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"Viva Dichato" tuvo un show para todas las edades y gustos

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Cuando se designó a Karen Paola como animadora para la segunda noche de Viva Dichato 2014, prácticamente se dio por sentado que la cantante daría al menos una sorpresa musical. El pronóstico se cumplió en el inicio, como para salir de inmediato del paso, y con una interpretación a dúo con Luis Jara del tema "No me ames" aunque en afinación distaba bastante del original de Marc Anthony y Jennifer López. Luego el infaltable beso o piquito, un ritual ya manoseado y que cada vez causa menos impacto, pese a los esmeros de los organizadores y reporteros por transformarlo en un acontecimiento.

La labor de los animadores estuvo entre los puntos más criticados luego en redes sociales. Karen Paola es muy simpática e irradia desplante, pero un show en vivo es muy distinto a la televisión, y en este nuevo rol se le notó un tanto forzada y predecible. Al cantante lo criticaron por participar demasiado en "Detrás del muro" aunque en este caso esa apreciación no es del todo compartida.

FELICIANO UN GIGANTE

Una de las disyuntivas que se generan en este tipo de eventos es si el planteamiento debe ser el de un programa de televisión o el de un gran festival en vivo. Viva Dichato parece apostar más por lo primero al brindar dinamismo a la parrilla, procurando no cansar al televidente. Si un monstruo de la música latina como José Feliciano hubiese estado en Viña, seguramente el show habría durado el doble, y es por ello que pese a que dio un efectivo repaso por algunos de sus grandes éxitos, hizo covers de Elvis y The Doors, y demostró su virtuosismo en la guitarra, el público adulto quedó con ganas de más. En lo musical fue lejos lo mejor de la jornada, claro que el resto de la parrilla no dejaba tanto que desear.

"Mientras más grande me hacen más pequeño me siento" decía el puertorriqueño sobre el escenario; humildad que demostraría luego al compartir con los medios de prensa y hasta sacarle lágrimas a una concejala de Coronel que llegó a sacarse una foto con su máximo ídolo.

"Siempre es un placer regresar a Chile, aunque últimamente no se ha dado con la continuidad que quisiera. Para mí este es un país de talentos musicales, con artistas que quiero y admiro como Lucho Gatica, Antonio Prieto, Myriam Hernández, Alberto Plaza o los hermanos Silva, entre tantos otros. Me encantaría venir más seguido e incluso trabajar en conjunto con algunos de sus nuevos talentos" comentó el intérprete de "Por qué te tengo que olvidar".

El músico se despidió bastante conforme ante un público que lo trató con mucho respeto; incluyendo a los más lolos que no sabían de su trayectoria.

Esa tibieza de los asistentes le jugó a favor al humorista Pipo Arancibia con su rutina "de la cintura hacia abajo". No eran chistes aptos para la asistencia familiar, y eso motivó las respectivas críticas en la web; aunque a estas alturas ya es sabido que, salvo excepciones, los humoristas festivaleros deben obviar a los más conservadores para asegurar un triunfo. Aún así, fue una rutina de altos y bajos, con varios chistes viejos y conocidos, salvando ileso de un fracaso, pero tampoco transformándose en furor.

¿REGRESA EL AXÉ?

Si se buscara un momento calificable como suceso, ese sería el regreso de Axe Bahia. Muchos se alegraron que el fenómeno noventero no se extendiera al nuevo milenio, pero quedó claro que dejaron huella en toda una generación. Hasta ahora han logrado la respuesta más prendida en lo que va del festival en base a coreografías tan simples como conocidas.

"Jamás nos imaginamos una respuesta como esta. Estamos felices y con ánimo para seguir recorriendo Chile", sostuvo Bruno, quien se mostró esperanzado en el impulso que esta cita dará a la nueva producción del quinteto de bailarines, el cual tiene un sonido más cercano a Michel Telo que al rústico ritmo bahiano.

Eyci and Cody llegaba como un dúo de "un sólo éxito", y aquello no hizo más que quedar en evidencia. Se trata de un reggetón básico aunque potente, el cual igual hizo bailar a los asistentes. El punto más alto fue "Te amo con locura" hit impulsado por una teleserie, y que deben superar pronto por éxitos de igual calibre si es que esperan sobrevivir en la compleja industria musical.

UN MURO BIEN CONSTRUIDO

En sus cuatro versiones, Viva Dichato ha tenido al humor como uno de sus puntos más fuertes a la hora de lograr altas audiencias. Es por ello que se esperaba con ansias la presencia de "Detrás del muro" sección de Morandé con Compañía que tenía la dificilísima misión de pasar del formato televisivo al de los espectáculos en vivo.

Lo consiguieron con creces, manteniéndose fieles a su fórmula dinámica, con toques de absurdo, algo de picardía y personajes que ya cuentan con el cariño de los chilenos. Se nota trabajo y humildad, algo que muchos consagrados no han demostrado, dando por sentada la respuesta de los asistentes.

No es un show que saque carcajadas, pero si con el mérito de mantener una sonrisa intacta de principio a fin. Kike Morandé es una pieza clave y Luis Jara lo suplió bien. Su rol era necesario al representar al bandejero pacato y un poco urgido ante las salidas de los comediantes, prestándose con cantos e intervenciones para la rutina. La gracia es que la gente es cómplice de los muchachos de El Muro, y es probable que ello genere críticas al voleo. Lo cierto es que su presencia era necesaria y el resultado no habría sido el mismo con otro animador menos asertivo.

El cierre fue con Jordan y sus éxitos del movimiento sound, un espectáculo festivo pero sin el peso de un artista experimentado. La prueba de fuego fue superada y su presencia en un escenario moderno e imponente servirá de postal para difundir su propuesta tanto en el país como en el extranjero.

En suma fue una noche variopinta, con un público respetuoso y participativo, dejando la vara alta para las jornadas que se vienen.