Secciones

Dionisio fue el gran referente en inicio de Escuela de Verano

Iniciativa organizada por la Universidad de Concepción, tal como lo hace desde el 2002, este año tiene como tema central "La fiesta: El arte de celebrar". Invitación es a familia penquista.

E-mail Compartir

La "festiva" charla inaugural de Maximiliano Salinas, experto en cultura popular, no sólo debiera ser parte de una instancia de carácter académico como la Escuela de Verano 2014.

El historiador, entendiendo los acelerados y juveniles tiempos que corren, debiera ser auspiciado por la propia UdeC (u otra casa de estudios superiores), para recorrer los colegios de la Región. ¿El motivo? Compartir y hacer una verdadera celebración con su conocimiento acerca de la chilenidad. Acá, entendida desde sus expresiones populares, logrando así que alumnos y futuros gestores del país tengan claro lo importante de las raíces y lo criollo. Finalmente, lo que construye nuestra identidad.

Quizás sea ésta la principal invitación de la casa del Campanil, donde ayer se inauguró la nueva instancia temática, para que los penquistas compartan, conversen y conozcan algo más de "La fiesta: El arte de celebrar".

"La fiesta está para hacerse y no conversarse", decía ayer Dióscoro Rojas de paso en la zona.

Lo descrito por el Gran Guariopola de los Guachacas quedó evidenciado en la Casa del Arte durante la encendida presentación -tres temas en unos 20 minutos- del Alminar Ensamble, especializado en música judeo/española. Cuerdas, vientos y percusiones, junto al grupo de danza Tribal, lograron el mayor cometido de los organizadores: Hacer de la Casa del Arte una fiesta. "Si alguien se anima a hacer palma o bailar, puede hacerlo", llamó entusiasmado Fernando Escobar, director de la agrupación, que desarrolló un repertorio de coloridas características y muy sólido, aunque sonó un poco fuerte.

La invitación de Escobar era muy simple, directa, integrarse a esta fiesta que no debiera tributar a nadie más que a Dionisio: Dios del vino y gran inspirador del éxtasis que puede llegar a producir la festividad como concepto enfocado en el compartir con otro.

EXPRESIONES DE ALEGRÍA

Claramente, la jornada en la Casa del Arte tenía esa formalidad que explica que nadie se animara a bailar o hacer palmas.

"Le damos la bienvenida a quienes nos visitan para compartir en música, teatro, baile y ciencia (...) Todas manifestaciones de lo humano en este encuentro intelectual intenso durante las próximas tres semanas", saludó el rector Sergio Lavanchy sobre la iniciativa de la UdeC. Desde el 2002 se desarrolla con un fundamento temático cada año.

La principal autoridad universitaria acotó que la fiesta a la que se hace mención va a permitir una reflexión colectiva sobre un símbolo importante en el quehacer humano. "Una fiesta con variadas expresiones de alegría", dijo, en este caso para recordar un hecho de carácter notable desde lo profano o desde la perspectiva de las celebraciones católicas, como Navidad o Semana Santa. "Eso se contrapone con la mirada profana de las fiestas populares relacionadas con un hecho histórico para contribuir a la identidad de los pueblos", resumió Lavanchy.

"La fiesta: El tiempo de Dionisio que vuelve hacia nosotros" tituló Maximiliano Salinas a su exposición. En más o menos 30 minutos el experto hizo un recorrido de carácter histórico/social sobre el significado de la Fiesta como proceso en nuestro país.

Su mirada abarcó básicamente desde la Independencia (1810-1812) a la Unidad Popular (1970), a través de citas a historiadores (como el penquista Pedro Ruiz Aldea), poetas -Neruda, la Mistral, Nicanor Parra- o personajes de raíz popular como Juan Verdejo, ilustración de carácter muy relevante durante la época de publicación de la revista "Topaze" entre 1930 y 1960.

"La figura de Dionisio está relacionada con las primeras celebraciones en su nombre para festejar la vida en la Tierra y el hombre", indicó Salinas, para referirse a festejos de carácter mucho más simple para saludar las montañas, los ríos, el cosmos. Finalmente lo divino.

Aquello, agregó, cambiaría con las civilizaciones urbanas más cercanas al siglo XIX con su culto a las guerras, las razas. "Un espíritu antidionisiaco. La vida cultural está atravesada con esta mirada", apuntó.

FIESTA EN EL ADN CRIOLLO

Durante su ponencia, el historiador también especializado en la risa y su esencia, planteó dos preguntas a la audiencia: ¿Cuán festivos somos? y ¿Cuán originario somos?

Agregó que este "tiempo festivo", más que venir del Norte (la referencia es Estados Unidos) debe ser tiempo del Sur de raíces mestizas. "Es tiempo de festejar", invitó en alusión a las celebraciones mapuches, como aquellas grandes fiestas -algunas con hasta 20 mil personas- que incorporaron los placeres de la cultura española", sostuvo.

Por lo mismo, desde su mirada resulta clave mirar la historia de Chile desde la perspectiva de la fiesta.

"El espíritu del Norte, consumista, es entonces antidionisiaco, por el contrario el Sur es dionisiaco", comentó, en el sentido de que esta parte del continente representa (o debe representar) el equilibrio. Ello, por lo menos, hasta los primeros años del siglo XX ('30), estuvo marcado en la esencia del pueblo chileno.

Hoy

15:00 - 16:00 horas

Sala 1-1 Facultad de Humanidades y Arte. Seminario de Teatro "Concepción y sus

escenas".

18:30 horasAuditorio UdeC Mesa redonda: "La fiesta de lo humano y lo divino".

Sergio Armstrong, Edgardo Neira y

Alejandra Brito.

21:30 horas, Foro UdeC

BafoudecBallet Folclórico de la

Universidad de Concepción

Mañana

18:30 horas, Auditorio UdeC

Conferencia: "La vida: Una Fiesta que se conquista", de Óscar Ponce

21:30 horas Foro UdeC Paula Herrera

7 al 25 enero

Exposición: Fotógrafa y revolucionaria,

Tina Modotti.