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Alzas de las gasolinas

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Un nuevo incremento de precios registraron las bencinas, alcanzando su mayor valor hasta ahora. La Empresa Nacional del Petróleo (Enap) ha señalado que el aumento obedece a las alzas que ha tenido el producto en la Costa del Golfo de EE.UU., que se utilizan como referencia.

Con ello, se han acumulado subidas promedio de 40 pesos por litro en las últimas cuatro semanas. Las gasolinas no han dado tregua durante este verano, lo que hace prever que en los próximos días, sobre todo con el inicio de las actividades de marzo, habrá mayor presión para reajustar las tarifas del transporte de pasajeros y de carga.

Chile importa cerca del 95% del combustible que consume y Enap fija semanalmente un rango de precios, tomando en cuenta factores como su valor en el exterior y las oscilaciones del dólar. Pero resulta claro que lo que pagan los conductores resulta desmedido.

La cuestión de fondo es que alrededor de la mitad del precio de las gasolinas corresponde a impuestos, donde una fuerte incidencia la tiene el tributo específico, que nació en 1985, con carácter temporal, cuando el gobierno de la época requería recursos para que el Estado renovara las carreteras y los puentes que fueron destruidos por un terremoto en la zona central. Como suele suceder en el tema tributario, esos impuestos quedan después como definitivos.

Las coaliciones políticas que han aspirado al gobierno suelen reclamar contra ese tributo, recalcando que el vehículo dejó de ser un lujo y se transformó en una necesidad. Sin embargo, al llegar al gobierno olvidan sus promesas y una vez en el poder se resisten a renunciar a la recaudación tributaria, porque es rentable castigar a la clase media, que no se organiza ni sale a protestar.

Los paliativos que se han adoptado como mecanismos de estabilización de precios, han resultado insuficientes, porque no resuelven el problema de fondo, que es la fuerte carga de impuestos específicos. Desde hace décadas se ha planteado que este tributo, que corresponde a una contribución que se pidió a la ciudadanía para paliar los efectos del terremoto de 1985, ya cumplió con creces su objetivo y es necesario que no se siga sometiendo a la clase media a este sacrificio. Es más, como hoy las carreteras son concesionadas, se condena al automovilista a una doble carga.

Este es un problema que requiere de una solución definitiva ahora y no de paliativos momentáneos. Lamentablemente el gobierno que termina su gestión tampoco abordó la cuestión de fondo respecto del precio de los combustibles.

Voto voluntario y libertad

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El voto voluntario está dentro de la lógica del liberalismo. Liberales hay en todos los sectores políticos. Esto, en contraposición a una visión más conservadora del voto obligatorio. Así, parecía ser que bastaba con una ley de voto voluntario para que los chilenos fuésemos a votar. No fue así, en la última elección presidencial hubo 1,3 millones menos que cuando el voto era obligatorio y 7,9 millones sin votar.

No puede decirse que esto no se previno. Cuesta mucho ser liberal de verdad. El liberalismo supone muchísima responsabilidad y ética, ya sea que esta doctrina se aplique en economía, política, religión u otra actividad. Ser liberal de verdad no es fácil cuando ésta se copia desprovista de la ética y la responsabilidad que debe primar en la ciudadanía. Cuando éstas son débiles hay que generar normas sociales y que sean cumplidas a través de incentivos y sanciones. Hay liberales débiles que no tienen problema con pasar al libertinaje.

El voto es un derecho, pero también una responsabilidad y no acomodaticia para fines de algunos. Es algo universal. Hoy se observa una disminuida educación cívica y de responsabilidad, que permite libertinaje. En esto se ha sido débil en explicar que el liberalismo es una doctrina muy seria y sobre la cual hay que estudiar y no usar eslóganes ni pasiones cuando se intenta aplicar.

Hace algunos años escribí aquí una columna metafórica sobre lo difícil que es ser liberal hasta en fiestas de matrimonio pues cuando había que retirar el postre a libre elección, algunos se quedaron sin postre porque otros libertinos se habían repetido el plato. ¡Qué difícil es ser liberal responsable y respectar los derechos del resto de los ciudadanos!

En economía, los oferentes quieren libertad pero ésta es paralela con la responsabilidad y respeto hacia sus demandantes. Estos últimos quieren libertad de elección pero también deben respetar a los oferentes pagando en el momento apropiado. O sea, derechos y deberes. En política, los electores quieren que les solucionen sus problemas, pero también tienen la responsabilidad de informarse y educarse en las virtudes de prudencia y justicia respecto de sus solicitudes y los elegidos tienen derechos pero también el deber y responsabilidad de cumplir con sus compromisos, también ofrecidos prudentemente. Los indiferentes deben ser responsables en sus críticas, sus derechos, o callar si no desean participar. Los estudiantes tienen derecho a educación, pero también la responsabilidad de cumplir con sus deberes y de buena forma. O sea, derechos y deberes

Hay cierta relajación en la mantención de equilibrio entre derechos y deberes de cada uno. Esta es la base del liberalismo, sin ese cumplimiento la sociedad seguirá siendo guiada por eslóganes y tautologías. Así, los conservadores de extremo, sólo esperan.

Hay explicaciones analíticas pendientes, es parte de la responsabilidad, de quienes propusieron y aprobaron la ley de voto voluntario. Otra tarea pendientes es educar y educarse en lo que implica la libertad responsable.