Sufrir en silencio, un problema de la depresión en los hombres
La ayuda profesional resulta eficaz, sin embargo existe poca disposición a acudir a ella. Por esto, el apoyo de las redes cercanas es clave para motivarlos a superar sus dificultades.
Cambios en el ánimo y la rutina son algunas de las características que podrían indicar que un hombre presenta un cuadro de estrés o depresión. Sin embargo, la principal dificultad es que, en la mayoría de los casos, se trata de un problema silencioso.
Las causas pueden ser distintas, ya sean laborales, sentimentales o familiares. Sin embargo, hay que estar atento al efecto que éstas puedan tener, ya que al ocultar estos trastornos se dificulta el acceso a la ayuda.
Mucho de esto se debe a un origen cultural, según afirmó la psicóloga Verónica Andaur Sanhueza, fruto de una imagen en que "es mal visto que un hombre demuestre sus emociones negativas, porque se entiende como signo de debilidad".
Es por lo anterior que, al tener que disimular el sufrimiento, se produce una canalización equivocada, que en vez de ayudar a mejorar, puede agravar un trastorno de depresión.
"Es muy común que los hombres sientan que no pueden manifestar sus sentimientos y terminen expresándolos por otras vías no muy saludables. Algunos se refugian en el alcohol, pueden estar más introvertidos o mostrarse más irritables, agresivos o violentos", detalló Andaur.
Lo anterior genera complicaciones en el ambiente laboral y familiar, debido que al no saber cómo enfrentar esta enfermedad, muchas veces quienes se ven afectados por ella se aíslan de sus cercanos o cambian sus actitudes hacia ellos, aumentan el tiempo que dedican a otras actividades, tienen mayor falta de concentración y de productividad en el trabajo.
MÁS TOLERANCIA
El director de la Escuela de Psicología de la Universidad Santo Tomás Concepción, Rodolfo Álvarez Jara, explicó que aunque tanto mujeres como hombres pueden presentar cuadros de estrés y depresión, existen importantes diferencias.
Las mujeres se caracterizan por presentar en, mayor proporción, trastornos afectivos, como es el caso de las depresiones, además de ser más propensas a generar trastornos ansiosos como estrés.
"Obviamente por condiciones biológicas las reacciones y manifestaciones entre hombres y mujeres son distintas. En los casos de estrés por ejemplo, el hombre tiende a tener una mayor tolerancia, pero cuando llega a niveles muy elevados, las complicaciones o manifestaciones biológicas pueden ser más graves que en el caso de las mujeres, quienes responden con mayor rapidez a niveles más bajos de tolerancia", expuso el académico.
En el caso de la depresión ocurre algo similar, tanto por las condiciones biológicas como sociales. Mientras el hombre se debe mostrar más fuerte y capaz de soportar las penas, a las mujeres se les valora en tanto puedan ser más emocionales y expresivas.
Por esto, según señaló Álvarez, los hombres tienden a soportar a niveles mayores, a pesar de que las reacciones son mucho más intensas cuando se llega a puntos de no retorno.
"Un ejemplo extremo, dentro de este contexto de depresión, es que si un hombre tiene una idea, es probable que la lleve a cabo. En esto puede que una de las consecuencias sea un suicidio, ya que de acuerdo a lo mencionado, las formas de intento en ellos son más efectivas que en el caso de las mujeres", apuntó.
No obstante, estos prejuicios van día a día quedando atrás, por lo que actualmente quienes se ven afectados por estos problemas están más conscientes de las manifestaciones psicológicas relacionadas con la expresión de emociones y afectos, lo que los hace consultar más y buscar ayuda.
El especialista agregó que lo importante es que los hombres logren asumir que la depresión es algo que no saben manejar de buena forma, por lo que deben estar dispuestos a cambiar ciertos hábitos, además de aceptar que los afectos y emociones no son signo de debilidad, sino que son parte de la vida como seres humanos.
DARLES UN EMPUJÓN
Sin embargo, no basta con pensar que pueden superar el problema por sí mismos. Según sostuvo Verónica Andaur, lo mejor que se puede hacer por ellos es acompañarlos y darles el apoyo que necesitan.
Lo primero es identificar algunas señales que puedan alertar la presencia de un trastorno, que, de no ser atendido a tiempo, se podría complicar generando consecuencias de mayor gravedad.
Uno de los cambios que hay que tener en cuenta es un aumento en el cansancio que se podría deber a que, dadas las preocupaciones, no habría un adecuado descanso durante las horas de sueño en las noches, despertando agotados o con fatiga.
"En el ámbito sexual también se pueden observar alteraciones, ya que, también relacionado con lo anterior, el cansancio puede que lleve a los hombres a evitar los encuentros íntimos, lo que también puede deberse a que por los problemas que genera el estrés, haya un cuadro de baja libido. También puede que se dé lo opuesto, y haya un aumento que puede ser peligroso, llevándolos a mantener relaciones con varias parejas", explicó la psicóloga.
Cambios en el apetito, que puede llevar consigo alzas o bajas de peso, es otro factor a considerar, así como un aumento en el consumo de alcohol o abuso de drogas.
Ahora bien, no basta con reconocer situaciones que indicarían depresión. La especialista aclaró que "esta enfermedad en los hombres tiende a ser muy silenciosa. Ellos disimulan y evitan demostrar que están pasando por un mal momento, por lo que hay que tratar de hacerlos buscar ayuda y las personas cercanas -familia, pareja y amigos- son quienes deben asumir esta tarea y darles un empujón, hacerles ver que están mal y que necesitan terapia".
La ayuda profesional, que a veces incluye medicamentos, podría asegurar gran parte del éxito del paciente, "el resto depende de él. La depresión muchas veces vuelve", afirmó Andaur, por lo que se debe ser constante en el tratamiento.