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Catastrofismos

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Me parece que era Gonzalo Vial Correa el que decía que Chile se encuentra a punto de caer a un precipicio cultural y moral. Es tentador pintar un cuadro así de terrible, es un recurso retórico habitual y siempre tiene algún efecto. Alguna vez lo he hecho yo mismo. Pero me parece que es más certero T.S. Eliot cuando dice que el mundo no acabará reventando, sino que se desinflará ("This is the way the world ends: not with a bang but a whimper"). Sin embargo G.K. Chesterton, que reconocía que los hombres vacíos terminan desinflándose, se reservaba para sí el derecho a terminar con una explosión.

En todo caso, lo de estar al borde de un precipicio es engañoso porque a los abismos culturales y morales no se cae repentinamente, sino que se desciende poco a poco. No se construyó Roma en un día, y también su caída fue precedida de una lenta decadencia. A los historiadores les gusta hablar de procesos más que de hitos.

Aun así, el rechazo a esta manera tan fuerte de plantear las cosas no viene tanto de la consideración de procesos paulatinos -que siempre acaban en algún lugar- sino más bien de una actitud general de rechazo, un cierto "esto (sería tan terrible que) no puede pasar (aquí)". Eso, más que un recurso retórico, es una falacia.

Los argumentos de necesidad son para la lógica, la metafísica y algunas otras disciplinas, pero no para la historia y la política.

Muchas cosas impensables pueden pasar. ¿Esclavitud en país que nace con una declaración de libertad, como Estados Unidos? ¿Persecución anticristiana (con abundantes mártires) en una tierra tan católica como Méjico? ¿Escasez de bienes básicos en un país con enormes reservas petroleras, como Venezuela? ¿Una oligarquía gobernante en una sociedad fundada sobre la base de la abolición de las clases sociales, como la Unión Soviética? ¿El reconocimiento del mercado como una fuerza reguladora de la economía por parte de uno de los últimos gobiernos comunistas (en China)? No hace falta seguir. La conducta humana puede llevar al hombre a cualquier lugar o estado, por impensable o terrible que parezca. A veces las cosas ocurren tan rápido que pocos logran anticiparse.

Lo que ha pasado antes puede volver a ocurrir. (Lo que en un momento era imposible, luego se juzga como inevitable.) La actualidad implica potencialidad - ese sí es un argumento de necesidad metafísica. La apelación al miedo, el catastrofismo, puede no ser el recurso más elegante, ni si quiera el más efectivo. Pero la negación de la posibilidad de la catástrofe no puede basarse en un simple "esto no puede pasar".

Eso no es un argumento. ¿Quiere decir que estemos al borde del precipicio? No necesariamente, pero tampoco hay que descartar la posibilidad. Lo más probable es que ya estemos bastante abajo, pero también bastante acostumbrados como para darnos mucha cuenta o hacer algo al respecto.

El problema es qué ocurre cuándo se llega al fondo.