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El costo del sexo

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Cuando era alumno posgrado, se le preguntó a mi profesor de Economía si alguna vez hubiera pagado por el sexo. Él respondió que "los hombres siempre pagan por el sexo", en forma directa o indirecta.

Por milenios, el matrimonio además de "anidar" y proteger a la mujer de ciertos abusos, fue la solución menos costosa para obtener sexo. Sin embargo, en décadas recientes la política pública del matrimonio y su disolución, basada en el feminismo radical, ha cambiado los costos del matrimonio y la reproducción. Las consecuencias sociales han sido publicadas por el profesor Stephen Baskerville (EE.UU.) y por Ricardo Viteri (Separados de Chile).

Uno de los resultados es que 17 millones de niños en Estados Unidos y un millón en Chile, han sido alejados de su padre ("padrectomía"). Otro es el esclavizar al hombre, a través del sistema de pensión alimenticia, por hasta 18 (o más) años. En ambos países las madres solteras abundan, a menudo en condiciones de pobreza, con menos posibilidades de casarse y una inferior calidad de vida para sus hijos; los padres empobrecen, a menudo encarcelados, sin la posibilidad de disfrutar de sus hijos.

Dado esto, economistas no se sorprenden cuando escuchan que las parejas chilenas solamente reproducen 1,4 niños, o que cada vez menos chilenos eligen casarse, contribuyendo al porcentaje de solteros puros más alto del mundo (39%). Los riesgos económicos de casarse y engendrar hijos son más altos, porque los costos esperados de hacerlo han subido mucho, mientras el beneficio del sexo puede obtenerse fácilmente fuera del matrimonio. No es secreto que las mujeres hoy, viviendo en una época de promiscuidad, anticonceptivos, aborto y menos aprehensiones sociales, están más dispuestas a fornicar que sus abuelas. Además, con internet, gran oferta y anonimidad urbana, es más factible obtener servicio de prostituta.

Por ende, la razón costo-beneficio del hombre típico para casarse hoy ha sido alterada. Lógicamente, hay más incentivo para satisfacer sus necesidades fuera del matrimonio, sin tener hijos.

No obstante, ¿Es bueno para la sociedad? ¿El feminismo radical realmente ha "liberado" a la mujer, provocándole más felicidad? Como siempre, en su política de "ayuda" a las mujeres, el Estado ha perjudicado a todos: hombre, mujer, niños, familia y sociedad.

El mercado proveyó "instituciones" como las iglesias para establecer reglas de sexo y matrimonio. Hoy en día, para gente no religiosa, la única manera de internalizar los costos del sexo para ambas partes, es firmar un contrato que especifique precisamente los costos, beneficios, consecuencias y posibles penalidades de tener sexo. Sin esto, la actual política arbitraria y caprichosa de asignar los costos mayormente al hombre, genera un sistema que lleva la civilización a la ruina.

Claramente, los incentivos masculinos han cambiado para formar familias, siendo cada vez más informados del efecto del feminismo radical en políticas. Entonces es obvio que, desde una perspectiva económica, "comprar" sexo casándose (o engendrar hijos) no tiene mucho sentido para los hombres.

Integridad territorial de Chile: ¿somos un país miope?

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Hace poco más de tres años celebrábamos nuestro bicentenario como nación independiente, encontrándonos inmerso en un mundo globalizado, en el que Chile ha destacado por su protagonismo en el nivel regional. Se ve todo bien, con un desarrollo económico sostenido, con una estabilidad democrática y con índices macro que dan cuenta de un reconocimiento internacional hacia nuestro país.

Sin embargo, cada vez que celebramos nuestros logros, aparejadamente emergen las otras facetas en las que no hemos estado a la altura. En este sentido, la desigualdad y el fuerte centralismo, surgen espontáneamente como elementos que a la fecha siguen constituyendo un importante lastre en nuestro pretendido debut como país desarrollado. Uno de características socioeconómicas, que es permanentemente abordado en debates públicos y privados, sin grandes avances; y el otro, de carácter geopolítico, que tiene que ver con nuestra incapacidad para ver y entender nuestro espacio territorial.

Sobre este último aspecto, debemos decir que poco o nada se ha hecho para dar valor al espacio en el que actualmente vivimos y en el que "sobreviran" nuestras futuras generaciones. El pobre conocimiento de nuestro territorio y en especial de nuestras zonas extremas, incide negativamente en la propia percepción de nuestro "espacio vital" como nación, al no permitir identificar claramente nuestras fortalezas y/o vulnerabilidades geográficas.

Sorprende que muchos chilenos prioricen conocer el Caribe u otros remotos lugares antes que lo propio, pareciendo no suficiente las bondades que ofrece el Norte Grande o la Patagonia en el otro extremo. A pesar que ambas zonas son reconocidas por expertos del turismo mundial, en Chile todavía no ha prendido el interés real por conocerlas, saber de ellas o saber de su gente.

Pero el tema va más allá que una actividad netamente turística, toda vez que esta falta de conocimiento contribuye a un estado de inconsciencia y por ende una inacción que se ha posesionado transversalmente en todos los estamentos de nuestra sociedad. Las autoridades políticas y legislativas, la población en su conjunto, tienen hoy en día una pobre o casi nula "consciencia territorial", o al menos así se aprecia.

Frente a lo anterior, solo podríamos revertir este despojo de nuestras zonas extremas, con la implementación de políticas públicas de calidad, coherentes y con participación de las propias organizaciones sociales que son parte de esas zonas. El arraigo y el sentido de pertenencia son virtudes que contribuyen a la grandeza de una nación y estas solo pueden ser desarrolladas si existe el conocimiento cabal de nuestro espacio.

En este orden y a modo de ejemplo, que importante sería que nuestros profesores de historia y geografía en el marco de algún proceso de capacitación subsidiada por el Estado, conocieran in situ estas zonas extremas y a partir de ellos, se entregue un conocimiento viviente a nuestros jóvenes, pudiendo transformarlos en ciudadanos más instruidos y comprometidos con la integridad territorial de nuestro país. …"Tenemos estas áreas abandonadas, abandonadas del conocimiento y si uno algo no lo conoce, no lo quiere y por lo tanto tampoco lo defiende". (A. Horvath).

Estamos terminando un nuevo período de vacaciones y una nueva oportunidad para conocer lo nuestro. Es cierto que no es fácil alcanzar los extremos en nuestro país, lo que conlleva tiempo y muchas veces costos más elevados que una salida al extranjero, sin embargo creo que es imperativo que empecemos a colocar nuestra mirada en estos lugares, reconociendo que tenemos mucho por hacer.

Reducción del riesgo de desastres: Un tema de Estado

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Chile es uno de los países más sísmicos del mundo, condición que nos debe mantener en permanente alerta ante futuros embates de la naturaleza. Es en este contexto y al conmemorarse cuatro años del terremoto 8.8 Richter que afectó a la zona centro sur, que la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, mantiene más vivo que nunca el compromiso de potenciar la cultura preventiva y del autocuidado, con el objetivo de alcanzar una sociedad más resiliente y dar fiel cumplimiento a su misión superior de proteger la vida de las personas.

La Región del Bío Bío, además, vive constantemente bajo las amenazas naturales relacionadas con los riesgos de tsunamis, erupciones volcánicas, inundaciones, remociones en masa entre otros, así también aquellas situaciones generadas por la acción humana, como lo son los incendios forestales, que aparte de destruir los bosques, ponen en constante peligro a la comunidad. Ante este escenario, Onemi es el organismo responsable del monitoreo, alarma y alerta de las emergencias y de la asesoría y coordinación del Sistema Nacional de Protección Civil.

Como parte de su proceso de fortalecimiento, se estableció un lineamiento estratégico que permitió, inicialmente, superar la contingencia en el ámbito operativo de capacidades ausentes el 27/F. Posteriormente, luego de un diagnóstico y en espera de la promulgación de la ley , se logra sistematizar, integrar y potenciar las capacidades logradas, protocolizadas en el Plan de Desarrollo 2013 - 2014, estableciéndose tres objetivos estratégicos: Aumentar la confianza en Onemi; fortalecer las regiones y buscar la excelencia en la respuesta.

Es importante relevar el mejoramiento de los estándares operativos y de procedimientos de las Direcciones Regionales de Onemi a lo largo del país. Específicamente, en nuestra Región del Biobío, se ha logrado consolidar un equipo de trabajo altamente capacitado, con radioperadores certificados, sistemas de telecomunicaciones redundantes y una estrecha coordinación con todos los organismos que conforman el Sistema Regional de Protección Civil. Por otra parte, a través de un enfoque altamente ciudadano, hemos centrado nuestros esfuerzos en capacitar a la población ante las diversas amenazas de origen natural, una muestra de lo anterior, son los más de 70 mil personas, de diversas comunas que estos últimos años han sido parte de nuestro programa de simulacros.

Tenemos el convencimiento que la reducción del riesgo de desastres es un tema de largo aliento, y por ello ya se está elaborando a nivel nacional el Plan de Desarrollo de la Agencia Nacional de Protección Civil 2014 - 2018, orientado a desarrollar capacidades para la nueva institucionalidad, definiéndose tres objetivos estratégicos: Fortalecer orgánica y funcionalmente a la institución; contribuir al fortalecimiento del Sistema Nacional de Protección Civil y fomentar una cultura preventiva y de resiliencia.

Finalmente, al cumplirse en marzo 40 años de la creación de la Oficina Nacional de Emergencia, es oportuno reconocer y destacar la labor abnegada y profesional de todos los integrantes del equipo regional, los cuales han sido y serán partícipes activos del desarrollo de sus capacidades. Hoy, enfrentamos la contingencia mirando hacia el futuro, esforzándonos día a día para hacer de esta Onemi, una mejor institución para todos los chilenos.