El cohete quequiere subir 100 kilómetros
Llegar al que es conocido oficialmente como el límite donde comienza el espacio exterior es la meta en que trabaja ahora el Grupo de Interés en Propulsión (GIP) formado por alumnos y docentes de varias carreras de la UdeC, que también es conocido como Grupo de Cohetería.
Y no es una meta fácil de alcanzar, la mayoría de las experiencias que se hacen en universidades o de forma particular tanto en Chile como en Latinoamérica no llegan más allá de los mil metros de altura. Y lograr eso ya es bastante difícil.
Sin embargo este grupo, que tiene su centro en la carrera de Ingeniería Aeroespacial de la casa de estudios penquista, ya ha avanzado bastante como para plantearse metas más elevadas.
A su trabajo, ya concluido, en el Team Angelicum que busca posar un rover chileno en la Luna, se suma el proyecto hecho en colaboración con la carrera de Geofísica UdeC para un cohete meteorológico.
Se trata de una nave de alrededor de un metro de alto que puede llegar a los mil metros de altitud y está provista de sensores -proporcionados por Geofísica- que miden temperatura, presión y humedad antes de regresar al suelo. Este "Cohete para Mediciones Meteorológicas, MMX" ya ha cumplido varias misiones y ofrece la ventaja, respecto a los globos meteorológicos usados preferentemente en el país, de que se puede recuperar junto al instrumental que transporta.
"Se ha lanzado varias veces y ahora le hicimos modificaciones para optimizarlo. Agregamos otros instrumentos: nuevo sistema de recuperación, cámaras de alta definición, sensores. El 1 de diciembre lo vamos a lanzar en el Club de Aeromodelismo, para que la gente lo conozca", anunció Darío Rodríguez, integrante del GIP y alumno de Ingeniería Aeroespacial.
Con el MMX ya completado el grupo se aboca a la siguiente meta, construir un cohete capaz de llegar a los 100 kilómetros de altitud, el límite establecido por la Federación Aeronáutica Internacional como el inicio del espacio exterior.
Para ello, explica Rodríguez, han estado trabajando este año en el diseño de ingeniería donde se debe considerar elementos como la resistencia de los materiales, la transformación del calor, la calidad del combustible, para llegar a la construcción de un prototipo del motor que impulsará la nave.
Logrado lo anterior están en pleno proceso de desarrollar el combustible sólido que se basa en elementos como nitratos y glucosa (usados habitualmente en cohetería amateur) a los que agregan otros para obtener su propia y secreta mezcla que debe ser capaz de generar miles de toneladas de empuje para llevar un cohete de poco más de seis metros hasta el inicio del espacio exterior.
El tiempo que tardará este proyecto es relativo. Ya es bastante lo que han avanzado pero perdieron una importante fuente de financiamiento y actualmente cuentan sólo con el aporte de la UdeC, a través de la carrera de Ingeniería Mecánica, así es que las metas se han aplazado un poco. De todos modos, explica Rodríguez, es una tarea de varios años.
Aún así el objetivo final para éste y los demás proyectos de GIP sigue siendo de gran importancia ya que la idea es promover el desarrollo de la autonomía del país en lo que respecta al espacio, explica Rodríguez.
Chile ya cuenta con a lo menos dos satélites orbitando la Tierra, pero han debido lanzarse con naves de otros países y desde bases aéreas foráneas con un considerable gasto extra. Actualmente países como Argentina, Perú y Brasil están apoyando el desarrollo de cohetes que lleguen al espacio y el nuestro no ha establecido una política de apoyo a estas iniciativas por lo que estaría quedando atrás en la materia.