Biotecnólogos buscan regenerar podas de árboles frutales
Actualmente no existe un producto destinado a proteger estas heridas que permitan la obtención de la certificación orgánica.
Tres jóvenes científicos de Ingeniería en Biotecnología Vegetal de la Universidad de Concepción, fueron beneficiados por la 11a Convocatoria de Innovación Emprendedora de Innova Bío Bío, gracias al proyecto "Pulengium", investigación que formulará y elaborará una pasta sellante para las heridas de plantas frutales con origen natural, orgánico y sustentable en su producción.
A partir de este proyecto los biotecnólogos elaborarán un prototipo con propiedades antifúngicas y antibacterianas para sellar las heridas que surgen de las podas. Este proyecto apunta a los productores orgánicos de frutales y vides, ya que en sus cultivos deben realizar diversas podas formativas y de fructificación, las cuales provocan heridas facilitando el ingreso de organismos dañinos para la cosecha, las cuales generan pérdidas importantes en su productividad. Los jóvenes a cargo del proyecto son Miguel Henríquez, Alejandra Soto y Sebastián Morales.
Actualmente no existe un producto destinado a proteger estas heridas que permitan la obtención de la certificación orgánica, debido a que los sellantes que se encuentran en el mercado nacional contienen en su formulación productos sintéticos, o bien, no cumplen con las normas para obtener esta certificación.
"Ellos no pueden comercializar sus productos en ciertos mercados, o bien deben utilizar productos tradicionales no sintéticos que no les asegura el correcto sellado y cicatrización de las heridas, y como consecuencia sus cultivos se ven expuestos a sufrir infecciones y perder la producción", señaló Miguel Henríquez
Ante este requerimiento, el cual fue analizado por los estudiantes en el ramo de Taller de Biotecnología y Medioambiente -mientras cursaban los últimos años de la carrera -, vieron la necesidad de crear un sellante orgánico formulado en base a poleo (Mentha pulegium) y resina de abeja, la cual posee propiedades antifúngicas y antibacterianas; de esta forma se evitarán pérdidas causadas por diversas enfermedades, y a la vez, se obtendría la certificación orgánica.
Cabe destacar que no existe otro producto de similares características en el país, además es de menor costo que sus competidores sintéticos, y asimismo, es más económico que las alternativas que se venden en el extranjero y que es necesario importar.
La estudiante Alejandra Soto, señala la importancia de esta área en la biotecnología, "ésta corresponde a una aplicación importante de la biotecnología, pues no consiste en modificar, sino en adaptar lo que tenemos", así mismo Miguel Henríquez añade, "nuestra idea es rescatar lo que tenemos disponible en abundancia en la naturaleza, buscar una aplicación distinta y dejar de lado la explotación".
Por otro lado, los jóvenes científicos llaman a los estudiantes a postular con sus proyectos en los fondos concursables disponibles, "no es tan complicado como parece, sólo hay que atreverse", señala Miguel. Lo importante es plantearlo bien desde un principio, "un buen consejo para ellos, es que aprovechen los ramos en que hay que crear proyectos, es importante que se concentren, busquen y así puede resultar un buen proyecto de investigación. Nosotros como Biotecnólogos viviremos de proyectos, tenemos que saber qué es lo que se necesita y cómo se realiza un proyecto de investigación, lo peor que puede pasar es que no te lo ganes, sin embargo tendrás las correcciones y sabrás qué debes mejorar", destaca Alejandra.
Además, señalan que a partir de las capacitaciones brindadas por Innova Bío Bío en el momento de la postulación del concurso, lograron obtener mayor información sobre el enfoque estratégico de los proyectos, "te enseñan cómo enfocarte, qué cosas son importantes y cuáles debes dejar de lado, uno no tiene por qué ser emprendedor por naturaleza, para realizar proyectos debes aprender en el camino", comenta Alejandra Soto. De esta forma, los jóvenes científicos tienen en mente la idea de transformarse en una agrupación de diseño de productos para generar ideas y patentarlas.
La primera parte del proyecto consistirá en buscar concentraciones óptimas del principio activo - pulegona - y estudiar de qué manera se pueden mezclar para que no se degraden en las distintas pruebas -in vitro, in vivo-, inoculándolos con patógenos típicos. De esa forma estudiarán el control de patógenos, cuál es la concentración más indicada, y luego, probarán la mezcla con la cera de abeja. Finalmente se enviarán las pruebas al SAG para su certificación y por último la tramitación de la patente del producto.
Por otro lado, los jóvenes señalan que en primera instancia, utilizarán frutales mayores como el manzano y vid, pues poseen mayores superficies cultivadas en la región, de esta forma analizarán la aceptación del producto, para luego probar el prototipo con agricultores.
Por último, cabe destacar que el proyecto se adjudico un 90% de cofinanciamiento, lo que significa en total $5.499.000, y además quedó seleccionado en el lugar 22 de 141 proyectos en total.