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Cuaderno de elogios

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Muchos padres se cuestionan el porqué sus hijos son "especiales", entendiéndose por niños mañosos, oposicionistas, rebeldes o simplemente desafiantes con sus profesores, hermanos o padres.

En la misma sintonía los padres se recriminan encontrando respuestas personales a las conductas de sus hijos, perdiendo tiempo en ajustar sus diferencias como pareja y ampliando aún más su rol de padres.

Si desea hijos estudiosos, atentos, colaboradores y esencialmente alegres, pueden lograrlo cambiando la imagen que proyectan como padres.

Debe tener presente que el mundo es la viva proyección de nuestra mente y palabras, por tanto cuando un hijo escucha y observa a sus padres reclamar por la vida que les tocó, por sus responsabilidades, compañeros de trabajo o jefes; esto no sólo impacta negativamente en su presente, sino que modela su visión con su vida y entorno.

Los cambios de conductas deben ser expresados a través de elogios y una activa repetición de palabras bonitas. Cuando el subconsciente está lleno de mensajes generosos las personas se manifiestan saludables y felices.

La base de una familia saludable es el amor, las demostraciones y la construcción consciente de lo que está educando. Pruebe con un cuaderno de elogios, de

refuerzos, de compromisos en donde pueda comunicarse a diario con su familia.

Recuerde que "el ideal cuesta una vida, pero vale una eternidad", Mahatma Gandhi.

psicóloga

Sepa qué hacer ante posibles emergencias

Durante el fin de semana un sismo sacudió el norte chileno, lo que hace recordar la importancia de que es mejor prevenir que curar.

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El recién pasado domingo un sismo sacudió el norte de Chile, situación que, aunque no fue de la misma magnitud, sin dudas hace recordar a los penquistas del evento ocurrido el 27 de febrero del 2010, provocando un gran catástrofe en la Región ante la sorpresa de ver la fuerza de la naturaleza para la que nadie estaba preparado.

No es desconocido que en la actualidad se está más alerta ante los movimientos telúricos y se tiene más conciencia de que Chile es un país sísmico, por lo que es importante tomar ciertas medidas para evitar problemas, ya que nadie sabe cuándo ni dónde se podría encontrar cuando la tierra tenga un remezón. Por lo mismo, cobra mucho más sentido la frase 'es mejor prevenir que curar'.

ELEMENTOS BÁSICOS

En ese sentido, Lisette Avilés, académica de Enfermería de la Universidad Andrés Bello sugiere que en ninguna casa, colegio o recinto laboral debe faltar el botiquín, con el que se podrá asistir a alguien en caso de un accidente antes de ser atendido por un especialista. "Incluir el 'kit de supervivencia' es muy importante y éste debe contener antiséptico, que puede ser alcohol, povidona yodada o clorhexidina; suero fisiológico, agua oxigenada, apósitos, gasas, algodón, vendas de distintos tamaños, tela adhesiva, toalla desechable, un paño cuadrado para utilizar como cabestrillo, jabón gel para manos y tijeras", dice. Además agrega que también debe haber tabletas para purificar agua y medicamentos de uso habitual.

TENER EN CUENTA

Pero, no sólo los artículos que servirán en caso de eventuales accidentes son primordiales, si no que aspectos relativos a la organización no se pueden pasar por altos. En primer lugar, explica, organizarse con la comunidad o juntas de vecinos respecto a un plan de emergencia, sea del barrio, edificio o condominio en el que se vive, harán una posible evacuación más expedita.

Otro aspecto que no se debe pasar por alto es la identificación de los puntos débiles como muros agrietados, techos con fisuras o superficies en mal estado; teniendo en cuenta si la casa resiste los sismos o no. "También hay que saber dónde están las llaves y cortes generales de los servicios básicos de agua, luz y gas", puntualiza.

Mantener la calma, alejarse de las ventanas o estructuras que puedan provocar accidentes y tener claras las salidas de emergencia y las zonas seguras, tanto internas como externas, disminuirá los riesgos de tener hechos que lamentar.

Higiene del sueño, importante para tener un buen dormir

Cuando no se duerme lo suficiente y no hay un sueño reparador, se pueden ver afectados el estado de ánimo, así como el rendimiento en las actividades, sean éstas académicas, laborales o físicas.

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Desde hace algunos años que la World Association of Sleep Medicine (Wasm), instauró el Día Mundial del Sueño (14 de marzo), como la conmemoración de una fecha en la que se debe recordar la importancia de dormir bien, así como dar a conocer la existencia de diversos trastornos del sueño.

Y es que será por el ritmo de vida o por culpa del 'reloj biológico' que muchas veces las personas olvidan lo importante que es dormir bien y lo suficiente, desconociendo las consecuencias que tiene un mal dormir en la vida diaria y en la salud.

El director de Psicología de la Universidad Santo Tomás de Concepción es enfático: dormir es una fase del vivir. "Durante esta fase todo organismo reduce sus niveles de atención y activación para que éste resintetice las sustancias necesarias y repare lo malo (biológicamente)", explica.

Es por el hecho de que sólo disminuyen los niveles de atención y no es que inhiban, que en ocasiones se producen los sueños. "Bajo algunas circunstancias son producidos para generar cambios a nivel de nuestro funcionamiento psicológico; por ejemplo de resolución de problemas, o de liberar o trabajar en un estado de baja conciencia aquellos conflictos que, conscientemente, son más complejos", sostiene.

Dado esto, los problemas en el sueño se consideran, desde un punto de vista psicopatológico, como alteración de la conciencia.

LO SUFICIENTE

El especialista en Hipnosis Clínica Erik Álvarez, académico de Enfermería Ucsc, explica que de manera cuantitativa hay rangos esperados de horas de sueños en las personas, lo que varía según la edad. Por ejemplo, un bebé recién nacido duerme entre 10 a 18 horas diarias, debido a que requiere un desarrollo rápido, disminuyendo el número de horas de manera paulatina según crece. En el caso de los adolescentes, dice, éstos necesitan un promedio de 8,5 a 9,5 horas para, finalmente, en la adultez llegar a un promedio de 7 a 9 horas diarias de sueño. "El adulto mayor tiene un metabolismo que es más lento, por lo que puede encontrase una ligera disminución acercándose más a siete horas diarias de sueño que a nueve", puntualiza.

DIVERSAS CONSECUENCIAS

Tener un mal dormir y no dormir lo suficiente puede afectar a la persona desde los puntos de vista psicológicos y biológicos. Y es que, dado que nuestro organismo necesita descansar y reponer la energía que ha gastado, un mal dormir puede repercutir en distintas áreas como disminuir la resistencia física y la concentración, exponiendo a la persona a sufrir accidentes. El docente, agrega además que se puede alterar el ánimo y afectar negativamente el rendimiento. "Esto, habitualmente, redunda en problemas de relaciones interpersonales", comenta.

En ese sentido, también plantea que se debe tener en cuenta que un mal dormir podría ser la manifestación de la agudización o descompensación de patologías de salud mental tales como la ansiedad o la depresión, aunque en la depresión, aclara, se pueden presentar ambos extremos: tener un mal dormir o dormir demasiado. "En personas con antecedentes de esquizofrenia, el insomnio es un síntoma importante que indica que se está reagudizando la enfermedad. Para estos casos el reponer el patrón del sueño y asegurarse un buen descanso es parte central del tratamiento", asegura.

TRASTORNO DEL SUEÑO

Siguiendo la línea anterior y aunque no es en todos los casos y a veces sólo se pase por períodos en que se duerme menos o el dormir no es reparador, muchas veces se está frente a casos de trastorno del sueño.

Rodolfo Álvarez explica que el gran trastorno del sueño es el insomnio. El profesional menciona que "se puede encontrar el Insomnio de Conciliación o dificultad para quedarse dormido, el Insomnio Medio que se manifiesta con despertadas a mitad del sueño y le cuesta volver a dormir más, y el Insomnio Tardío que es el despertarse temprano y no poder dormir". En contraposición también existen quienes duermen en demasía y mucho más de lo que el cuerpo necesita, lo que se conoce como Hipersomnia.

A lo anterior, el psicólogo añade que existen otras alteraciones como la Narcolepsia que es quedarse dormido sin posibilidad de evitarlo, así como también las Apneas del Sueño, que es suspender la respiración al dormir generando ronquidos. "Aparte de éstos, existen otros fenómenos asociados al sueño, que no son trastornos y se conocen como Parasomnias (paralelos al sueño), entre ellos podemos mencionar los Terrores Nocturnos, que son pesadillas con despertar y se dan especialmente en niños; el Sonambulismo o caminar dormido y la Somniloquia o hablar dormido", ejemplifica.

Es por lo mismo que ante el cansancio, la disminución del rendimiento, sea éste a nivel académico o laboral, o el exceso de los eventos antes descritos, las personas pueden sospechar que se está sufriendo de algún trastorno del sueño o parasomnia, situación ante la que es importante acudir a los especialistas, tanto neurólogos como psicólogos, quienes podrán realizar las intervenciones pertinentes, según diagnóstico y causa, tomando en cuenta que no hay que automedicarse cuando no se puede dormir.

Lo anterior es primordial, ya que, según Erik Álvarez, desde la perspectiva fisiológica, a largo plazo, los trastornos del sueño se pueden asociar con la diabetes y problemas cardiovasculares, entre otras enfermedades.

Para que el sueño sea reparador se deben mantener buenos hábitos al dormir. Según el especialista en Hipnosis Clínica, Erik Álvarez, éstos se resumen en lo que se conoce como normas de 'higiene de sueño'.

Entre las principales recomendaciones, dice, se encuentra el uso del dormitorio sólo para dormir y tener relaciones íntimas; acostarse sólo cuando se tiene sueño, evitando llevarse trabajo para la cama, tampoco se recomienda ver televisión antes de dormir.

El experto también afirma que es importante seguir una rutina al irse a acostar: que sea en un horario similar cada noche, ponerse pijama u orar, son sólo algunos ejemplos. El uso de algunos relajantes naturales tales como beber leche tibia, agua de toronjil o té de cáscara de naranja, también son una buena práctica.

"Dentro de la 'higiene del sueño' se sugiere evitar dormir siesta o estimularse antes de irse a acostar, esto quiere decir que hay que evitar tomar café o beber alcohol, hacer ejercicio fuerte o ver televisión hasta tarde. Tampoco se recomienda consumir una comida abundante o pesada antes de acostarse", explica.