"No, hasta aquí llega mi labor como brigadista". Estas fueron las palabras que expresó ayer en el Hospital Clínico del Sur Alfredo Quezada, uno de los trabajadores que sobrevivió al incendio originado en el Fundo Llollahue -Florida- perteneciente a Celco y donde murió un brigadista de 27 años de la empresa Working On Fire que prestaba servicios a la empresa.
El joven de 21 años, que sufrió quemaduras en el 3% de su cuerpo, comentó tras la visita que le realizó el intendente del Bío Bío, Víctor Lobos, los momentos que le tocó vivir y donde su compañero de trabajo Narciso Tapia (27) falleció y su otro colega, Jimmy Navarrete, quedó con el 25% de su cuerpo quemado.
"Todo ocurrió tan rápido que no tuvimos tiempo para reaccionar. Estábamos dentro de una cárcava y ésta se inflamó. Tuvimos que salir arrancando y subir una barranca para escapar de las llamas. Yo subí primero, pero mis compañeros no. Cuando el fuego estaba cerca de nosotros lo único que pude hacer fue darle la mano a mi amigo (Jimmy Navarrete) y sacarlo de donde estábamos, pero a mi otro compañero no lo pude sacar", recordó el brigadista que la próxima semana podría ser dado de alta.
Al mismo tiempo que Quezada contaba como ocurrió la tragedia, la familia de Narciso Tapia llegaba al Servicio Médico Legal (SML) para retirar el cuerpo. Sin embargo, este no fue entregado, al parecer, porque se estaba a la espera del resultado de ADN, el cual tarda 48 horas, por lo que los restos del joven oriundo de Chillán sea entregado el sábado a sus seres queridos.
Pese a que Conaf no tiene los registros de todos los brigadistas de empresas privadas que han fallecido cumpliendo la labor de control de incendios, sí cuenta con una estadística de 1970 de las muertes que ha tenido la institución en este ámbito. La cifra a nivel nacional llega a 24 y en la Región es de 11 muertes.
Las situaciones que más impactantes fueron las ocurridas el 8 de Abril de 1979, cuando el avión cisterna Canso 31 se estrelló en el incendio forestal El Rosedal, Chiguayante, causando la muerte a 4 personas. El otro hecho se remonta al 1 de marzo de 2003, cuando 4 miembros de la Brigada 301 de Tomé fallecieron quemados en el incendio forestal Guarilihue, en la comuna de Coelemu.
SALUD ESTABLE
A pesar que el miércoles las informaciones daban cuenta que los dos brigadistas lesionados que llegaron al recinto de salud venían en un estado complicado, esto fue cambiando en el transcurso de las horas. El contralor médico del Hospital Clínico del Sur, Humberto Melo, comentó que Jimmy Navarrete se encuentra en una condición grave, aunque sin riesgo vital, y que en las próximas horas sería trasladado a la unidad de quemados de la Mutual de Seguridad de Santiago debido a que sufrió quemaduras profundas.
"Tiene los dos muslos, la cara, el cuello y la pierna derecha afectados. Las quemaduras profundas derivan en necrosis del tejido por lo que se deben realizar injertos. En este caso en las extremidades inferiores", contó el profesional.
Navarrete podría ser trasladado en las próximas horas a la capital para iniciar el tratamiento y se espera que sea dado de alta en un mes más.
En tanto, Alfredo Quezada, que está en una sala convencional, que tuvo lesiones menores en su cara, muslo y pierna derecha podría ser enviado en su domicilio en la localidad de Quiriquina, comuna de San Ignacio.
INVESTIGACIÓN
La máxima autoridad de la Región comentó ayer que el Ministerio de Público aún se encuentra investigando las causas del incendio. No obstante, sostuvo que la información que existiría, es que la mayoría de los siniestros que se han originado en la Región serían intencionales, esto debido a la simultaneidad y porque ocurren en un mismo día.
"Los fiscales están trabajando en la investigación. Nosotros esperamos que se logre determinar quiénes son los autores de estos incendios y ahí nosotros veremos si nos hacemos parte de las querellas si es necesario, para conseguir las máximas penas", contó.
El intendente volvió a recalcar que este tipo de hechos no puede quedar indiferente a la comunidad y volvió a llamar para que exista prevención por parte de las personas, para que no se generen incendios.