En el verano del 2012 los integrantes de Julia Smith se enclaustraron en las cercanías de Campanario junto algunos amigos y el productor Mauricio Melo. Ello fue para registrar su primer disco "Hagamos las maletas y vámonos del planeta". El resultado los puso entre una de las propuestas más promisorias del rock psicodélico nacional.
Este verano repitieron aquella experiencia por dos semanas en un campo cercano a Cabrero. Allí grabaron todas las partes instrumentales de su esperada segunda producción. Y aunque sólo han pasado un par de años, hoy enfrentan este nuevo ciclo con mayor madurez.
"La diferencia entre ambos casos fue súper grande. En el primer disco no entendíamos mucho lo que estábamos haciendo (...) Como que no le tomábamos el peso a lo que es hacer una producción. Ahora nos dimos todo el tiempo que quisimos hasta lograr la afinación correcta y el sonido preciso. No es que en el primero no quisiéramos hacer un buen trabajo, es que no sabíamos de la meticulosidad que se requiere", comentó Marcelo Díaz, baterista y guitarrista de Julia Smith.
MANTENER LA ESENCIA
De este modo, el grupo también integrado por Rodrigo Montero, Paulo Díaz, Paolo Murillo y Pablo Romero; optó por dar vuelta la página respecto a su primera placa, aunque sin dejar su esencia exploratoria y psicodélica.
"Los temas nuevos estaban todos maqueteados. La idea era escucharlos y decir lo que nos gusta y lo que queríamos cambiar. Teníamos las bases y sabíamos hacia dónde debían apuntar las canciones. Las cosas que no estaban listas las definimos allá de forma espontánea, lo cual al final te da una toma más sincera contigo mismo y con lo que quieres expresar. Pensarla mucho hace que se pierda la esencia de las canciones. Hubo orden y también espacio a la improvisación, que es algo que caracteriza a Julia, y que está muy presente en la mayoría del primer disco", contaron.
-"Katrina" es el tema más antiguo y viene desde que lanzamos el primer disco. De ahí han surgido unas 20 canciones, pero seleccionamos 10 para este trabajo. Para nosotros es como empezar de cero, cerrar un ciclo que fue un poco inmaduro, pues no sabíamos lo que implicaba sacar un single o hacer un videoclip. Ahora está todo más ordenado y nos exigimos el doble que antes.
- Las canciones son más canciones, más radiales y pensadas en singles. En el primer álbum no había ninguna así, eran largas y voladas, aunque el grupo no ha perdido en nada su psicodelia, simplemente aprendimos como se trabaja mejor el pop.
- Es algo entretenido, pues ninguno de los chiquillos se cierra a la posibilidad que alguna de sus composiciones vayan para Julia Smith o para sus proyectos solistas. Presentan canciones y hablan por si solas. Son decisiones innatas.
- Sabemos cuáles son los pasos a seguir, pero no le hemos puesto fecha a nada. Queremos que todo se haga bien, queremos estar 100% conformes antes de lanzar el disco. Lo que sí tenemos claro es que lanzaremos un par de singles con anterioridad. Con esto tenemos trabajo para todo el año. Nos llamaron de un estudio en Inglaterra para ofrecernos la masterización, así que estamos pensando en dejar asombrados a los británicos.
En cuanto a la capital, lo próximo es una tocara en el bar Loreto el 19 de marzo, donde presentaremos canciones nuevas. Allá la gente ha enganchado más con los temas poperos, aunque también quedan fundamentalistas de la exploración psicodélica. Lo cierto es que ya no estamos tan preocupados de Santiago. Por ejemplo los Niño Cohete pasaron desde acá directamente a Lollapalooza, o República Portátil hizo el pabellón del Festival de las Artes de Valparaíso. No es necesario instalarse en la capital para hacer cosas importantes.
- Su música es distinta a la nuestra. Más que aprovechar su público, lo que nos ha influenciado es ver como trabajan. Es motivante, hay disciplina, les gusta hacer las cosas bien. Son autoexigentes, lo cual se nota en sus recitales y en sus discos.