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Energía: buenas intenciones

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El ministro de energía señaló en su primera intervención como tal en la prensa indicando que tenemos un problema "crítico" de energía para los próximos años. Esto no sorprende a nadie, pero al menos está la esperanza de que es una prioridad darle una solución al problema.

Creo que mucha gente no lo dimensiona, pero los procesos de racionamiento son muy disruptivos en la sociedad y generan un fuerte malestar social. Tenemos que comprender que el crecimiento económico es la base de la mejora en el bienestar social. El estado basa sus políticas públicas en el gasto, para cual debe recaudar. Con menor crecimiento se recauda menos y, por lo tanto, las políticas no se financian.

Chile requiere del orden de 500 a 600 MWH al año de potencia para seguir creciendo al ritmo de los últimos años, pero dada la eterna judicialización de los proyectos, la inversión en energía de base (barata de operación, pero cara de inversión como la hidroeléctrica) no ha crecido como debiera. Nuestro país posee el recurso hídrico necesario para asegurar los requerimientos de energía, sin embargo el panorama ahora es muy desalentador.

Las opciones que nos van quedando ahora para suplir la mayor demanda industrial, comercial y residencial son la instalación de centrales de baja y rápida inversión, pero de alto costo de producción, que funcionan principalmente con Diesel provocando un nivel de contaminación que supera con creces cualquier otra forma de generación.

Las Ernc no alcanzan para suplir esta demanda dada su baja generación continua ya que dependen de factores climáticos.

Las buenas intenciones están, sin embargo creo que el tema pasa por otros actores que al parecer no tienen intenciones en transar. No olvidemos que sin importar la fuente de energía, siempre va a existir algún costo asociado para la sociedad.

Aquí se trata de que no perdamos la senda de crecimiento que llevamos y podamos compatibilizarlo con el país que queremos en el futuro.

La importancia de los bosques

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Se celebró el Día Internacional de los Bosques, cuyo objetivo es tomar conciencia sobre la importancia de todos los tipos de ecosistemas boscosos y de árboles existentes, y que cubren un tercio de la superficie terrestre del planeta y juegan un papel fundamental en la vida de muchos de sus habitantes.

Nuestro país cuenta con 2,4 millones de hectáreas de suelos cultivados con especies de rápido crecimiento, como pino y eucalipto, que generan aproximadamente 500 mil empleos directos e indirectos.

Lo lamentable, es que Chile tiene más de 3 millones de hectáreas de suelo afectados por la erosión, de las cuales 1 millón de ha están en la Región del Biobío.

Además, existe una estrecha relación entre la pobreza de los suelos y la pobreza de la población, ya que la mayor proporción de suelos degradados y también suelos frágiles, susceptibles de forestar, se concentra en las comunas que tienen los mayores índices de necesidad rural.

En 1999 la Corporación Chilena de la Madera Corma Bío Bío, inició el Plan de Forestación Campesina, con el principal objetivo de contribuir a la recuperación de suelos afectados por la erosión y generar una fuente de ingresos para los beneficiados en torno a la actividad forestal.

Nuestro gremio se ha esforzado por reparar el daño ambiental causado por la erosión, lo que se debiera manifestar a través de instrumentos de planificación y gestión territorial, orientados al desarrollo forestal con acuerdos e implementación de formas efectivas de participación social, para el desarrollo productivo.

Este 2014, se dará inicio al último año del tercer quinquenio del Plan de Forestación Campesina 2010-2014, en donde se entregarán nuevamente un millón quinientas mil plantas a 37 comunas de la Región, beneficiando a 12 mil familias, lo que generará una riqueza natural para el bienestar de las futuras generaciones.

En este Día Internacional de los Bosques, damos cuenta que el factor social ha sido fundamental en el Plan de Forestación Campesina y el compromiso que han tomado las empresas forestales.

Rehabilitación por una vida plena

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Este 23 de marzo se celebró el Día Mundial de la Rehabilitación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió instaurar este día para destacar la necesidad que tienen las personas con discapacidad de poder acceder a tecnologías eficaces, diagnóstico y debido tratamiento, sin distinción de raza, religión, ideología política o estatus social.

La rehabilitación juega un rol importante para que las personas con discapacidades alcancen el mayor potencial físico, psicológico, social, laboral y educacional compatible con su condición. Todo esto se basa en el modelo biopsicosocial que actúa tanto en la causa de la discapacidad como en sus efectos para obtener el máximo nivel de independencia de los pacientes según sus aspiraciones de vida.

En Chile, el 12,9% de los chilenos y chilenas viven con discapacidad, lo que supone 2.068.072 personas, es decir, 1 de cada 8 personas presenta esta condición. A su vez, en la VIII región, el 15,1% de la población, presenta discapacidad; viven 305.132 personas con discapacidad, observándose entonces que la VIII región presenta una tasa de discapacidad mayor que la nacional (ENDISC 2004).

Este acontecimiento nos convoca a todos a replantear acciones innovadoras que permitan la creación de una sociedad que respete las diferencias, que se nutra de la diversidad y que proporcione los medios, apoyos y ajustes razonables para que todos los ciudadanos participen activamente de una vida plena.