Cuando los ministros le comunican un problema "los reprimenda" y pide que no le "hagan doler la cabeza", publicó la prensa trasandina.
"Está aislada y encerrada en su núcleo duro y enojada con el resto". Así catalogó el diario Clarín de Buenos Aires -citando fuentes gubernamentales- el estado de ánimo en que se encontraría la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, tras su regreso al trabajo después de 33 días de silencio.
A pesar de mostrarse cercana y risueña con sus partidarios en el discurso realizado la noche del miércoles en la Casa Rosada, en la intimidad de los pasillos de la sede del gobierno todo sería distinta.
Según publicó el medio argentino, "con los ministros se comunica mayormente para reprenderlos". Y si éstos le insisten con un problema a la mandataria K, ella "pide que no le hagan doler la cabeza", contó un funcionario.
Al parecer, la gobernante argentina estaría decidida a evadir los problemas que han aquejado al país durante el mes que estuvo alejada de sus funciones en Buenos Aires. Durante su discurso no se refirió a la crisis energética que tiene todavía -desde hace casi un mes- a varios barrios de la capital sin luz y que ha desencadenado espontáneas protestas.
Tampoco se refirió al alza de dólar paralelo, que se distancia cada vez más del dólar que se cotiza de forma oficial, ni la devaluación del peso argentino y de la inflación. Igualmente no dijo nada del incremento de la inseguridad, los saqueos que se produjeron en su ausencia al comercio y las protestas policiales que tuvieron en jaque la seguridad del país.
Se dedicó a arengar a sus partidarios, a hablar de lo linda que habían quedado las estampillas que conmemoran "la década ganada" K, a "machacar" a los medios de comunicación y reivindicar a La Cámpora, el movimiento juvenil kirchnerista que cada día escala más al interior de la esfera oficialista.
"No hay un programa para afrontar los problemas que se amontonan y ella (la Presidenta) sigue en sus peleas chiquititas", agrega el funcionario. Si en el discurso no dijo nada, sostiene Clarín, en lo privado tampoco. "No hay señales de que esté pensando ideas novedosas para atacar los problemas que aquejan a la nación Argentina", agrega la publicación.
Con la reciente salida del gobierno de Guillermo Moreno, el polémico ex subsecretario de Comercio, el círculo íntimo de la mandataria se redujo en un tercio. Sólo su hijo Máximo Kirchner y el ideólogo del kirchnerismo, Carlos Zanini, aparecen hoy como los más cercanos a ella. Este último es el encargado de informar de los movimientos que realizan sus ministros.
En una defensa a las palabras que pronunció Fernández de Kirchner en su regreso, el jefe de Gabinete de la Rosada, Jorge Capitanich, afirmó que "una presidenta en un discurso no puede hablar de todos los temas", justificando así la falta de contingencia en la reaparición de la Mandataria.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Scioli, reveló por primera vez públicamente, sus reales intenciones de ser candidato a la presidencia argentina, en una entrevista concedida a la cadena de noticias TN.
"La experiencia y responsabilidad de mi trabajo me preparó para la responsabilidad de presidir la nación", aseguró convencido de sus opciones. El dirigente peronista, actualmente alineado con la facción kirchnerista, se adelanta a Sergio Massa, peronista opositor a los K, que aún no oficializa sus pretensiones, y al líder de la Unión Cívica Radical, Julio Cobos, que por estos días tantea una opción de correr por la Casa Rosada.