Tribunal sólo consideró que el cura cometió ilícitos en contra de una de las 3 víctimas que denunciaron.
Una condena que puede considerarse de dulce y agraz para Fiscalía y querellantes fue la determinada por la Sexta Sala del Tribunal Oral en lo Penal de Concepción en contra del sacerdote Audín Araya, quien ayer fue encontrado culpable de 2 delitos de abusos sexuales reiterados en contra de un menor de edad.
De dulce, porque se logró generar convicción en el tribunal de la responsabilidad de Araya respecto a hechos de connotación sexual consignados en el número 1 de la acusación fiscal y que afectaron a I.E.V.R. en la oficina que el cura tenía en el Colegio Salesiano de Concepción, cuando éste era su rector.
De agraz, porque no se consiguió el mismo convencimiento en las magistrados Paola Schisano, Cecilia Grant y María Francisca Durán, en referencia a los ilícitos imputados en 4 acápites más de la acusación y que involucraron a otros 2 menores más en 2008.
El fiscal Alejandro Alí afirmó que el tribunal coincidió con la tesis del Ministerio Público, en relación a la calidad de abusador sexual de Audín Araya. "Los ilícitos los cometía prevaleciéndose de su calidad de sacerdote, mediante la manipulación de la creencia católica que profesaban sus víctimas", dijo Alí.
Señaló que la condena pudo ser diferente si uno de los 3 jóvenes afectados no se hubiera quitado la vida (M.M.A.S.). "Eso, lamentablemente, marcó una diferencia, porque no tuvo la oportunidad de estar en este juicio y contar lo que hizo Audín Araya. Tratamos de darlo a conocer por otros medios de prueba, pero es difícil reemplazar una declaración directa", señaló el persecutor.
Alí dijo que el tribunal no tuvo la convicción respecto a los hechos que relacionaron a la tercera víctima, J.P.M.V., porque faltaban algunos medios de prueba, "pero acá no se habla de una inocencia", señaló.
Ante este escenario, el Ministerio Público cambió su solicitud de pena de 10 a 5 años. Hay que considerar que Araya tiene dos atenuantes que podrían ser consideradas, irreprochable conducta anterior y colaboración en la investigación.
Renato Fuentealba, abogado querellante, recordó que desde un comienzo las víctimas perseguían que Araya no tuviera más contacto con menores de edad. "Ese objetivo ha sido cumplido, puesto que al ser condenado, queda inhabilitado para esto. Ese es el motivo por el cual se denunciaron los hechos ante las autoridades de la congregación y, posteriormente, ante el tribunal", dijo.
La difícil situación por la que tuvieron que pasar los afectados y el proceso que significó el juicio serán ponderados al momento de decidir si se presenta un recurso de nulidad, una vez que se conozca la sentencia, el próximo 18 de enero, indicó Fuentealba.
"Un aspecto que pudo influir en esta condena, respecto al caso de J.P.M.V., es que una funcionaria de la Policía de Investigaciones que hizo su informe pericial no asistió a declarar sobre la credibilidad del relato por una situación médica", señaló el querellante.
Uno de los abogados que representa a Audín Araya, Claudio Arrepol, señaló que están satisfechos con el veredicto: "Vamos a esperar a que salga la sentencia para estudiar las razones por las cuales el tribunal estimó que hay razones para condenar por un caso, pero nosotros sostenemos que sigue siendo inocente".
Arrepol comentó que su cliente ha sufrido mucho por todo el proceso y ha sido sometido a tratamiento psiquiátrico y médico, por lo que lo único que quiere es terminar con toda esta situación.
En un comunicado firmado por Alberto Lorenzelli, provincial de la Congregación Salesiana, la orden indicó que "asume esta decisión judicial como un paso relevante en el esclarecimiento de la verdad y en la aplicación de la justicia". Agrega que se ha colaborado con la justicia y que confían en los tribunales. "Lamentamos profundamente el dolor que esta situación ha generado a los jóvenes denunciantes y sus familias, como también a la comunidad educativa del Colegio Salesiano de Concepción", señala el documento.