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El recargado inicio de año que tuvimos en el Bío Bío

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Cuando febrero está recién despegando, ya se extraña el enero 2014 que se desarrolló en Concepción en materia artística y cultural. En el primer mes del año, la capital del Bío Bío tuvo una agenda colmada de actividades, las cuales se distinguieron por la variedad de su naturaleza estética como propuestas "públicas".

Con más o menos convocatoria, las sorpresas no se dejaron esperar durante el desarrollo de las más de 40 alternativas de la Escuela de Verano UdeC 2014 en áreas de espectáculos, conversatorios y exposiciones. En el campus enero fue un claro ejemplo para asumir el llamado de este año: "La fiesta: El arte de celebrar".

En este sentido, dio gusto enfrentar una exposición como "Satelitarte". Allí arte, ciencia y tecnología se cruzaron y se dieron la mano con propuestas tan luminosas como la de Claudio Romo, "La tira de la peregrinación", verdadero relato en movimiento; hasta acercamiento a cuestiones de esencia contemporánea como el intertexto de Óscar Concha ("Desde arriba no vemos lo que sucede abajo"). Allí interviene la concepción de obra para observar un tema activo como es la globalización.

La inauguración de la muestra, en la cual intervinieron unos 17 artistas, contó con una muy entusiasta convocatoria, más de 100 personas.

Son éstas las que parecieran haberse multiplicado por 50 hasta alcanzar las más de 5 mil personas en la muestra con lo mejor del Festival de Bandas, iniciativa desde ya para agendar el próximo año.

Un detalle gratificante fue ver a una buena cantidad de gente entonando -cuales hits- cortes de bandas penquistas como Niño Cohete, El Increíble Señor Corbata o Mantarraya, invitados especiales en la histórica jornada sabatina.

LA CUESTIÓN PROPIA

Lo anterior proyecta un tema aún más relevante y que se relaciona con una cuestión identitaria. Es el impacto que tienen hoy las actividades de creadores penquistas en su propio medio. Esto habla de una disposición mucho menos prejuiciosa, especialmente, de las nuevas generaciones. Vía internet, redes sociales y formas tecnológicas disponibles, acá se está privilegiando la forma y el contenido, texto e interpretación en favor de un solo gran tema: Concepción. Por supuesto, con el apellido que implica la globalización y sus fiestas.

Pancho Molina, en un coloquio realizado sobre el rock penquista, también en la Escuela de Verano; hizo una observación más interesante que aquellos de creerse o no capital o matriz del rock chileno.

Lo interesante pasa por cómo Concepción ha fundado un sonido propio, particular. Es éste el que se siente en el acorde, letra o forma.

También en el gesto, el acto y la palabra de una obra como "Víctor", la cual tuvo una convocatoria superior a las 5 mil personas en El Foro. La obra teatral montada por la compañía La Otra Zapatilla puede verse como una extensión del segundo TropiConce, festival de artes escénicas convocado por la agrupación formada el 2007.

Han pasado seis años de esa partida y Concepción transita por una apuesta dramática propia, identitaria. Allí juegan a favor grupos como El Oráculo y Santobordell, entre varios, que están mostrando un trabajo hecho con seriedad, gusto y amoroso respeto.

Todos tuvieron su plano en este enero, que podría ser visto como el primer mes del resto de las actividades artístico/culturales en la Región. Los públicos están, también los contenidos. Basta seguir creyéndose el cuento penquista sin necesidad de mirar para el lado.