y reproducir la música, el consumidor comparte la experiencia creativa del enólogo, los músicos y la naturaleza. Esta herramienta permitirá hacer visibles los vinos de la región del sur", afirma Ledesma.
Indicó a FIA que "los vinos nacionales son relativamente uniformes, basados en pocas variedades, suelos y climas y con técnicas de vinificación y guarda bastante estándar. Esto representa un problema competitivo para cualquier viña, pero es especialmente complicado para los productores pequeños, para quienes su visibilidad ante los consumidores es difícil o casi imposible", destaca Ledesma.
Se estima que el mercado de vinos premium representa alrededor del 17% de las ventas nacionales y un 4% en volumen, es decir 40 millones de litros. Viñas Inéditas pretende llegar a una participación de 0,5% de ese mercado.