Dos autores penquistas han conseguido abrirse paso en el complejo mundo de las editoriales nacionales, y ahora con segundas tiradas de sus libros, que hoy postulan al Premio Altazor.
Era el momento oportuno: Un libro que hablara de la historia y el devenir de la bicicleta en el país. "Fue como una epifanía", dice el autor, Tito Matamala, a quien se le ocurrió la idea a mediados de 2012.
La presentó a la editorial Alfaguara-Aguilar, donde fue aceptada "en menos de una hora", según recuerda el autor. Por los próximos meses, Matamala se metió de lleno en el mundo de las bicis, hasta que en junio de 2013 apareció el producto: "Chile bicicleta. Una crónica de pedales y nostalgia".
Al libro le fue bien, la punto de anunciar una segunda edición, con el objetivo de suplir la demanda.
Matamala actualmente comparte la casa editorial con Carlos Basso, cuyo libro "La CIA en Chile" también lleva una segunda edición. "Somos los dos únicos bacalaos al sur del río Tinguiririca que son considerados por editoriales grandes en Santiago, y más encima amigos cercanos", dice Tito con humor.
Desde que escapó de su departamento en bicicleta horas después del terremoto de 2010, a Matamala le ha cambiado la vida.
"Tenía una Oxford de fierro, la más básica, pero rápidamente fui entendiendo la ciencia detrás de la calidad de una bicicleta. Hay que olvidarse de las bicis de supermercado y siempre pensar en una propia. Es como comprarse un pantalón: Depende de tu talla".
Ahora posee dos bicis hechas a su medida por el artesano Alejo Gallegos, del taller "Rocinante Cleta". Una MTB de aro 26 y una rutera de aro 28. Con ambas ha sumado más de 1250 kilómetros de recorrido en seis meses.
UNA OPCIÓN
"Chile bicicleta", como sus otros libros, es una historia personal. La de Matamala y su relación con los pedales desde que recibió de regalo la primera bicicleta en 1970, lo que se condice mucho con la historia general del país: El gobierno de la Unidad Popular, la dictadura, el regreso a la democracia.
"Hay un reflejo entre la situación política y económica de un país y el modo en que se acepta o se niega a la bicicleta. Hoy creo que es una moda, pero tengo la esperanza de que ésta se transforme en una opción legítima de transporte", señala el autor.
¿Y qué viene? Su colega, Carlos Basso, trabaja en un nuevo proyecto, acorde con su afán por la investigación periodística: "La CIA y Pinochet".
Además, su anterior libro, "América nazi", tendrá en abril una nueva edición para Chile y Argentina, esta vez por Alfaguara-Aguilar.
A su vez, Matamala confiesa que en febrero entrega el siguiente libro para la misma casa editora, pero advierte que no puede revelar de qué se trata. "Sólo que, por el tema, será muy divertido de leer y reírse a carcajadas. Mi amigo Carlos es un eximio periodista, yo sólo soy un comediante", refiere.
POR EL ALTAZOR
Un año de diferencia generacional en la escuela de Periodismo de la Universidad de Concepción separan a los periodistas Matamala y Basso. Ambos manifestaron temprana vocación por la literatura y la crónica periodística, y supieron a tiempo que el único truco para alcanzar el éxito en la vida es la perseverancia. "Cierto, hay que perseverar como burro porfiado, no sirve otra receta", acota Matamala.
Cabe destacar, además, que los textos de ambos autores ahora postulan al premio Altazor en la misma categoría: "Memoria chilena".