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Cigarrillo electrónico podría salvar millones de vidas

En una conferencia realizada en Londrés, participantes afirmaron lo positivo de este aparto, a pesar de que aún se desconocen sus posibles efectos nocivos.

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El cigarrillo electrónico podría salvar millones de vidas de fumadores, indicaron algunos participantes en una conferencia sobre la rápida extensión de este dispositivo a la que concurrieron expertos, políticos e industriales. No obstante, otros participantes recalcaron que por el momento se desconocen los posibles efectos nocivos de este dispositivo, en particular a largo plazo.

El cigarrillo electrónico se ha ido sacando de encima la imagen de un artilugio sofisticado y está ganando adeptos como una forma relativamente eficaz para dejar de fumar, con el respaldo de un número creciente de estudios favorables. Las ventas se han duplicado y se estima que siete millones de personas fuman cigarrillos electrónicos.

"Los cigarillos matan a 5,4 millones de personas al año en el mundo", estimó Robert West, profesor de salud mental y director de estudios sobre el tabaco en la Escuela Universitaria de Londres (UCL).

Según él, el uso de cigarrillos electrónicos podría salvar millones de vidas, pero habría que saber "si se puede alcanzar ese objetivo y cómo lograrlo de la mejor manera" posible. Jacques Le Houezec, consultor en salud pública y dependencia del tabaco, dijo a los presentes que los cigarrillos electrónicos contienen algunas sustancias nocivas, pero que sus niveles de toxicidad son entre nueve y 450 veces inferiores a los de los cigarrillos de tabaco.

Por su parte, Deborah Arnott, directora ejecutiva del grupo de presión antitabaco ASH, estimó que los cigarrillos electrónicos podrían permitir avanzar en materia de salud pública, pero advirtió que aún no se conocen lo suficientemente bien sus efectos y recalcó que las compañías tabacaleras están empezando a controlar la fabricación de cigarrillos electrónicos. "Muchas de las mayores compañías de cigarrillos electrónicos ya han sido acaparadas", agregó. "ASH piensa que los cigarrillos electrónicos tienen un potencial significativo. Son mucho menos perjudiciales que el tabaco", afirmó Arnott a la AFP. No obstante, "sin reglamentación, su seguridad y eficacia no están garantizadas". Además, según Arnott, "si llegan a tener agentes cancerígenos, no veremos sus efectos inmediatamente, sino que 10, 15 o 20 años después la gente se va a morir de eso", añadió. Las autoridades sanitarias de los países occidentales afirman que aún es prematuro evaluar los impactos a medio y largo plazo de un fenómeno reciente como el cigarrillo electrónico.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sigue sosteniendo que la seguridad de los cigarrillos electrónicos no se ha verificado científicamente. Pero los informes científicos y médicos destacan cada vez más que su peligrosidad es muy inferior a la de los verdaderos cigarrillos.

La OMS advierte igualmente que "tampoco se ha demostrado científicamente" la eficiencia de los sistemas electrónicos de administración de nicotina para dejar de fumar.

Un estudio neozelandés publicado en septiembre por la revista científica de referencia The Lancet sostiene por su lado que el nuevo dispositivo es "por lo menos igual de eficaz que los parches de nicotina" para ayudar a un fumador a abandonar el tabaco.

La principal crítica contra el cigarrillo electrónico es que, si bien puede que ayude a dejar el tabaco, también podría incitar a fumar a muchos jóvenes que nunca lo hicieron, creando una adicción a la nicotina y conduciéndolos finalmente hacia el tabaquismo.

Personas impuntuales tienden a subestimar el paso de las horas

Según un estudio realizado por Diana DeLonzor en el que entrevistó a cientos de personas que, en su mayoría, manifestaron su odio a llegar tarde. Los resultados sugieren que en algunos casos los atrasos son incomprendidos y podrían llegar a transformarse en crónicos.

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Un libro publicado recientemente intenta dilucidar por qué algunas personas siempre se atrasan y llegan tarde a ciertas citas, sugiriendo que una posible explicación de esto es la forma en que se percibe el paso del tiempo.

La publicación, titulada "Never Be Late Again" y escrita por la académica Diana DeLonzor, sugiere que los atrasos son un problema a menudo incomprendido y que en algunos casos se puede volver crónico.

DeLonzor, una consultora experta en temas como procrastinación y manejo del tiempo, basó su investigación en entrevistas a cientos de personas, quienes en su mayoría manifestaron odiar llegar tarde a un lugar.

"Ellos tratan de ser puntuales, pero el atrasarse es algo que los acosa en su día a día. Decirle a una persona impuntual que llegue a la hora es como decirle a una persona a dieta que no coma tanto", sostuvo la investigadora al medio digital "Huffington Post".

Para la especialista, la impuntualidad es un tema que empieza tempranamente. "(Para muchos) comienza en la niñez, y son impuntuales no sólo para cosas que involucran a otras personas, sino también en cosas que los perjudican a ellos mismos", dijo DeLonzor a ese sitio web.

En su estudio, la investigadora aplicó un test para medir las diferencias en cómo la gente puntual y la impuntual percibe el paso del tiempo. El ejercicio era bastante simple: DeLonzor les pidió a los participantes elegir tres o cuatro páginas de un libro, tomar el tiempo y empezar a leer. Les pidió dejar de leer cuando consideraran que habían pasado noventa segundos. "Encontré que las personas puntuales dejaban de leer antes de que hubiesen pasado los noventa segundos, mientras que los impuntuales cerraron sus libros después de los 90 segundos", sostuvo DeLonzor.

La experta indicó que investigadores de la Universidad Estatal de Cleveland hicieron un ejercicio similar y llegaron a conclusiones parecidas: observaron que las personas impuntuales subestiman "consistentemente" el paso del tiempo.

En un estudio que DeLonzor desarrolló en los 90, la experta encontró que ciertos componentes sicológicos pueden contribuir a una impuntualidad crónica. En esa oportunidad, la consultora identificó vínculos entre este padecimiento y ciertas características de la personalidad, como ansiedad, bajo autocontrol y una tendencia hacia la búsqueda de emociones fuertes.

SIETE TIPOS DE

IMPUNTUALES

Con ése y otros trabajos, la investigadora ha podido clasificar en siete los tipos de personas impuntuales.

Los más comunes con los "deadliners", que son aquellos que esperan hasta el último minuto para concretar un compromiso. "Una de las cosas que encontré es que algunas personas son, inconscientemente, amantes de la adrenalina que conlleva tener prisa", dijo DeLonzor.

La segunda categoría es "el productor", que son aquellas personas que recargan en exceso su agenda porque creen que en una hora pueden hacer un montón de cosas.

La tercera categoría es la de los "de mentalidad ausente", que son las personas que se distraen con facilidad y que podrían tener una condición diagnosticable como déficit atencional e hiperactividad.

Aunque menos comunes, también están los "rebeldes", o aquellas personas que "disfrutan" llegando tarde a un compromiso, debido a que les gusta la idea de que otra persona los está esperando.