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Educación es clave para correcto control de insulino-dependientes

En las últimas décadas ha aumentado la incidencia de la diabetes mellitus tipo 1, asociada a los niños y adolescentes, una enfermedad autoinmune que no se puede prevenir: compartir con pares y aprender es primordial para mantener una vida normal.

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La tendencia mundial en los últimos cincuenta años ha sido el aumento de la diabetes mellitus tipo 1, pero, por ser una enfermedad autoinmune no existen medidas preventivas hoy en día y su incremento ha sido en paralelo a otras patologías del mismo tipo.

Andrea Gleisner, endocrinóloga infantil del Hospital Guillermo Grant Benavente y de la UdeC, explica que se sabe que en los niños todavía es el tipo de diabetes más frecuente en Chile que transforma al paciente en insulino-dependiente de por vida. "Por ser autoinmune es independiente a nuestras ideas y la prevención, en la que existen muchos genes implicados, pero ninguno de éstos se puede intervenir", aclara. En palabras simples esta patología es un deterioro de la función pancreática, que destruye las células que producen la insulina y se produce un desvalance entre la insulina que el niño requiere y la que produce.

Así como no hay ninguna manera de prevenirla, tampoco de diagnosticarla antes de que se produzca. Por lo mismo, ante niños que tienen mucha sed, que comienzan a orinarse de noche o que beben agua y orinan; que bajan de peso y con decaimiento; se debe acudir a un especialista porque son los principales síntomas.

Por ser una patología de por vida, genera un antes y un después no sólo en la del niño o adolescente que es diagnosticado, sino que también en la de sus padres y su entorno, pero que "con un buen control, el pronóstico es positivo, ya que la sobrevida depende del cuidado que se tenga. Se sabe que el buen autocontrol retrasa y disminuye muchísimo las complicaciones crónicas asociadas a la diabetes", comenta la especialista.

Estas complicaciones se siguen viendo, dice, pero después de diez, quince o veinte años de mal control. "Los diabéticos se complican, algunos no quieren asumir un autocontrol o no pueden, y siguen con sus parámetros siempre alterados. Y las complicaciones crónicas son diversas en los adultos: después de quince años de diabetes mal controlada, todos van a tener alguna; a cambio de otros pacientes que llevan treinta años con buen control y no las presentan", aclara.

Es por eso que el apoyo y la educación son los pilares fundamentales, principalmente porque así, se les puede enseñar a los pacientes y sus familias cómo volver a tener una vida normal.

APOYO A DIABÉTICOS

Con el fin de brindar apoyo a los niños insulino-dependientes, un grupo de endocrinólogos y padres de estos pacientes fundaron, en 1987, la Corporación de Ayuda al Niño y Adolescente Diabético de Concepción.

Cecilia Cifuentes, administradora de la entidad cuya sede está frente a la Plaza Perú, cuenta que en ese tiempo que no existía el Plan Auge, para muchos era complicado poder adquirir algunos elementos como las cintas o la insulina. Pero, además, porque "la idea de todo esto era que los niños, jóvenes y los papás se pudieran reunir y compartir entre ellos, sin sentirse como 'los únicos