Moscú pide que la situación se examine en el Consejo de Seguridad de la ONU. Estados Unidos anuncia sanciones contra rusos.
La tensión en Ucrania va en aumento, luego que Rusia enviara un comunicado en donde advierte que "depende de Occidente que se evite una guerra civil", ante el deterioro de la situación en las regiones rusófonas del sureste de ese país.
El Ministerio ruso de Exteriores propuso que se examine de manera "urgente" la situación de crisis en esas regiones en el Consejo de Seguridad de la ONU y en la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
En el texto, la Cancillería se muestra indignada por la "orden criminal" del presidente interino de Ucrania, Alexándr Turchínov, de utilizar el Ejército para aplacar las protestas prorrusas en el este.
"Exigimos a aquellos que derrocaron al presidente legítimo de Ucrania que cesen inmediatamente la guerra contra su propio pueblo y cumplan con sus obligaciones respecto al acuerdo del 21 de febrero (firmado por el entonces mandatario, Víktor Yanukóvich, con la oposición y con la mediación de varios países europeos en medio de las protestas masivas en Kiev)", señala la nota.
Según Moscú, los países europeos que apoyaron las protestas en el Maidán (la Plaza de la Independencia en Kiev), así como Estados Unidos, "están obligados a poner bajo control a sus pupilos, a instarles a que se distancien de los neonazis y otros extremistas y a cesar el empleo de las fuerzas armadas contra el pueblo ucraniano".
También insta a que se empiece en Ucrania urgentemente "un diálogo nacional con la participación de todas las regiones".
RESPUESTA
A través de una entrevista en ABC News, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Samantha Power, insistió en que si Rusia no actúa para rebajar la tensión, "habrá un aumento de las sanciones" a funcionarios rusos.
Consultada por los movimientos prorrusos en la región de Donetsk, Power opinó que comparten "las mismas señales de lo que vimos en Crimea", región autónoma ucraniana anexionada por Rusia en un referéndum considerado ilegal por EE.UU. y la Unión Europea.