Querellantes insistirán en aclarar muerte de Neruda
Los querellantes del caso Neruda Eduardo Contreras y Rodolfo Reyes anunciaron que solicitarán nuevas diligencias para descartar o confirmar que el poeta falleció producto de sustancias externas y no por el avanzado cáncer de próstata que padecía el vate, fallecido el 24 de septiembre de 1973.
Esto, luego de conocer ayer el resultado de los exámenes toxicológicos que establecieron la inexistencia de sustancias químicas en los restos del escritor, descartando de esta manera la hipótesis de un envenenamiento o sobredosis de medicamentos, como lo ha asegurado su chofer Manuel Araya.
Según argumentó Contreras, la decisión de continuar indagando responde a que "pudiera ser que no haya constancia de sustancias que efectivamente le fueron puestas a Neruda, porque hay elementos que con el tiempo desaparecen, como el gas sarín, porque pudiesen no encontrarse restos de que ello, pero eso no significa que no hubiera sido asesinado".
El querellante enfatizó además que "el mérito del proceso nos tiene a todos convencidos de que Neruda sí fue asesinado", cuestionando el actuar del doctor Sergio Draper "que inventa un doctor Price que no existe".
"¿Por qué el mismo día lunes 24 de septiembre de 1973 la misma fuente indicó tres causas de muerte", agregó, compartiendo de esta manera su creencia sobre el crimen que se habría cometido contra el premio Nobel.
Y afirmó categórico: "El caso Neruda no se cierra, hoy mismo vamos a solicitar nuevas muestras".
Por su parte Reyes, quien es sobrino del poeta y representa a la familia de éste, reafirmó que pedirán nuevas pesquizas. "Nosotros seguiremos con otras perspectivas para averiguar de qué murió el vate, porque tanto los hechos que se están investigando -que son delictivos- ameritan esclarecer esta verdad".
"Nosotros no quedamos conforme con esto", concluyó, desestimando que los resultados de las pericias dados a conocer sean acertados.
El ministro Mario Carroza no descartó nuevas diligencias y aclaró que aún resta la pericia "que confirme" que el cuerpo analizado corresponde al poeta.
El magistrado precisó que las conclusiones entregadas ayer responden a una solicitud específica, lo que implica que "judicialmente no se puede establecer" todavía si al vate lo mataron o no.
La muerte de Pablo Neruda, ocurrida en septiembre de 1973, se desencadenó por el cáncer de próstata que sufría y por el que estaba siendo tratado en la Clínica Santa María días antes de su muerte. Así lo establecieron los exámenes toxicológicos analizados en Carolina del Norte, en Estados Unidos, y en la Universidad de Murcia, en España, que determinaron la inexistencia de sustancias químicas en el cuerpo del vate y por tanto, descartaron la hipótesis de un envenenamiento. Según señaló el director del Servicio Médico Legal, doctor Patricio Bustos, en compañía de los expertos extranjeros que participaron en las diligencias, "no se encontraron agentes químicos relevantes que pudieran relacionarse con el desenlace de la muerte de Neruda" ni tampoco "evidencia forense alguna que permita establecer una etiología médico legal por causas no naturales".