Penquista en el Polo Sur cuenta cómo afecta el "shutdown" a los proyectos científicos que se desarrollan en el continente helado.
La paralización del gobierno de Estados Unidos, que ya va para los diez días, no sólo ha afectado a las oficinas gubernamentales, parques y monumentos nacionales de ese país. Las actividades se están reduciendo al mínimo también en otras áreas mucho más delicadas, como la científica.
En la Nasa, por ejemplo, alrededor de un 97% de los empleados han sido enviados a vacaciones forzosas y sin paga, sólo 600 de sus 18 mil trabajadores se mantienen en funciones, preocupados básicamente de proteger la salud de los astronautas en la Estación Espacial Internacional. El robot Curiosity, que recorre Marte, aún está operativo, gracias a que es gestionado por un ente externo a la Nasa (JPL). Y eso sería todo. Los demás programas y proyectos están paralizados.
A esta situación se suman ahora las instalaciones que tiene el país del norte en la Antártida.
La base McMurdo ya está evacuando a una parte importante de su personal no esencial y en la estación Amundsen-Scott, ubicada justo sobre el polo sur, se preparan para entrar en modo "caretaker", es decir, mantener funcionando sólo lo estrictamente necesario para la seguridad humana y la preservación de la propiedad.
En esta base, a cargo del manejo y mantenimiento de Ice Cube, el gigantesco detector de neutrinos provenientes del espacio exterior que está enterrado en el hielo antártico a 2 kilómetros de profundidad, está el ingeniero penquista Felipe Pedreros, quien nos comentó la situación que se vive en el punto más austral del planeta a raíz de esta disputa entre el Congreso y el presidente estadounidenses.
"Estamos entrando en modo "shutdown". Debido a los recortes de presupuesto para el programa, las actividades se reducen al mínimo. Esto incluye las operaciones y los proyectos científicos", explica el profesional.
Esto significa que "no habría ingreso de científicos ligados al Programa Antártico de los Estados Unidos para las investigaciones de verano, al menos por un tiempo. Sin embargo, si se pierden esas ventanas para comenzar con las investigaciones, éstas se perderían completamente por esta temporada (no se puede llegar a la Antártida una vez terminado el verano). Dado que el programa da apoyo de transporte a otros países como Nueva Zelandia, también hay un efecto colateral sobre sus programas antárticos".
En cuanto al Ice Cube Pedreros comenta que le parece poco probable que tengan que llegar a apagar el instrumento que ya ha permitido detectar neutrinos provenientes del espacio exterior. "IceCube es un proyecto de 300 millones de dólares y los telescopios significan otras varias decenas de millones de dólares. Perder proyectos de esa magnitud por un paro del gobierno me parece improbable (...) IceCube no se puede apagar ya que los detectores que están a 2 km debajo de la superficie se congelarían y no podrían volver a funcionar. Lo mismo para otros proyectos importantes como el radiotelescopio SPT (South Pole Telescope)", aseguró.
Lo que sí es muy factible que ocurra es que buena parte de las 43 personas que habitan Amundsen-Scott actualmente deba salir del continente blanco. En el caso de Felipe Pedreros, su fecha inicial de partida es mediados de noviembre y es poco probable que tenga que evacuar antes. "Pero si no es posible que el nuevo equipo de IceCube pueda llegar a tiempo, alguien tiene que cuidar del detector. Y somos nosotros", comenta en referencia al equipo a cargo del instrumental.
Otra consecuencia extraña del cierre del gobierno estadounidense ha sido para Pedreros no poder cumplir con una serie de videoconferencias que tenía programada con escuelas chilenas. Estas deben ser aprobadas por la NSF (National Science Foundation) que también está en "shutdown", así es que no ha podido concretarlas.
Sin embargo el ingeniero en Telecomunicaciones asegura que el ánimo en el Polo Sur se mantiene alto "y ansiosos por volver a la civilización. Creo que es más preocupante para aquellos que se aprontan a venir este verano", concluyó.