Acné: la enfermedad de la piel que no reconoce sexo ni edad
Aunque afecta mayormente a los adolescentes, cerca de un 5% de la población adulta también lo padece. Expertos aclaran dudas que existen en torno a este problema.
Es la enfermedad a la piel más común, afectando a cerca del 80% de las personas, especialmente entre los 11 y 30 años de edad.
Se trata del acné, trastorno inflamatorio de las glándulas sebáceas que están distribuidas en distintas zonas de la piel, principalmente en el rostro, pecho y espalda.
Es producido por una serie de factores hormonales e infecciosos y puede manifestarse a través de puntos blancos y negros, y espinillas y nódulos, apareciendo estos últimos en casos más extremos.
La jefa de carrera de Técnico en Enfermería de Nivel Superior de Santo Tomás Concepción, Pamela Micheas, afirmó que pese a que esta enfermedad no distingue edad ni raza, es más común en los adolescentes.
"Sin embargo, hay algunas personas que también lo presentan aún después de los 40 o 50 años", afirmó.
Aunque la docente sostuvo que la causa que origina el acné no está exactamente definida e identificada, los médicos especialistas atribuyen ciertos factores que pueden promover su aparición.
Sobre lo anterior Micheas afirmó que mientras existen distintos mitos al respecto (ver recuadro), entre los factores que sí se reconocen se encuentra el aumento hormonal durante la adolescencia, que causa una obstrucción más frecuente de las glándulas sebáceas; además de los cambios hormonales que surgen con el embarazo; el consumo o cese de píldoras anticonceptivas u otros medicamentos; y algunos factores hereditarios, como por ejemplo si los padres tuvieron acné.
EFECTO NORMAL
Los distintos cambios que se observan a lo largo del período de la adolescencia generan preocupaciones e inquietudes, especialmente lo referido a la imagen física.
Es en este contexto que la aparición de trastornos como el acné pueden producir consecuencias no solo a nivel médico, sino también psicológico.
Belén Gilabert, brand manager de No+Akne, producto recién lanzado al mercado nacional, comentó que "este problema corresponde a una de las alteraciones de la adolescencia más incómodas en términos estéticos, 5% de la población adulta también lo padece".
Además, las mujeres resultan ser las más propensas a sufrir los problemas de acné a edad temprana -a partir de los 10 años- y también después de los 20 años.
Sin embargo, la profesional agregó que hay que tener presente que a lo largo de la de la adolescencia esto sería una fase normal y que, con los cuidados y productos adecuados, se puede lograr mejorar el aspecto de la piel.
"En este sentido, el principal llamado a los padres es hacer que la mejor etapa de sus hijos no se convierta en la peor", planteó Gilabert.
COMIDAS
Una de las dudas más comunes respecto de este molesto problema es lo relacionado con los alimentos.
Pero según sostuvo la coordinadora de Nutrición y Diestética de Inacap Concepción-Talcahuano, Alejandra Cruz, habría que descartar el argumento de que determinados productos podrían producir un aumento del acné.
"Todas las investigaciones dicen que no hay evidencia científica de que los alimentos participen en la aparición del acné, que, en cambio, tiene que ver con una bacteria que genera infección de los folículos pilosos", aseguró.
Sobre lo anterior, la académica planteó que aunque popularmente se cree que hay reacciones al comer mantequilla o chocolate, no hay nada que vincule dichos alimentos con este problema. "Lo que sí es posible es que se generen manifestaciones alérgicas con plátanos, frutos secos como maní o nueces, chocolates, pero una erupción cutánea distinta".
Eso sí, la recomendación es de la experta es llevar una dieta sana y equilibrada, dado que "la mayor cantidad de grasa que uno ingiere puede, de alguna manera, desarrollar procesos inflamatorios y menor respuesta a infecciones.
El agua, en tanto, siempre se debe considerar como un aliado para mantener la piel hidratada. "Una piel sana tiene menos probabilidades de ser afectada por microorganismos", recalcó Cruz.
- Limpiar el rostro delicadamente cada noche, utilizando un jabón para piel grasa que no reseque la piel y que ayude a eliminar el exceso de sebo.
- Utilizar de forma diaria un jabón especial para pieles con espinillas que elimine el exceso de grasa. Dos o tres veces a la semana es bueno usar un exfoliante para una limpieza más profunda que limpie y desincruste los poros.
- No se debe rascar o apretar puntos negros o espinillas, ya que aumenta el riesgo de producir cicatrices.
- No se debe utilizar productos cosméticos comprados en la calle, sin testeo dermatológico.
- Se debe beber abundante agua, siendo una buena medida más de dos litros al día.
Esto causa aún mas daño ya que pueden entrar gérmenes a partes mas profundas de la piel, provocando una gran infección.
Aunque comer muchas grasas nunca es buena idea, ningún estudio ha logrado demostrar que la ingesta de este tipo de alimentos incremente la aparición de acné.
El estrés cotidiano no provoca acné; sin embargo, en situaciones especiales, es factible que la piel se ponga más grasa.
Tomar sol no mejora el acné, es posible que al enrojecerse la piel se note menos; no obstante a la tonalidad, los granos siguen ahí y exponerse sin protección puede irritar y resecar la piel.
Lavarse la cara hace que se remuevan células muertas y quita el exceso de grasa, pero lavarla en exceso o frotarla irritará y secará la piel por lo que empeorará el acné.