Jefe de la Brigada Antinarcóticos aclaró que no se le dan sustancias ilícitas al animal y que el entrenamiento se hace con sucedáneos.
A punto de cumplir su primer año rastreando drogas para la Brigada Antinarcóticos (Briant) de la Policía de Investigaciones (PDI) de Concepción se encuentra la perra "Mossa", una labrador que vino a cubrir un puesto que hace varios años estaba vacante en la zona.
El ejemplar de un año y 8 meses es parte del equipo educado por la Brigada de Adiestramiento Canino que la policía civil mantiene en la capital del país, para apoyar las tareas de búsqueda de sustancias ilegales y luchar contra el micro y narcotráfico.
Según informó el guía canino de Mossa, el asistente policial Luis Villa, la perra llegó en abril del año pasado al cuartel penquista, periodo en que participó en diversos procedimientos en la zona, como inspección de buses y allanamientos, además de colaborar con unidades de la PDI en otras provincias de la Región. "Ella es hija de una pareja de perros traídos por la institución desde Estados Unidos para mejorar la raza", explicó Villa.
Por esta razón, y por el entrenamiento al que fue sometida, Mossa tiene un alto valor monetario, lo que se condice con los cuidados que recibe. Se construyó un canil completo, con pisos metálicos para mantener la higiene y la limpieza. La estructura cuenta con un baño con su respectiva tina para los aseos, los que se realizan con champú francés enviado desde Santiago.
El alimento también es especial, muy concentrado, por lo que Mossa no come raciones que superen los 100 gramos. Las revisiones veterinarias se hacen en una clínica de la PDI en Santiago, sin embargo, cuando es necesario, es atendida en la Universidad de Concepción.
Para el adiestramiento, la PDI utiliza el Sistema de Detección Combinado (Sidecom), el que ocupa las mejores herramientas de cada uno de los modelos de entrenamiento, pero adaptado a la realidad del trabajo de la policía, con elementos de condicionamiento operante y procesos cognitivos emocionales.
El jefe de la Briant Concepción, subprefecto Patricio Guajardo, aclaró la forma en que se la entrena: "Muchas personas insisten en que se droga a los perros, pero eso no es así, se ocupan químicos sucedáneos que son adquiridos en Estados Unidos, jamás se le entrega droga verdadera al animal".
Estos perros operan bajo el concepto del juego, agregó. Se utiliza, por lo general, un mango (rollo de toalla) que es impregnado con el sucedáneo, con lo que el ejemplar empieza a asociar el aroma y juega con él para reforzar la conducta.
Luis Villa indicó que constantemente debe ejercitar en este ámbito a Mossa, escondiendo el mango para que lo halle, juego que resulta ser su premio.
Consultado acerca de si Mossa ha participado en algún decomiso importante, Villa respondió que aún no, pero "ya llegará uno, esta perra está muy bien adiestrada y detecta muy bien".