Los niños y los adultos mayores están más expuestos a sufrir daño, por lo que se debe enfatizar el cuidado.
Los daños acumulativos producidos por la exposición al sol comenzaron a ser un tema preocupante en los años 70, época en que se detonó un aumento en la detección de cáncer a la piel. Hoy, más de 40 años después, el cuidado de la piel y la protección de los rayos ultravioleta siguen siendo un hecho a tener en cuenta.
Lo anterior, es especialmente relevante con la llegada de la temporada primaveral, que, con días soleados, hace urgente cuidarse de los efectos nocivos.
Evitar las exposiciones prolongadas a la radiación ultravioleta sería, tal como indican los expertos, el primer paso para mantener una buena salud.
Asimismo, los daños presentes en la capa de ozono en esta zona del planeta obligan a reforzar las medidas de protección solar durante la época estival. No obstante, es necesario aplicar bloqueador solar durante todo el año.
Así lo afirmó la directora de la escuela de Enfermería de la Universidad Santo Tomás Concepción, Paula Betancourt, quien sostuvo que si bien el mercado ofrece una amplia variedad de productos de este tipo y con diferentes factores de protección UV, se recomienda utilizar un factor 30 en adelante.
"La diferencia entre la protección que ofrece el 30, el 50 o más no varía demasiado. Lo importante es utilizarlo diaria y rigurosamente, tanto en adultos como en niños", sostuvo la profesional.
RESPONSABILIDAD
Sin embargo, no sólo en los lugares expuestos al sol debe aplicarse bloqueador, sino que debe ser usada, tal como una crema, en todo el cuerpo. "Recordemos que los rayos UV traspasan las fibras de nuestra ropa, por lo tanto, debiéramos ponernos bloqueador al salir de la ducha, esperar unos quince minutos a que se absorba y luego vestirnos", indicó Paula Betancourt, agregando que dicho procedimiento se debe realizar en niños, mientras que los menores de un año jamás deben exponerse a la radiación solar.
En cuanto al uso regular de solárium Betancourt indicó que quienes opten por este instrumento también deben aplicarse protección, ya que estas máquinas igualmente producen daño a la piel, no sólo manifestadas como insolaciones o quemaduras, sino que con un deterioro progresivo de su calidad.
"Una piel que ha recibido mucha exposición solar, se envejecerá más tempranamente, pues los rayos UV alteran el color (tono dorado) y las capas internas", explicó la docente, mientras que frente a la aparición de manchas, llamó a poner especial atención a aquellas que son irregulares, de crecimiento brusco, con diferente pigmentación, que pican y que eventualmente podrían sangrar, debido a que podría tratarse de una patología.
PROTECCIÓN
La piel de las personas más jóvenes, sobre todo menores de 3 años, tiene un gran riesgo, ya que tienen menos capacidad de defensa frente al sol que un adulto, explicó el dermatólogo del Hospital Regional de Concepción y profesor de la Universidad San Sebastián, Jorge Monardes.
Explicó que técnicamente el factor de protección solar (FPS) es la mínima cantidad de radiación capaz de producir eritema (enrojecimiento) en una piel protegida con un filtro, agregando que no existe ninguna crema de este tipo que proteja completamente frente a la radiación ultravioleta, por lo que los indicadores del factor de protección solar servirán para una mejor orientación sobre la elección.
Monardes señaló que la cantidad y frecuencia del uso del bloqueador son clave en la fotoprotección, porque de esto depende que un filtro de 50 reduzca su eficacia a la de uno de ocho.
"Por esto es que no hay que olvidar que lo ideal es extender una capa de dos miligramos por centímetro cuadrado en la piel seca, media hora antes de la exposición solar y después de cada baño, pero esta recomendación es muy difícil ya que uno tendría que tener un tubo de bloqueador cada 2 o 3 días de playa", planteó el especialista.
LOS GRANDES TAMBIÉN
No sólo los niños deben tener un cuidado especial con la piel, sino que los adultos mayores también deben evitar la radiación ultravioleta.
La académica de Enfermería de la Universidad San Sebastián, Andrea Miranda Fuentealba, sostuvo que durante el proceso de envejecimiento, la piel sufre cambios funcionales, como menor cantidad de agua en la capa epidérmica -lo que contribuye al aspecto rugoso y seco de la piel-, y se reduce el número de melanocitos, que protegen de la radiación ultravioleta.
Debido a estos antecedentes es que lo recomendable es evitar el exceso de sol, "ya que este grupo etario es proclive a las quemaduras solares e hipertermia. Esto no significa que nunca se deba exponer, ya que la luz solar es necesaria para la síntesis de la vitamina D, importante en la mineralización ósea".
Según agregó la docente, los adultos mayores que, a lo largo de su vida han estado expuestos excesivamente al aire libre por trabajo o recreación, presentan en las áreas expuestas pérdida de elasticidad, vasos sanguíneos dañados y un aspecto ajado. En cambio, aquellos cuyo estilo de vida y autocuidado contemplan protección contra el daño solar, lucen más jóvenes que personas de su misma edad.
OJOS
Aunque los ojos tienen barreras naturales, es necesario mantener un cuidado especial. José Pablo Pérez, profesional óptico y Product Manager de la fabricante alemana Rodenstock, afirmó que "es muy importante usar lentes que tengan filtro UV comprados en lugares confiables. El problema de los productos que se venden en la calle es que muchas veces no tienen la barrera de protección, produciendo daños aún más graves ya que dilatan la pupila y, por lo tanto, los ojos quedan más expuestos a los rayos solares. Incluso durante el invierno hay que cuidarse". Una exposición prolongada a través de los años genera que la parte cristalina de los ojos se vuelva opaca, lo que incluso puede generar cataratas.
Respecto de la creencia de que mientras más oscuro es el anteojo mejor es su resultado, el especialista aclaró que "hay anteojos de lectura que tienen protección UV y son transparentes, y otros de sol que pueden ser muy oscuros y no tenerla".
Lo que se debe tener en cuenta es que al mirar a través del lente, la imagen no se debe ver deformada; tampoco se recomienda usarlos si con ellos se sienten mareos; y se debe solicitar que las ópticas demuestren la protección UV.