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La importancia de la Inspección Técnica de Obras

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Es una costumbre que las grandes construcciones del Estado se atrasen, y pareciera ser que a nuestras autoridades les resultara indiferente esta situación.

La cultura del incumplimiento de los plazos es común, y las justificaciones sobran con el único fin de ocultar la verdad. Sólo importa inaugurar.

Por otro lado, los organismos fiscalizadores guardan silencio al cruce entre lo político y lo técnico. Preocupa esta sensación de indiferencia, ya que un atraso produce costos hundidos, aumentando perjudicialmente el presupuesto final del proyecto.

Fortalecer la contraparte técnica responsable de la inspección a pocos pareciera interesarles. Los años de experiencia y estudios, que deben poseer los profesionales especialistas en estos temas, debería ser el objetivo de quienes asumen como Unidad Técnica para estos contratos. Ello permitiría que el actuar de sus ITOS (Inspectores Técnicos de Obras), realicen una función con eficiencia y calidad, propia del celo que debe cumplir un funcionario que abraza el servicio público.

Este mundo globalizado y altamente competitivo ha permitido desarrollar nuevas tecnologías en gestión y ejecución, facilitando a la inspección velar por el cumplimiento del avance físico y financiero del proyecto, incorporando al mundo de la construcción software de última generación, que agilizan los procesos, ahorrando costos y plazos.

Estos últimos años vemos algunas empresas constructoras que han visualizado un Estado "permisivo", con una inspección técnica en muchos casos débil por la poca experiencia y personalidad, con bajo soporte tecnológico de última generación (Last Planner y otros), que les permita al menos respaldar el control del plazo, el costo y la calidad de la obra.

La industria de la construcción deberá mejorar su calidad en la ejecución de sus productos, principalmente su actitud y servicio hacia sus clientes. La eficiencia debe reemplazar la forma tradicional de enfrentar las propuestas, no sólo basada en sus ganancias, también incorporando parámetros que busquen un buen desempeño y control, para satisfacción del mandante.

Cuando asumamos solidariamente una cultura de mejoramiento continuo en nuestras actividades, dejaran de ser noticias el malestar por los atrasos en avances de obras como el Estadio, la postergación de la Torre del Hospital y otras. A partir de ese momento, la relación contractual mandante y contratista estará basada en la confianza, buena fe, responsabilidad y voluntad para entender y aceptar la realidad de la contraparte.

"El atraso del estadio se debe a que hay personas sin experiencia a cargo de las obras"

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Juan Torrealba de la Rosa es el experto en control de construcciones de mayor experiencia en el Bío Bío y uno de los más calificados en el país. Ha gerenciado proyectos de envergadura en varios países latinoamericanos y monitoreado diversas obras de alta complejidad en nuestra propia Región.

Actualmente, este ingeniero civil, con casi medio siglo de trayectoria, se desempeña en el Departamento de Recursos Físicos del Servicio de Salud Concepción, y lidera los proyectos de diseño estructural del Centro de Salud Familiar (Cesfam) Lorenzo Arenas y del Hospital de Florida. Es, a no dudarlo, una voz autorizada para hablar y analizar los avances de las obras que se realizan en nuestra zona, entre ellas, la que más preocupa: la remodelación del Estadio Ester Roa Rebolledo.

Contactado por Diario El Sur, Torrealba no tuvo inconvenientes para realizar, de acuerdo a su experiencia, un diagnóstico acerca de los evidentes atrasos que sufre la obra. Sólo solicitó conocer la programación de la empresa ejecutora (Copasa), los estados de pago y realizar una visita inspectiva a los trabajos que se efectúan en el recinto de Avenida Collao, la cual concretó la mañana del pasado sábado.

Al revisar los antecedentes técnicos del proyecto, el ingeniero civil lanza de entrada una crítica que perturba: "Definitivamente, está muy mal hecha la programación, lo que indica que hay personas sin la experiencia suficiente a cargo de las obras. A mi entender, a eso de debe el atraso".

Torrealba plantea que, de acuerdo al cronograma de contrato entre el mandante (Instituto Nacional del Deporte, IND) y la empresa ejecutora (Copasa), en los seis meses de trabajo que ya se cumplen, los avances físicos, según una programación normal, debieran bordear entre el 40% y 50%. Sin embargo, lo real es que, hasta la fecha, el avance no supera el 7% físico. "Esto, a mi entender, supone un retraso de 120 días, a lo menos", plantea el profesional.

"Para que la gente entienda, lo que pasa en términos prácticos en el estadio es lo siguiente: en seis meses, que representa la mitad del plazo acordado, la empresa debiera llevar también la mitad del avance. Sin embargo, según la programación establecida, el avance físico debiera ser un 24% y el avance financiero, de 11%. Es decir, de acuerdo a la programación original, Copasa debió cobrar 900 millones de pesos y, hasta el momento, parecer que sólo ha cobrado $400 millones. Insisto, si fuera una buena programación, independiente a la acordada, el 40% de los trabajos debería estar finalizado", asegura Torrealba.

-Insisto en que hay una pésima programación. Si no hay medidas inmediatas, el atraso va a seguir aumentando. El sábado pasado, cuando visité la obra, habían apenas 15 personas trabajando. En una situación como esta, con evidentes retrasos, debieran haber, por lo menos, 150 o, quizá, 200 operarios. Además, no es posible que la empresa concentre gran parte de los trabajos para el invierno, donde es más complejo avanzar de manera normal debido a las condiciones climáticas características de nuestra Región.

-Una empresa no la hace el nombre, la hace la gente que trabaja en la empresa.

-Existen varias alternativas cuando se presentan estos problemas. La más lógica es terminar el contrato con la empresa y llamar a una nueva licitación, pero como se trata de una obra que se necesita terminar en un plazo determinado porque hay un evento deportivo programado, como la Copa América, llamar a una nueva licitación significaría retrasar aún más los trabajos. La única alternativa recomendable es que el IND obligue a la empresa a acelerar los trabajos, reprogramarlos adecuadamente y cambiar el equipo de Inspección Técnica de Obra (ITO), que es la instancia que controla y le da ritmo a los trabajos. Ese es un paso fundamental. Tiene que haber un ITO con experiencia, ya que el actual, al parecer, no ha ejercido su autoridad.

-De acuerdo al ritmo que observo, no hay posibilidades que la obra finalice antes de septiembre, según el programa original. Si se hacen los cambios, con suerte podría estar entregado a fines de diciembre, es decir, con cuatro meses de retraso. Ahora, si no hay correcciones en la programación y si no cambia el ITO, dudo que esté listo antes de marzo y, por lo tanto, Concepción podría quedarse sin la sede de la Copa América. No se olvide que hay otras obras que el estadio requiere que aún no están ni contratadas, entonces si no se toman las medidas pertinentes, el retraso seguirá creciendo.