Lo más urgente es avanzar en la excelencia operacional asociada a las empresas y medidas específicas en temas técnicos, regulatorios y de participación de mujeres y jóvenes.
La productividad promedio del trabajador chileno, medida como el valor agregado por persona, es apenas 33% que el de un estadounidense. El porcentaje representa su aporte al Producto Interno Bruto (PIB), en este caso de ambos países, del año 2011.
Las causas de esta brecha están en la escasa participación de mujeres y jóvenes en la fuerza laboral, en las capacidades técnicas y profesionales insuficientes, en regulaciones y procedimientos que restringen a las empresas y en la excelencia operacional que se traduce en el cómo hacer las cosas en una organización.
Así concluye un reciente informe de la consultora McKinsey que determinó qué factores sustentaron el crecimiento económico de las últimas décadas en el país y en qué medida lo hicieron, en relación a Estados Unidos o a los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde).
De acuerdo a dicho documento, entre 2009 y 2012, si bien el crecimiento promedio en Chile fue de 5,7% anual, el grueso de este incremento vino de la mayor participación laboral (2,6%). El menor desempleo y la mayor población aportaron 1,1 puntos y la productividad laboral apenas 0,9 puntos.
Los detalles de este estudio serán presentados hoy por el propio Rodrigo Alcoholado, socio principal de la consultora McKinsey & Company en el 7º Encuentro de Gestión de Personas que organizó Irade.
El ejecutivo, consultado acerca de cuáles son las principales regulaciones que afectan a las empresas, menciona el trabajo a tiempo parcial que tiene restricciones bastantes similares a las de tiempo completo y que no incentiva la contratación de los más competentes.
Y agrega que las definiciones muy específicas de los roles de los empleados también crean dificultades a las empresas. "Esto es visible en el caso del retail donde hay grandes brechas de productividad". Por ejemplo, explica Rodrigo Alcoholado, un empleado podría hacer en la mañana una cosa y en la tarde ser reponedor o cajero. Y si a lo anterior, se suma el tema de los derechos tácitos adquiridos durante su permanencia en ese puesto específico y al alto costo de los despidos, generan, en general, una distorsión.
Al respecto, comenta que en Estados Unidos el costo del despido es prácticamente cero. Aquí, si una persona tiene 5 años de antigüedad se le paga cerca del 40% del sueldo anual, en los países Ocde es un poco menos del 20%, todo lo que termina afectando la productividad y tener trabajadores de mejor desempeño.
El cuatro elemento es la excelencia operacional. En cómo se hacen las cosas, cómo se trabaja efectivamente en la organización, con qué estándares y cómo es la adherencia a esos estándares. Y se agregan otros elementos como la mejora contínua, el desarrollo de las capacidades de las personas.
En Chile las empresas están a aplicando estas metodologías, que tienen su origen en el modelo desarrollado por Toyota. "Varias están en una primera etapa, pero se está trabajando con los principales actores, en empresas grandes", dice Rodrigo Alcoholado.
"Creo que Chile está en niveles buenos de productividad en comparación con América Latina, la diferencia no es tanta. Las dificultades son más evidentes cuando nos comparamos con países desarrollados (Ocde), del que Chile forma parte. A modo de ejemplo, Chile es 20% más productivo que México con ingreso per cápita comparable".
-No hay experiencias de éxito o de alto crecimiento del PIB de los países sin aumentos de productividad. Entonces, si realmente queremos crecer en el ingreso per cápita la única manera de hacerlo es con aumento de la productividad laboral. Cuando uno mira las perspectivas de crecimiento de Chile y si se considera que nuestra población está envejeciendo y las tasas de desempleo actuales son bastante bajas, la verdad es que la única forma de sostener el crecimiento del país es por aumento de la productividad laboral.
-Efectivamente, pero hay diferentes palancas. Es bastante más rápido si se quiere. Si una empresa realmente quiere realizar una transformación de este tipo, puede lograr desarrollos significativos en 12 a 18 meses, pero una transformación completa, es un periodo de dos a tres años para dar un salto discreto en productividad.
En cambio, cuando se piensa en el desarrollo de capacidades técnicas y profesionales a nivel país, eso sin duda tomará más tiempo, aunque se si hace con intervenciones bien enfocadas, alineando las necesidades de la industria con la oferta técnica por ejemplo, se genera una mejora bastante rápida. Pero si uno considera lo que típicamente es un cambio en la educación es un tema más a largo plazo.
Respecto a la necesidad de cambio a regulaciones asociadas a ciertos sectores, Alcoholado, advierte que eso seguramente va a demorar, porque en muchos casos depende de modificaciones legales. "Aquí el camino es más largo, pero lo más urgente es la excelencia operacional asociada a las empresas y medidas específicas en temas técnicos, regulatorios y de participación de mujeres y jóvenes".
-El retail, muestra una importante brecha. No es un formato moderno y hay que considerar que tienen el 20% de la población activa laboralmente. Hay desafíos importantes en transporte y telecomunicaciones, servicios y construcción. Minería es lejos es el más avanzado. Tiene un 60% de productividad respecto de Australia que tiene el 10% con una estructura minera similar de producción.
En resumen, en términos laborales Chile ha perdido competitividad frente a EE.UU. en casi todos los sectores de la economía.
Si se agrupan los sectores por peso que tienen en el PIB, el 90% de la economía redujo su productividad relativa, ya que sólo la elevaron servicios financieros, que aporta el 6%, y agricultura y pesca, que representan juntos el 4%.