"Cichonga": El placer de hacer cine de explotación y género
En el prólogo de "Cult people" (2009), libro del argentino Nicanor Loreti; Lloyd Kauffman anota: "Una película de culto es el tipo de obra que no te meten en la cabeza a través de publicidad, sino que su existencia se transmite a través del boca en boca, de gente que amó ese filme, lo descubrió y lo pasó bien viéndola (...) Están hechas con ingredientes naturales y con el corazón, lo opuesto a las películas que lanza cada día la maquinaria corporativa".
Es posible que las palabras del hombre que dirigió la gloriosa "El vengador tóxico" (1984) calcen perfectamente cuando uno se (ex)pone a una parte del cine del director penquista Esteban Rojas (31), radicado hace siete años en Buenos Aires, Argentina.
Precisamente, en la capital bonaerense Rojas dio vida, cuerpo e imágenes a "Cichonga" (2013), de los más descerebrado, menos pretencioso y entretenido título que pasó por la cartelera del Bío Bío el año pasado: Se dio el 18 de diciembre en la cuarta versión del Balmaceda Audiovisual.
Literalmente, un cóctel de secuencias armadas alrededor de lo que se conoce como película de explotación (exploitation movies), muy populares en EE.UU . hace cuatro décadas, y que Robert Rodríguez & Tarantino Corporation trajeron de vuelta con el estreno doble de "Gindhouse" el 2007.
UN TIPO DE TEMER
Con citas al propio cine de Rodríguez como también Russ Meyer y el más sucio John Carpenter (el de "Escape de Nueva York"), entre otros; lo que construye Rojas en "Cichonga" es un (anti)relato muy divertido sobre un antihéroe del siglo XXI. Piense en un cruce entre Popeye, Iron Man, Chuck Norris y Stallone, pero en ácido y a mil por horas. La cerveza es su elemento vital, causa de placeres y traumas que tendrá que resolver con la violencia. Ello, a partir de sufrir el robo de su bebestible por fuerzas siniestras, ocultas: El enemigo.
No queda otra que convertirse en su propio salvador, por lo cual Cichonga iniciará un recorrido para recuperar su fuerza y esencia. En el fondo para seguir siendo lo que es, tema que transita por la filmografía de Rojas desde su debut con "Insomnia" (1999) y más explícitamente en la interesante "Siga participando" (2001). Acá evidenciaba el gusto por un cine generacional tipo John Hughes.
"Cichonga" está en el lado sucio de un realizador que tiene claro cómo narrar desde la perspectiva de los géneros (o de la referencia en joda como hace en "La casa por la ventana" con "Julio comienza en julio" de Silvio Caiozzi). También cómo contar una historia con presupuesto ínfimo, hecho por el placer del cine. Como diría Truffaut, "el placer de la mirada".