El diputado PPD Cristián Campos regresó el sábado desde México. En el país azteca realizó labores relacionadas con su representación de la Cámara Baja.
A poco de aterrizar en la zona, su esposa Karen Cortés (30), estudiante de quinto año de Ingeniería Comercial, lo estaba esperaba en su casa, ubicada en el sector Brisas del Sol. Sin embargo, aunque feliz, a la esposa de Campos algo le molestaba y así se lo hizo notar a su marido. La molestia radicaba en que Alicia Yáñez, esposa de Marcelo Rivera, declaraba públicamente ese día que el parlamentario PPD la había despedido por la radio como su jefa de gabinete y calificaba al diputado por Talcahuano y Hualpén como soberbio. "Quiero responder", le dijo a Campos.
Bajo ese contexto, fue el diputado Campos quien contactó a diario El Sur para conversar la posibilidad de darle un espacio a su señora. "Ella me pidió hacerlo, porque está aburrida de los ataques", destacó el parlamentario de oposición.
La entrevista se concretó a mediodía de ayer, en su domicilio. Campos tenía agendada actividades de campaña en la calle.
Tras ese episodio, Karen Cortés aparece en el comedor del inmueble, se sienta a la mesa y respirando profundo, dijo estar nerviosa. Sólo le pedimos calma.
Aseguró que nunca se imaginó dar una declaración en base al quiebre de las relaciones entre su marido y los Rivera, pero que lo señalado por Alicia Yáñez fue la gota que rebalsó el vaso: "Tengo rabia con la familia Rivera", acotó.
--Cuando conocí a Cristián, aparte de lo político, él siempre me dijo que había una relación de afecto con Marcelo Rivera. Cuándo murió su papá, él cumplió un rol de padre para mi esposo. Se dice que Cristián se alejó de Rivera por el juicio, pero la verdad es yo, como esposa de él, le dije que tenía que apoyarlo, a pesar que mucha gente le dijo que se alejara. Esto fue cuando partió el juicio en primera instancia.
--Cuando se abrió el juicio contra Rivera, habían dos investigaciones, la que pesaba sobre Cristián y la de Rivera. Pero Cristián priorizó siempre lo que le ocurría a Marcelo y todos los hualpeninos lo saben, lo personal pesó por sobre lo político. Como padre también, Marcelo para Cristián siempre fue una figura y cuando hoy sale Alicia Yáñez diciendo que mi esposo es soberbio, me choca. El quiebre viene desde hace unos dos años, cuando a cargo de la municipalidad estuvo Miguel Rivera y luego Fabiola Lagos. Ambos comenzaron a cerrarle puertas. No soy política pero me doy cuenta y como su señora, siempre le preguntaba. Cristián siempre descansó en que Alicia Yáñez era su jefe de gabinete, porque era un compromiso que tenía con Marcelo y dejó en ella la responsabilidad de la oficina de Hualpén. Siempre vi que las cosas no funcionaron en Hualpén a diferencia de Talcahuano, donde la oficina si es activa. Lo que pasa es que no querían que nadie tuviera una cuota de poder más que Marcelo Rivera. Cuando la señora Alicia dice que la despidieron por la radio es absurdo, porque ella el día anterior había ido a la oficina a sacar sus cosas. En el mundo privado eso se llama auto despido y ella hace tiempo que trabajaba en un proyecto personal.
--Claro, porque ésa (familia Rivera) es una microempresa. Más que un proyecto colectivo que tenga el fin de trabajar para los huelpeninos, se prioriza el tema personal. Hualpén ha estado estancado en el último tiempo y los proyectos no han avanzado. En vez de preocuparse de los vecinos, están tan preocupados de mantener su núcleo de poder, que al final se olvidan que el proyecto colectivo es más que su proyecto personal. Ahí vemos que esto se transforma en una microempresa donde ellos no quieren que nadie entre. Nadie puede tener más poder que Marcelo Rivera. Ahí es cuando mi esposo discrepa, porque siempre ha trabajado para la gente. En este caso Marcelo nos daña como familia.
Le dije a Cristián que yo quería dar esta entrevista porque para él no es tema. Él está centrado en trabajar como lo ha hecho todo este tiempo. Lamentablemente en Hualpén, durante la época que estuvo Alicia Yáñez en la oficina fue ineficiente. Si me hablan a mí de la soberbia, es cuando te das por ganador y esto se define el 17 de noviembre. Si bien hay costos electorales que pueden darse, lo de Cristián es un proyecto que va más allá de lo personal, con la idea de que a Talcahuano y Hualpén le vaya mejor.
-
-Cuando Cristián me dijo que Marcelo fuera el padrino de nuestro hijo, dado el cariño que había, no hubo problema. Pero hoy la situación está quebrada. Porque tú no le haces daño a quien dices tenerle afecto. Cuando Alicia sale en el diario y dice que es soberbio y hay vanidades, eso no es querer a alguien. Mi hijo tiene cuatro padrinos. Entonces, si me preguntan si yo sabía que esto iba a pasar, lo tenía claro. Cristián Campos no es una persona vanidosa.
-Sí, totalmente. Es una de las causas del quiebre. Porque primero está bloqueo en Hualpén, donde incluso antes no nos invitaban a las actividades pero hoy nos echan. Lo otro fue cuando en la causa del Tribunal Electoral, Marcelo Rivera salió defendiéndose y culpó de lo que lo imputaban a Cristián y a César Arriagada (ex administrador municipal). Para mí esas cosas cuando hay afectos., no se hacen. Sobre todo cuando mi esposo en primera instancia lo apoyó.
-No, tajantemente no. Las cosas que se están haciendo en Hualpén no son las mejores. Entonces, en el fondo, para mí hay un antes y después y la relación se quebró. A lo mejor Cristián puede tener menor experiencia política que él, pero niño no es. Cristián se ha ganado su espacio y con mucho trabajo. Mi marido es muy tajante con sus decisiones y para él no hay una vuelta atrás. Para mí tampoco, porque ya sabía que pasaría esto.