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Preparación y resilienciason claves ante los desastres naturales

La gestión del riesgo de desastres es fundamental para minimizar el efecto de estas situaciones que escapan a nuestro control.

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Terremotos, tsunamis, inundaciones, erupciones volcánicas, incendios forestales y toda la serie de desastres naturales que suelen azotar a nuestro bello país y al planeta en general, tienen en común, además de su capacidad destructiva, el poner a prueba a la humanidad tanto individualmente como en forma colectiva.

Las decisiones que tomamos o dejamos de tomar antes, durante o después de la catástrofe repercuten en qué tan graves sean sus consecuencias, por lo que es trascendental que sean las correctas.

Este proceso se enmarca bajo el título de gestión del riesgo de desastres, tema del que tratará el "Seminario nacional para la reducción del riesgo de desastres y adaptación al cambio climático" que tendrá lugar este viernes desde las 9 horas en el auditorio Jaime Baeza, Empreudec.

La actividad, que es parte de la Escuela de Verano de la Universidad de Concepción, es organizada por el Programa de Educación en Desastres de esa casa de estudios y es parte del segundo encuentro de Redulac (Red de Universitarios de América Latina y el Caribe para la reducción de riesgos de emergencias y desastres), capítulo chileno.

Oscar Cifuentes, director del Programa de Educación en Desastres y docente del Departamento de Geografía, explica la relación entre cambio climático y riesgo de desastres.

"El informe especial del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático sobre la Gestión de riesgos de fenómenos extremos y desastres demuestra que muchas medidas para abordar el riesgo de desastres naturales como una correcta planificación del uso del suelo, la protección medioambiental y la preparación y los sistemas de alerta temprana son acciones efectivas útiles en todo caso para adaptarse al cambio climático. Hoy en día la premisa es adaptación, y hacia allá deben centrarse los esfuerzos".

Por su parte el Dr. Aldo Montecinos, del Departamento de Geofísica, comenta que "el cambio climático antropogénico se caracteriza en muchos lugares del planeta por un aumento de la temperatura media.

En sectores alejados de la influencia del océano, como en grandes sectores del Euroasia, pueden ser incluso algunos grados mayor. En esos lugares, además de aumentar la temperatura promedio, también aumenta la frecuencia de días muy calurosos.

Otra condición que hace que aumenten los extremos de temperatura, tanto para días cálidos como fríos, es la disminución de la humedad del suelo, producto de una menor precipitación. El suelo menos húmedo disminuye su capacidad térmica por lo que gana o pierde calor mucho más fácil que estando húmedo. Esto hace aumentar las temperaturas máximas y disminuir las temperaturas mínimas diarias. Lo otro que puede ocurrir es que se observen cambios en las trayectorias de tormentas, cambiando de esta manera la distribución normal de precipitaciones".

Oscar Cifuentes, por su parte, comenta el alcance de la reducción del riesgo de desastres. "El enfoque de gestión del riesgo de desastres incluye la identificación, la evaluación, el tratamiento y la comunicación del riesgo", sostiene, agregando que los peores errores en este ámbito son "no saber sobre las amenazas, no tener conciencia de la peligrosidad de éstas, no tener protocolos para estar preparados, para saber qué hacer en el desarrollo del evento, y para responder después de lo sucedido. Subestimar la gravedad de lo ocurrido. Aislarse".

Sobre este punto los integrantes de Redulac Karen Engel (experta en gestión del riesgo y resiliencia comunitaria), Alejandro Lara (especialista en Manejo de Desastres) y José Palma (geólogo) agregan que son errores graves: "descuidar tanto el monitoreo como las predicciones de las condiciones que pueden gatillar peligros naturales. Pretender que con esto se resuelve el problema del riesgo de desastres naturales.

Pretender que los sistemas de alerta temprana no son perfectibles de manera continua. Tratar de usar manuales de corta-palos para saber qué hacer en caso de... En este tema hay muchos aspectos que son propios de cada lugar y peligro natural, al momento de elaborar planes de lo que sea, no hay que olvidar la realidad local", concluyen.

La Dra. Jeanne Simon, del Departamento de Historia, asegura que hay muchas formas en que la comunidad debe participar en las distintas etapas del manejo de riesgo.

"En la preparación, deben trabajar el autocuidado y preparación ante las principales amenazas que enfrentan. También puedan aportar con conocimiento sobre las amenazas y vulnerabilidades locales. Además, deben trabajar con las autoridades para prepararse en el caso de una emergencia, por eso los simulacros.

Deben prepararse no solamente para la evacuación sino también para la distribución de ayuda después de una emergencia -aquí son especialmente importantes las organizaciones territoriales y sociales.

En la recuperación post emergencia los ciudadanos son los actores centrales. Mientras mayor conocimiento tengan sobre como mitigar los riesgos, serán más resilientes ante una emergencia o desastre", enfatiza.

Suizos desarrollan chip ultra-flexible

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Científicos en Suiza anunciaron ayer la creación de un chip electrónico tan flexible que podría envolverse alrededor de un cabello humano, una invención con potenciales usos médicos y comerciales.

La electrónica "puede ser transferida a cualquier objeto, superficie y tejido biológico, como piel humana y hojas de plantas", según el estudio dirigido por Giovanni Salvatore, del Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zúrich.

Según la investigación publicada en la revista Nature Communications, los transistores del chip pueden funcionar incluso cuando éste se envuelve alrededor de un cabello humano, que tiene unos 50 micrómetros de espesor.

La técnica para obtener este chip ultra-flexible implica construir un circuito electrónico en la parte superior de una especie de sándwich de capas de polivinilo ubicadas sobre una base dura. A continuación, la lámina de silicio se coloca en agua, la cual disuelve dos de las capas de polivinilo.

Lo que resulta es un circuito integrado en una liviana película de polímero, transparente y no soluble, llamada parileno, cuyo espesor es de sólo un micrómetro (la millonésima parte de un metro).

Este chip ultra-flexible puede tener usos médicos; por ejemplo, para controlar el glaucoma, un trastorno caracterizado por el aumento de la presión intraocular, indicaron los investigadores, que ya lo probaron en el laboratorio en un ojo artificial.

La invención también tiene otras posibilidades de aplicación comercial, desde células solares flexibles hasta bio-sensores portátiles, señalaron.