Un enfoque que considere a la familia debe cruzar todas las políticas públicas del país, plantea la académica española María José Rodrigo, experta en parentalidad positiva.
Conciliar el trabajo con la familia sigue siendo uno de los grandes problemas que enfrentan a diario los padres. Extensos horarios, largas distancias y falta de redes de apoyo, dificultan el cuidado de los hijos en una sociedad que aún no entiende el valor de invertir en programas tendientes a facilitar el ejercicio de la parentalidad.
No se trata de una realidad sólo nuestra. En España tampoco han logrado el equilibrio que permite que los padres puedan destinar cantidad y calidad de tiempo a sus hijos. Ese tema y otros abordó la catedrática María José Rodrigo López, académica de la Universidad de la Laguna (España), en su visita a Concepción.
Consultora del Ministerio de Salud, Trabajo Social e Igualdad de su país en temas de parentalidad positiva, además de autora de varios libros, la experta fue la expositora principal del seminario "De los conceptos a la práctica: metodologías de evaluación e intervención en parentalidad", organizado por la Facultad de Psicología de la Universidad San Sebastián y la Fundación Ideas para la Infancia.
La profesora desarrolló, ante un auditorio repleto de alumnos y psicólogos, el concepto de parentalidad positiva, una mirada de la sociedad que pone en el centro de todas las políticas públicas a la familia.
-Es un enfoque que empieza a desarrollar el Consejo de Europa para promover que haya un buen ejercicio de las funciones parentales, promocionando y capacitando en las personas sus habilidades para ser padres; pero también involucrando a la sociedad, la que debe apoyar el ejercicio de estas funciones parentales porque le interesa que haya un buen bienestar de los niños y las familias. Por un lado se pone el foco en los padres, pero también en la comunidad para que sea sensible a las necesidades de los niños y de las familias en general.
ECOLOGÍA PARENTAL
-Lo que se llama ecología parental, es decir, las condiciones en que los padres ejercen su rol. Hay aspectos tan importantes como el trabajo, podemos hacer un trabajo totalmente al margen de las necesidades de los niños con horarios poco flexibles, con horarios extendidos, que impiden cualquier dedicación mínima a los niños, o podemos hacer trabajos sensibles al hecho de que sus empleados puedan ser madres o padres, incluyo a la figura del papá, y por lo tanto, con horarios que permitan un desarrollo más adecuado.
-También podemos hacer barrios con buenas condiciones en el sentido de recursos accesibles y gratis para padres, para que puedan ir a parques recreativos con sus hijos, a piscinas municipales, para que puedan hacer deportes, encontrarse en espacios de ocio o, por el contrario, podemos hacer barrios totalmente cerrados. Podemos hacer escuelas cerradas a las familias o escuelas abiertas, que incorporen a los padres como un elemento de desarrollo para los niños desde la perspectiva de la familia. Entonces, la pregunta sería más bien qué instancias no estarían involucradas en el ejercicio parental, porque todas las que estoy nombrando tienen mucho que ver con el ejercicio parental.
-Cuando se hace promoción y prevención hay que ser optimistas, porque si uno hace sólo lo que da el dinero, no es un buen enfoque. Creo que se gasta el dinero en muchas cosas en que no debiera gastarse y deja de gastarse en estos espacios de apoyo y de promoción a las familias. No es un tema de falta de dinero, lo puedo asegurar, porque a veces se emprenden obras que son carísimas que luego no redundan en beneficios a la familia y se dejan de hacer políticas sensibles a las familias.
PAÍSES NÓRDICOS
Para la catedrática, los países nórdicos son un ejemplo en este ámbito, ya que influyen en todas las áreas de manera transversal. "No es que haya una política de familia, es que todo está imbuido por la política de familia. En estos países la política de familia no es la más pobre, ni la más Cenicienta, es la política con mayúscula, la que atraviesa todas las áreas del bienestar social", aclara.
-En España preocupa mucho el horario de los puestos de trabajo, a diferencia del resto de Europa, donde tienen un horario de salida a las 4 de la tarde y los colegios cubren todo ese tiempo, hasta las 4 a 5 de la tarde. En muchos lugares de España, los padres trabajan todo el día, de las 8 de la mañana a la 8 de la noche, y los niños quedan sin supervisión. Entonces, las comunidades hacen centros de día, ludotecas, espacios para mantener entretenidos y apoyados a los niños, porque la presencia de la familia extensa no es tan grande. Aunque en España seguimos teniendo una gran tradición de familia extensa, las distancias geográficas impiden que los abuelos y tíos estén pendientes de apoyar.
-Sí, pero esas ayudas que se han dirigido a estas familias con grandes necesidades no han sido recursos pensados para la prevención y la promoción sino que han sido ayudas asistenciales, entrega de materiales, alimentos, pero no se ha seguido con ellos una buena política de capacitación. Pero es verdad que a veces nos olvidamos de que todas las familias necesitan apoyo y que todas pueden terminar siendo de esas familias en riesgo, vulnerables.
La académica recalca: "Las políticas familiares hay que pensarlas a lo grande y no sólo considerar a los grupos vulnerables y de riesgo. Ese es un error importante, tampoco hay que pensar sólo en los niños, hay que considerar a las familias que permiten que ese niño desarrolle estados de bienestar, a veces hemos pecado de sólo pensar en el niño, pero el niño vive en una familia y ahí es donde debe recibir todo el apoyo, no sólo en la familia, también en la comunidad, en el barrio, la escuelas, en los escenarios en que se mueve".