"Nosotros creemos más en la chilenidad que nos acoge"
A propósito de la Escuela de Verano UdeC, donde se está desarrollando "La fiesta: El arte de celebrar", hablamos con uno de los referentes en cuanto a las celebraciones de carácter popular.
Después de escuchar la exposición del académico Maximiliano Salinas, experto en cultura popular, en la inauguración de la Escuela de Verano 2014, "La fiesta: El arte de celebrar"; quedó la sensación: Uno de los ausentes en la instancia y programa de tres semanas organizado por la UdeC era Dióscoro Rojas.
Quiso el destino, sin embargo, que el Gran Guaripola de los Guachacas, de actuales 63 activos años; aterrizara en la zona. Claro que para participar en una jornada -podemos anotar- en el otro extremo de lo que es la Escuela del Campanil, con carácter temático desde 2002.
Rojas llegó a una Región que lo sabe recibir a tono, para ser el maestro de ceremonias de la II Cumbre Guachaca celebrada el sábado en la histórica comuna de Cañete.
Durante una pausa en la jornada cañetina, el líder de "las cumbres guachacas" desde su inicio republicano en 1997, se dio tiempo para conversar con El Sur sobre el sentido de la fiesta en Chile. Algo no menor, pues en esta Región se celebran 180 citas del ramo durante el año.
- Por su historia y su gente, sobre todo. Cañete es una ciudad trabajadora, amable y cariñosa desde que el tiempo es tiempo (se fundó el 19 de enero de 1558). Es un privilegio estar donde nace Arauco. Acá tenemos el Museo Mapuche, fuerte Tucapel, lago Lanalhue y el Lleu-Lleu. Las mejores papas, las cerezas y el trabajo de la gente. O sea, estamos en la flor y nata de la belleza salvaje.
- No tenemos fórmula, ni receta magistral. Como soñamos en colores, nos tropezamos a cada rato. Así encontraremos la llave del tesoro perdido. Es lo que creemos. Son las personas de cada una de las localidades quienes nos van rumbeando cómo hacer la festividad. Construimos con todos y creemos que es un buen ejemplo hoy día (...) Porque los chilenos, pensamos como los chilenos y sentimos como tales. Aquellos que creen que tenemos el corazón en otros países se equivocan: Nuestro corazón es azul, blanco y rojo, y en el pañuelo de la cueca llevamos una estrella solitaria.
- Nosotros decimos que no, porque en las "fiestas" que dirigen los alcaldes con sus productores, éstos hacen y deshacen. Se preocupan por construir teatros que nadie quiere, hacen espectáculos donde la gente no participa y son todos de diferentes tintes políticos. Hace más de 30 años que vienen dando la hora con relojes importados. A estas pequeñas elites, les interesa más el artista que la gente. Por eso nosotros proponemos una verdadera revolución sentimental. Una donde la gente se emocione y los artistas trabajen para ello. Es en ese aspecto donde le pegamos la vuelta. Por eso creemos mucho más en la chilenidad que nos acoge, ante una cultura que nos excluye.
- Las elites siempre han impuesto censuras de todo tipo, en contra de las celebraciones de los populares, lo que ha operado más como aliciente que como un real censurador. Si una chingana era cerrada, 100 más se abrían, sin permiso, ni visibilidad. Siguen existiendo a lo largo de todo el país miles de fiestas, que es lo que nos va dando las caracterizaciones de lo regional. Hay algunas como la Challa, y la Fiesta de la Primavera que ya no existen. Es cosa de recorrer un poco, para ver las miles de fiestas que hay en este territorio tan colorido. No es que las fiestas se hayan perdido, es que algunos se han perdido de ellas.
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- No conocemos esa fiesta, pero nos parece de cenáculo a primer oído. No sabíamos que la celebración era un arte. Nos tintinea en la lejanía. O diríamos mejor que los que están celebrando escucharon repicar, pero no supieron dónde. Pero igual oramos por ellos, están en nuestras súplicas y los felicitamos.