Mitos y verdades que giran en torno al estado de gravidez
Aunque el embarazo es una etapa natural en la vida de las mujeres y no es sinónimo de obstáculo ni de enfermedad, hay ciertas acciones que deberían evitarse y otras que, realmente, no son un problema.
El embarazo es un período al que algunas mujeres esperan llegar con ansias, mientras que otras no tanto y las toma por sorpresa. Pero, sea como sea, es un estado fisiológico o natural en la vida de las féminas. Por lo mismo, la gestación, generalmente no debería impedir el desarrollo de sus actividades de la vida diaria, ni tampoco significar un gran cambio en la cotidianidad. Aunque, Carmen Soto Labra, matrona y directora de la carrera de Obstetricia y Ginecología de la Universidad Andrés Bello, no desconoce que durante los primeros meses, la sintomatología propia del embarazo como las náuseas, vómitos y otros generales como labilidad emocional por ejemplo, puede producir algún grado de dificultad para algunas, pero esto desaparece a medida que avanza la edad gestacional.
Pero, el hecho de que sea un proceso natural, no quiere decir que no se deban tener cuidados específicos. Erica Castro Inostroza, directora de la Escuela de Obstetricia de la Universidad San Sebastián explica que si se divide el embarazo en tres trimestres no hay ninguno en que se deban tener mayores precauciones, ya que cada etapa es especial y requiere recomendaciones particulares.
En ese sentido, cuenta que en la primera etapa -es decir antes de las doce semanas-, se debe velar por el afiatamiento entre el nuevo ser que se está gestando y su madre. "Aquí ocurre la implantación, el acomodo en el sistema inmunológico de aceptar a este nuevo ser y no considerarlo como ajeno, también ocurre la aceptación de la mujer de este nuevo estado y acontece toda la embriogénesis, es decir, la formación de todas las estructuras de este nuevo ser", aclara.
A lo anterior agrega que es en el segundo trimestre donde ocurren las modificaciones físicas más notorias del embarazo, mientras que en la tercera etapa es cuando la criatura en formación adquiere la maduración de sus órganos esenciales, adquiere peso y se acomoda para el parto.
COMODIDAD
La profesional está segura que el embarazo es un período para disfrutar, en que la mujer debe sentirse cómoda aceptando esta condición. Un punto importante, entonces, es la vestimenta: ésta debe ser holgada.
Pero, es cierto que muchas están acostumbradas a vestir ropa ajustada y a utilizar zapatos de taco alto por estética o, incluso, incluso, costumbre. En ese sentido, la profesional asevera que no se recomienda el uso de este tipo de calzado. La razón, comenta, es que durante la gestación cambia el eje de gravedad, siendo la columna vertebral y la pelvis las que tienen que sustentar todo el peso. Por el contrario, el consejo es utilizar zapatos con tacos bajos y gruesos, o planos; esto hará que desplazarse sea más cómodo.
Y es que según ella, emplear zapatos con el taco alto puede generar inestabilidad, aumentando el riesgo a una caída o a una torcedura, lo que podría acarrear consecuencias indeseables, favoreciendo, incluso, alteraciones crónicas post parto. "En etapa más avanzada del embarazo, es común la retención de líquidos, denominado edema, el que comúnmente se manifiesta en piernas y tobillos. En estos casos es recomendable un calzado cómodo, incluso un número mayor al que habitualmente se usa", aconseja.
MITOS Y VERDADES
Para una mujer sana y joven, estar embarazada no es sinónimo de obstáculo en el quehacer de la vida diaria. Aunque algunos lo ven desde otro punto de vista.
Un claro ejemplo es ver una mujer en estado de gravidez, conduciendo un automóvil, sobre todo cuando la gestación va avanzada. A veces se le tilda de irresponsable y surge la pregunta, ¿se puede manejar durante el embarazo? Según Erica Castro la respuesta es sí. Es que, a pesar de que se deben tener ciertos resguardos, no existen contraindicaciones. "Durante el segundo trimestre y con mayor razón en el tercer trimestre, los trayectos no deben ser largos, pues la posición al conducir no favorece la irrigación uterina ni de las extremidades", aclara.
Mitos giran también respecto a los viajes en avión, pues existe la creencia popular de que esto es perjudicial. La especialista explica que, siempre y cuando no exista contraindicación médica, se puede. "Si el viaje es largo, debe ponerse de pie, desplazarse y se recomienda el uso de vendas elásticas", dice.
¿Qué pasa con la actividad física? Y es que a veces se confunde el estar embarazada con estar enferma y, en ese sentido, con la masificación de las redes sociales, la libertad de expresión cobra sentido. Mucho revuelo han causado fotos de mujeres ejercitándose durante el embarazo. Pero, por el contrario a lo que algunos piensan, la actividad física es beneficiosa. Carmen Soto cuenta que "lo más recomendable es una caminata diaria de treinta minutos, así como nadar o hacer yoga; porque se reportan beneficios para el control del peso, mejoras en las personas que tienen diabetes gestacional e incluso para las mamás hipertensas". Es decir, bienestar general.
Lo que sí se prohibe, afirma, es practicar algún deporte extremo, así como tampoco se recomienda andar en bicicleta, debido al riesgo de caídas. Realizar esfuerzos como levantar peso, tampoco está permitido.
En cuanto a subir escaleras, la matrona manifiesta que "no es un problema para una mujer sana, pero si no ha subido nunca escaleras, el embarazo no es la mejor etapa para comenzar a hacerlo", finaliza.
Los cuidados generales durante el embarazo se relacionan, más bien, con los hábitos de la madre, procurando que el feto se desarrolle en óptimas condiciones. Es aquí donde la alimentación adecuada, la actividad física y el deporte, la higiene y el confort, así como el dejar de lado los vicios; juegan roles primordiales.
Primero, hay que considerar que el consumo de drogas como el alcohol, tabaco o fármacos, así como el contacto con tóxicos y radiaciones, pueden ser perjudiciales para el nuevo ser.
Además, menciona que debido al aumento de las necesidades nutricionales, causado por el crecimiento del feto, la placenta y los tejidos accesorios de la madre (útero, mamas, depósito de grasa para sustentar el peso), tener buenos hábitos alimenticios va a asegurar que el recién nacido disponga de todos los nutrientes esenciales para su correcta evolución. "El énfasis debe estar en la calidad de los alimentos, más que en la cantidad", añade.
Por su parte, Carmen Soto, comenta que lo más importante es que las embarazadas deben alimentarse cada 3 a 4 horas como máximo, por lo tanto las mujeres que trabajan deben llevar sus colaciones. "Los jefes deben preocuparse que sus trabajadoras embarazadas se alimenten cada tres horas, por lo que lo ideal es establecer horarios de alimentación", plantea.