Balance 2013
Hace algunos años, la dinámica económica mundial nos enseñaba que los ciclos económicos solían presentarse cada 15 ó 20 años y su duración se extendía hasta por una década. Pero, los tiempos modernos y la globalización, nos muestran que estos ciclos se presentan con mayor frecuencia y su duración no supera los 5 años. Recordemos lo que ocurrió con las crisis asiática e internacional de 2008, que puso en jaque a todas las economías del mundo, pero que hoy prácticamente forma parte del pasado para los norteamericanos, mientras que en Europa señales positivas que les llevara 2014 dejar atrás la recesión.
Hacer un balance de la gestión económica para un país obliga a acotar los resultados a un corto plazo, por la dinámica cada vez más cambiante debido a nuevos fenómenos, que dificultan predecir o estimar el comportamiento de algunas variables que otrora respondían a una lógica tradicional. Así, resultaba simple estimar el precio del dólar para un determinado período, teniendo en cuenta lo que iba ocurrir con la demanda y precio del cobre, pero hoy, son muchas las variables que pueden influir en el precio de la divisa, desde lo que ocurra con China y las decisiones de EE.UU. respecto a continuar o no con el estímulo monetario, hasta las decisiones de los inversionistas que hoy en día no sólo direccionan sus inversiones al ámbito financiero, sino que también pueden invertir en commodities mediante compras en mercados futuros o, desarrollando algunas transacciones como el carry trade, aprovechando los diferenciales de tasas de interés entre algunos países.
En medio de este cambiante escenario, la economía chilena cierra 2013 con resultados de crecimiento que se situará en torno al 4,2 por ciento a pesar de la desaceleración que se instaló en el país a partir del 3er trimestre, un desempleo cuya tasa terminará con un 5,7 por ciento, una inflación en un rango inferior a la meta del 3 por ciento del Central. Logros que responden a un manejo prudente de la economía y a la dinámica de un ciclo económico que se configura, tras la superación de la crisis financiera del 2008, que permitió a los llamados países emergentes surgir como la fuerza que sustenta el crecimiento mundial y ser el centro de grandes inversiones. Chile se ve favorecido por la llegada de muchos capitales a la minería con los efectos conocidos en el empleo, pero ocasionando a comienzos año una caída importante en el precio del dólar. Pero, la contra parte ha sido el comportamiento de la bolsa que terminará con una fuerte caída de casi un 15 por ciento.
A partir del tercer trimestre se advierte un cambio en el escenario mundial, China da muestra de fatiga en su crecimiento, y EE.UU., logra consolidar su recuperación, lo que lleva a que el 2014, será impulsado por las economías desarrolladas y no por las Emergentes. Agregándose con esto, una menor disposición de los inversionistas a apostar por las economías emergentes, lo que junto al fortalecimiento del dólar abre oportunidades a nuestro sector exportador no tradicional. De aquí que las nuevas autoridades tendrán en cuenta los cambios que se presentarán en el sector externo, que explica las causas de nuestra desaceleración, y no sus propuestas y, por lo mismo, deberán compatibilizar la ejecución de las nuevas medidas con los cambios económicos que se producirán en los países desarrollados.