Calendarios, horarios y apoyo ayudarán a crear hábitos de estudio
La planificación y la persistencia son elementos clave, que permitirán tener tolerancia ante la frustración.
Muchos niños tienen la intención de tener buenas notas, pero se les dificulta porque no saben estudiar.
Las vacaciones ya casi se acabaron y la mayoría de los jóvenes están reemplazando la playa, el traje de baño y las salidas con los amigos por los lápices y cuadernos.
Aunque la adecuada manera de verlo es como la posibilidad de reencontrarse con los compañeros, aprender cosas nuevas y tener recuerdos del período estudiantil, un gran porcentaje de ellos sólo se quedan con el lado negativo.
Es en este punto donde la labor de los padres clave, ya que son ellos quienes deben ayudar y motivar a sus hijos para que la vuelta a clases no sea un mal momento.
Sin embargo, los mayores problemas no están en el primer día de clases, aunque sí desde esa jornada inicial se puede trabajar en evitarlo.
Se trata de los problemas de estudio, como consecuencia de falta de hábitos, que muchas veces genera notas deficientes, las que a fin de año se ven acompañadas de lamentos por parte de los alumnos y enojo en los padres.
Según explicó el académico de la facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad San Sebastián, Eduardo Pereira Peralta, es importante que el alumno se proponga metas, lo que no sólo tiene que ver con cumplir las expectativas de los adultos, sino que, fundamentalmente, a responder una satisfacción de tipo personal.
"Los niños pueden lograr buenas notas realizando compromisos con sus padres y/o profesores, en relación al tiempo de estudio que deben invertir en las asignaturas que les presentan mayores dificultades", sostuvo el profesional.
FAVORECER APRENDIZAJE
La planificación en esto es relevante. Así lo afirmó el director de la escuela de Psicología de la Universidad Santo Tomás Concepción, Rodolfo Alvarez Jara, quien sostuvo que dicha característica, sumada a la persistencia permiten generar hábitos.
"En la medida en que éstos son desarrollados, se genera una mayor tolerancia a la frustración, debido a que la planificación u organización lleva a obtener buenos resultados, mientras que la persistencia a ver los errores como parte del aprendizaje, permite entender que éstos pertenecen al proceso y no es el fin, por tanto no frustra en demasía", detalló el especialista.
De esta manera, tener un horario y establecer el hábito de estudio es siempre aconsejable, en tanto éste no impida que el estudiante funcione acorde a las necesidades emergentes, generando disconformidad o incapacidad para flexibilizar.
"Lo adecuado es estudiar la misma cantidad de minutos al día, pero no necesariamente en el mismo horario, o las mismas materias", aclaró el profesional (ver recuadro).
En cuanto a la importancia de fomentar los hábitos de estudio, Alvarez sostuvo que los padres son quienes tienen que dar el primer paso, pero que es importante que los hijos se sientan partícipes de esto, por lo que necesario promover la autonomía y autorregulación.
"Los padres o cuidadores deben velar por el cumplimento de lo acordado. Entonces lo importante no es sólo que los niños estudien, sino que cumplan con lo que junto a los padres lograron generar como método para facilitar y favorecer los aprendizajes", afirmó.
REFORZAR
No es necesario esperar que comiencen las evaluaciones ara preocuparse de estudio.
La coordinadora de la carrera de Psicopedagogía de Inacap Concepción-Talcahuano, Maryorie Leplat, fue enfática al asegurar que es importante partir por una revisión de cómo fue el año académico pasado, de manera de saber qué es lo que se debe mejorar, cuáles conductas tienen que ser cambiadas y cómo debe ser la forma de estudiar.
Es por esto que los padres deben esforzarse para que los niños logren tener una buena experiencia de su paso por el colegio. "No se trata de ocultar las dificultades sino de enfrentarlas, pero en conjunto", destacó la docente y recomendó el apoyo psicopedagógico.
Agregó que existe un gran porcentaje de niños que tienen intención de tener buenas calificaciones o entender lo que les enseñan, pero se les dificulta, lo que podría explicarse en que muchas veces no saben cómo estudiar.
De esta manera lo aconsejable es comenzar el año ayudando a los niños y consultando a profesionales adecuados para abordar el problema en conjunto y evitar que vaya en aumento.
El psicopedagogo, en este caso, es quien puede entregar las herramientas para fortalecer la concentración y técnicas de estudio adecuadas a sus características.
"Cuando un niño tiene una dificultad académica puede llevar de la mano posibles complicaciones emocionales, como una baja autoestima, inseguridad y miedo al fracaso, efectos que se pueden evitar", planteó.