Falso clonador de embriones gana patente por su descubrimiento y busca su redención tras 10 años
El científico surcoreano Hwang Woo-suk engañó al mundo hace una década con su supuesta clonación de embriones humanos, un experimento que con el tiempo se demostró falso, pero que aún así acaba de ser patentado en Estados Unidos
La patente número 8.647.872 de la Oficina de Patentes de Estados Unidos, emitida el pasado 11 de febrero, reconoce el trabajo de Hwang, que provocó uno de los mayores escándalos científicos que se recuerdan.
El genetista surcoreano publicó en febrero de 2004 un artículo en la prestigiosa revista científica Science en el que proclamó haber conseguido clonar un embrión humano y desarrollar células madre a partir de él.
Lo rompedor de su descubrimiento sembró las dudas entre muchos de sus colegas, que no se detuvieron hasta obligarle a reconocer que había manipulado sus experimentos.
Su pretendida investigación le valió la admiración internacional en un primer momento y después, cuando se supo de su falsedad, la humillación ante la opinión pública, el desprecio de la comunidad científica e incluso una condena de prisión en su país.
Porque si su trabajo trascendió a los círculos especializados para copar las portadas de los periódicos y abrir los informativos de radio y televisión, mayor repercusión aún desató el descubrimiento de que eran erróneos.
En apenas 20 meses, Hwang pasó de ser el nuevo héroe de la ciencia a su villano más odiado.
Ahora, cuando se cumple el décimo aniversario del inicio de aquella revolución científica que acabó en fraude, el científico surcoreano ha recibido desde Estados Unidos un regalo en forma de patente.
Hwang llevaba años tratando de que su fallida investigación fuera reconocida. Lo intentó en más de 20 países y, de hecho, Estados Unidos es el tercer país que accede, puesto que antes lo hicieron Australia, en 2008, y Canadá, en 2011.
En concreto, la patente "Línea de células madre embriónicas humanas preparada por transferencia nuclear de una célula somática en un ovocito humano enucleado" corresponde al primero de los artículos que Hwang publicó en "Science", en febrero de 2004. Meses más tarde la revista divulgó otro, y al final se retractó de ambos. Pese al escepticismo de la comunidad científica, Hwang está decidido a probar que sus experimentos eran correctos y, entre tanto, se encontró una patente en Estados Unidos que supone un espaldarazo en su camino hacia la redención.