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Advierten riesgos de métodos in vitro Aprueban un fármaco para la diabetes

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Los bebés concebidos a través de terapias de reproducción asistida, incluyendo la fertilización in vitro, corren un mayor riesgo de morir en el parto que aquellos concebidos naturalmente, según un estudio divulgado en Australia. El informe, elaborado por la Universidad de Adelaida, también halló que estos bebés tienen el doble de posibilidades de morir en los primeros 28 días de nacimiento y de nacer de forma prematura, mientras que la posibilidad de tener un peso por debajo de lo normal se triplica. Estas observaciones se desprenden del análisis de 300 mil nacimientos, entre ellos 4.300 alumbramientos de bebés a través de varias técnicas de reproducción asistida.

Las autoridades de salud de EE.UU. aprobaron un nuevo medicamento fabricado por las empresas Bristol-Myers Squibb y AstraZeneca que recurre a un nuevo método para reducir el nivel de glucosa en la sangre. Forxiga es una tableta que se toma una vez al día y que ayuda a los pacientes con diabetes a eliminar el exceso de glucosa a través de la orina. Eso la diferencia de otros medicamentos que reducen la cantidad de glucosa que se absorbe de los alimentos y que se almacena en el hígado. Es el segundo producto aprobado en EE.UU. de la nueva clase de medicamentos conocidos como drogas SGLT2. En marzo se aprobó el fármaco Invokana, que también ayuda a la eliminación del exceso de azúcar.

Investigadores lograron secuenciar el genoma del tiburón elefante y hallaron genes que impiden la calcificación de los cartílagos, lo que puede abrir nuevas vías de investigación para enfermedades óseas como la osteoporosis. La U. Pompeu Fabra de Barcelona colaboró en el estudio que publicó esta semana la revista "Nature", y que estuvo encabezado por el Institute of Molecular and Cell Biology de Singapur. La misión de la investigación fue comparar el genoma del tiburón elefante, un pez cartilaginoso, con el pez cebra, que tiene huesos calcificados. Con el estudio se resolvió una parte de cuál es la base genética de los huesos calcificados, es decir, lo que los hace duros y resistentes.

Guaguas distinguen quién es amistoso y quién es hostil aún antes de hablar

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Aún antes de que puedan hablar o tengan información sobre estructuras sociales, los bebés pueden discernir si otras personas son amistosas u hostiles, según un estudio que publicó esta semana la revista especializada "Journal of Experimental Psychology: General".

"Esta es una de las primeras pruebas de que los bebés observan las relaciones sociales de otras personas", escribió Amanda Woodward, profesora de sicología en la Universidad de Chicago y una de las autoras de la investigación.

Para el estudio, 64 niños de 9 meses de edad fueron separados de forma aleatoria en grupos, con los que observaron videos que mostraban el comportamiento de dos adultos cuando comían dos platos, así como las reacciones positivas o negativas de cada uno de ellos frente a la comida.

La otra autora del estudio, Katherine Kinzler, explicó que se presentaron a los bebés escenas con comida porque "la comida puede proporcionar información social que es muy importante".

"El comer con familiares y amigos es una acción social, y por eso los bebés pueden inclinarse particularmente a usar los comportamientos durante la comida para hacer inferencias sobre las relaciones sociales", señaló Kinzler.

Para investigar si los niños vinculaban las reacciones a la comida con las relaciones sociales, el experimento examinó de qué manera respondían a los videos que mostraban a los mismos adultos actuando de manera positiva o negativa entre ellos.

Las investigadoras evaluaron las reacciones de las guaguas a esos vídeos y midieron el tiempo que pasaban enfocados en la escena detenida en la pantalla al final de cada video.

"Cuando los bebés ven algo inesperado miran más tiempo", explicó Wooodward, ya que "es algo fuera de lugar para ellos y tienen que comprenderlo", aseguró.

Según las autoras, las respuestas de los bebés a los videos indicaron que les sorprendió que dos adultos a quienes les gustaron las mismas comidas se comportasen de forma negativa entre ellos, a la vez que les inquietó que los adultos que no tenían el mismo gusto se comportaran como amigos.

Las conclusiones del estudio proporcionaron las primeras pruebas de que las raíces de un aspecto crítico de la cognición social, esto es, el razonamiento acerca de las interacciones sociales de otras personas sobre la base de los gustos y disgustos de esas personas, puede rastrearse a la infancia temprana, según explicaron las autoras del informe.

etapas de la interacción

Según han indicado estudios anteriores, después del nacimiento y hasta los siete o nueve meses, el niño no tiene ninguna posibilidad de "simpatizar" con sus pares, dado que no se percibe a sí mismo como un ser autónomo, sino como algo que no se diferencia de su mamá. De acuerdo con esos reportes, cuando el bebé empieza a darse cuenta de que es un ser único experimenta una sensación de ansiedad e inseguridad que se manifiesta a través del miedo a los extraños.

Al año de edad, los primeros pasos alejan al niño físicamente de sus papás y le permiten conseguir pequeños avances de autonomía. Esta conciencia de sí mismo se refuerza en los meses siguientes, adquiriendo los instrumentos necesarios para empatizar con los demás. A partir de los dos años, las relaciones con los demás se desarrollan hasta el punto de que el niño deja de jugar siempre solo. Muestra interés por las actividades colectivas y es amigable con sus compañeros, pero también comienza la etapa en la que se siente preparado para defender su espacio.