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Académicos analizan histórico proceso

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Frente a la reacción ciudadana y política, tanto local como de la comunidad internacional, expertos especializados en el análisis histórico se refirieron al tema.

Para Robinson Silva, historiador egresado de la Universidad de Concepción y actual docente de la Universidad Austral de Valdivia, el punto de partida para comprender lo que pasa estos días en Venezuela radica en el momento en que Hugo Chávez irrumpe en el escenario político a través de El Movimiento de Quinta República, luego de haber sido prisionero y exiliado tras su intento de golpe de Estado en 1992.

Silva argumenta que Chávez se plantea ante el sistema con un proyecto planificado para alcanzar el poder.

"Cuando el proyecto socialista chavista triunfa en 1998, a través de elecciones, se debe entender que el cambio propuesto incluía la transformación del sistema político, económico y social de la Venezuela dominada por el bipartidismo del Copei y Adena (democristianos y social demócratas, respectivamente). El desprestigio de estos grupos, alternados en el gobierno desde 1958, prácticamente desaparecieron del mapa venezolano, reconvirtiendo a sus jóvenes en los nuevos partidos que hoy vemos como parte de la oposición", dice, apelando a un fuerte proceso democrático que se traduce en la Constitución impulsada por el chavismo, que a su juicio, es una prueba máxima de la transformación de fondo que logró el proyecto Bolivariano.

A su vez, Víctor Hugo García, profesor de la Universidad del Desarrollo y de la UdeC, plantea que la fuerte concentración de poder que alcanzó Hugo Chávez durante su mandato es parte de la génesis de lo que se ha visto durante estas semanas en Venezuela.

"Es un libreto conocido, en cuanto mecanismos de implementación de un sistema sociopolítico que no deja margen al opositor, que no acepta el diálogo como medio de solución de conflictos o implementación de políticas públicas, que busca cooptar el Estado y concentrar el poder de las armas. Ello se complementa con una política sistemática de control social en sus más diversas manifestaciones y la capacidad para someter al adversario en la calle, ese es el rol que juegan los Comités de Defensa de la Revolución cubanos y el de los colectivos civiles armados en el caso de Venezuela; en fin, esa lógica también se proyecta en la economía y ésta debe estar al servicio de los requerimientos que desde el poder central se definan como prioritarios, o que estén en concordancia con 'la revolución'", manifiesta el docente.

"El caudillismo y la creciente concentración del poder, que se originó con la irrupción de Hugo Chávez en el escenario político venezolano, proceso que se desarrolló y se desarrolla con el acompañamiento cubano, funcionó mientras la bonanza petrolera y el carisma de Chávez estuvieron presentes, hoy esas variables no están presentes y la conducción de Nicolás Maduro (incompetente e infantilmente ideologizado) sólo agravó la situación", concluye.

La mirada con aire penquista al complejo escenario venezolano

Comunidad de Venezuela en Concepción hace llamado a la paz, destacando que la pasión política debe quedar al margen.

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El clima de tensión que se vive en Venezuela sigue en alza, al mismo tiempo que las declaraciones cruzadas dentro del ámbito público de la República Bolivariana siguen en la práctica de que el oficialismo denuncia un complot de la derecha para derrocar al gobierno junto a una intervención de la CIA, y la oposición es sólida en sostener que la inestabilidad corresponde a una negligente administración de Nicolás Maduro.

En este contexto es que venezolanos residentes en Concepción y chilenos que viven en Venezuela, hablan sobre el escenario de los últimos días con diario El Sur.

Negfertti Millan es oriunda de las Islas Margaritas y en 2012 llegó hasta la capital de la Octava Región. "Conocí a mi esposo en Venezuela y nos vinimos a vivir acá", comenta Negfertti. Ella es parte de los cerca de 40 venezolanos que residen en la Intercomuna y es enfática en decir que lo que ocurre en su país, con miles de personas en las calles, es "algo que va mucho más allá de la política".

"Yo, como otros venezolanos, apelamos a que se termine la violencia, pues duele muchísimo ver cómo está sufriendo la tierra donde nací. No te puedo decir que acá hay un buen o mal trabajo del gobierno, o que la oposición busca su caída. Para mí, esto no tiene que caer en polarizaciones. Imagínate lo doloroso que es ver que hay problemas en poder adquirir alimentos, al mismo tiempo que nuestras familias y amigos se polarizan políticamente. Hoy (ayer) hablé con mi padre que está en Barcelona, del Estado de Anzoátegui, y me dijo 'hija, acá hay una batalla campal. (...) Sé que esta situación transitoria va a terminar prontamente'", cuenta.

Julie Jiménez es una de sus compatriotas que está en la zona penquista y quien hizo los trámites ante la gobernación provincial para poder llevar a cabo una manifestación pacífica, programada para hoy a las 18.00 horas, frente a la catedral de Concepción.

Julie, oriunda de Punto Fijo, comparte las declaraciones de Negfertti, explicando que la situación de estos días es algo que debe tener un punto final, suprimiendo las pasiones políticas.

"Hay que buscar un camino de paz en Venezuela", expresa, añadiendo que "la historia se vuelve a repetir. Ya lo vimos con Chávez. Cuando hubo problemas en el gobierno y la gente se manifestó, y antes de él también hay registros de presidentes a los cuales la población terminó movilizándose frente a ellos", manifiesta la venezolana, quien hace una semana está de regreso en Chile, luego de haber estado de vacaciones en su país.

"Desde que volví la situación allá se agudizó muchísimo. En diciembre, cuando llegué a Venezuela, se notaba el desabastecimiento, pero no tanto como en esta última semana... Hay un caos general que se está tomando a nuestro país", puntualiza Julie.

Una visión diferente es la que tienen dos chilenos que hoy viven en Caracas. Ellos sostienen que el proyecto bolivariano emprendido por Chávez es una cuestión que debe ser defendida, pues los aires de conspiración de la oposición y de Estados Unidos son más que evidentes, a su juicio.

"Acá, estoy llevando a cabo el sueño que no pude lograr con el compañero Allende y menos con la Concertación, que se quedó con la Constitución del 80", expresa con emoción Claudio Cáceres, un chileno de Pudahuel que hace 12 años se radicó en Venezuela y que se preparaba para asistir a una convocatoria de última hora citada por Nicolás Maduro.

"Soy un agradecido del proyecto del Comandante Chávez y del Comandante Maduro. (...) Es por la revolución que logré titularme en la universidad, cuestión que no hubiese podido hacerlo en Chile", agrega el chileno en contacto telefónico con éste medio.

A su lado está Nicolás Veloso, un penquista que salió del país junto a sus padres cuando tenía 4 años en 1978 y quien sostiene que la violencia está siendo provocada por grupos paramilitares con clara oposición al proyecto Chavista.

"Lo que vemos en las calles de Caracas son pequeños grupos que cierran las calles, queman basura y neumáticos. Las consignas de reclamos relacionados con la seguridad ciudadana y contra el desabastecimiento han ido evolucionando para pedir la salida del presidente legítimamente elegido por la mayoría de los venezolanos el 14 de abril de 2013. La situación más delicada se vive en el estado de Táchira, zona fronteriza con Colombia, lugar donde desde los primeros días de febrero grupos violentos, integrados por paramilitares, han sumido a su población en un clima de hostilidad y miedo, afectando las actividades normales de sus habitantes", mantiene Veloso en su relato, detallando que ministerios y departamentos de fiscalía han sido atacados "con disparos de armas de fuego, bombas molotov y piedras, hiriendo a trabajadores y usuarios. Los muertos hasta ahora han sido provocados por estas mismas bandas paramilitares, seleccionando a sus víctimas de forma aleatoria, siguiendo el mismo esquema del golpe de Estado del 11 de abril de 2002", concluye el penquista.

Situación venezolanaChavismo dictatorial

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Con profunda preocupación hemos seguido los hechos que ocurren en la hermana República Bolivariana de Venezuela, en donde, bajo una intención desestabilizadora de la democracia y las instituciones Venezolanas, se pretenden generar las condiciones para un golpe de Estado en dicho país. Prácticas que de sobremanera conocen nuestros pueblos en Latinoamérica y, por cierto, las hemos vivido en nuestro país. Son los intereses por los recursos naturales de Venezuela y por arrebatar los derechos sociales adquiridos por el pueblo venezolano los que mueven a la derecha política y económica de ese país, quienes aliados con Estados Unidos y la derecha Latinoamericana buscan apoderarse del petróleo y hacer retroceder la integración y cooperación Latinoamericana.

Dicha articulación se debe a la imposibilidad de revocar el mandato constitucional del Presidente Maduro por la vía democrática, el cual encabeza un bloque político que ha triunfado amplia y legítimamente en la gran mayoría de las elecciones, elecciones además reconocidas por su eficiencia y transparencia por diversos organismos internacionales, como Naciones Unidas y la Fundación Carter.

Hacemos manifiesto nuestro más enfático respaldo al Presidente Nicolás Maduro. Esperamos que prime la sabiduría, que se respeten las instituciones, que se imponga la autodeterminación de los pueblos y que los intereses golpistas y desestabilizadores sean ampliamente condenados por los distintos sectores nacionales e internacionales.

En nuestro país hemos visto cómo algunos sectores intentan colaborar con el clima golpista, vistiéndose de ropajes democráticos, siendo que fueron ellos quienes, con prácticas muy similares impulsaron, apoyaron y defienden el Golpe militar en Chile. Nos hubiese gustado que quienes dicen defender la democracia y condenan la violencia se hubiesen manifestado con la misma fuerza ante la represión sufrida por los pescadores en nuestra Región, la criminalización de las demandas estudiantiles y de los movimientos sociales, que condenaran las violaciones a los DDHH, que se pronunciaran sobre los montajes hacia el pueblo mapuche, entre tantas practicas heredadas de la dictadura de Pinochet y respaldada por una constitución ilegitima.

Hacemos un llamado al Gobierno de Chile a pronunciarse y respaldar al gobierno democráticamente elegido, a las organizaciones sociales y políticas a estar atentos a los intentos golpistas, que pretenden hacer retroceder las conquistas y avances que nuestros pueblos han ido alcanzando y a fortalecer la integración y cooperación entre nuestros pueblos.

Lo que ocurre en Venezuela es lamentable. Un gobierno que nació cuestionado en su origen y que más tarde ha tenido un muy mal desempeño económico, en materia de seguridad hoy muestra su lado más oscuro y antidemocrático.

La situación es tan grave que escasean los productos básicos y la delincuencia está absolutamente fuera de control.

No es la CIA, los fascistas ni los enemigos políticos los que han precipitado las manifestaciones masivas en Venezuela, sino más bien el lógico y natural repudio a un gobierno que ha hecho muy mal su trabajo.

Los universitarios han salido a la calle en busca de seguridad, las madres en busca de alimento y los adultos en busca de esperanza. ¿Y con qué se han encontrado? Con una represión brutal. No sólo ya hay varios muertos, producto de escuadrones de la muerte que siguen al chavismo, sino además el control de la prensa, a través de la censura y el cierre de medios de comunicación que tan sólo se han limitado a cumplir con su labor: informar.

Pero, por si esto fuera poco, al líder de las manifestaciones se le ha encerrado en la cárcel por el único pecado de protestar contra el régimen. En suma, en Venezuela ya no existe el legítimo "derecho a pataleo". Curiosamente, a pesar de este contexto, una conocida autoridad regional persiste en señalar que el gobierno de maduro es democrático... porque ganó una elección.

Lo cierto es que las elecciones son una condición necesaria, pero no suficiente para que un gobierno sea democrático. Si se persigue a los que piensan distinto, si se encarcela a los que promueven las manifestaciones sociales, si se limita la libertad de prensa, si se agrede y mata en la calle a los disidentes y si se dispara y elimina físicamente a los estudiantes, entonces estamos frente a un gobierno que hace bastante rato dejó de ser democrático y avanza hacia una dictadura totalitaria.

Por todo lo anterior, insisto, resulta notable que en nuestro país todavía exista gente que nos diga que Venezuela, su revolución y su constitución son un ejemplo que debemos imitar y que toda su propuesta política tenga como norte, principio y fin, el chavismo dictatorial.