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Apatía juvenil y participación es más un mito que realidad

Si bien el interés en política es bastante menor según la encuesta del Injuv, los jóvenes participan en organizaciones donde muestran su compromiso con los temas sociales.

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No van a votar, ni se inscriben en partidos. No tienen opinión sobre el devenir de su país y están más preocupados de sus intereses particulares que de los grandes problemas nacionales. Los asuntos públicos no están entre sus inquietudes. ¿Será esta una caracterización real de los jóvenes de hoy? Al parecer no es tan así, pues estamos midiendo a los jóvenes de hoy con parámetros del pasado.

Según la Séptima Encuesta Nacional de la Juventud, un 81% de los consultados -personas entre 15 y 29 años de edad- está poco o nada interesado en política. No sólo eso, un 59% ni siquiera conversa sobre el tema. Este porcentaje crece a medida que aumenta la edad y el segmento socioeconómico, es decir, la suma de años, educación, dinero y tiempo genera mayor interés en estas materias.

Con todo, que uno de cada cinco jóvenes no se interese en política podría ser reflejo de la apatía tantas veces criticada. Sin embargo, hay otra mirada, un enfoque más optimista. El sociólogo Valentín Vergara Hidd, académico de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad San Sebastián, dice que en su opinión no existe tal apatía. "Considero que hay una inquietud permanente por la política, aquella a la que se referían los griegos, esa preocupación por los asuntos públicos. A partir de esta preocupación se han instalado en la discusión pública temas como la educación, la salud y el sistema previsional. Esto me parece que fortalece la democracia".

Pero lo jóvenes en concreto se han alejado de los partidos y de los políticos a los que ven con distancia. El académico agrega que esas formas de participación "no atraen a gran parte de los que somos menores de 30, de los que nacimos en democracia. Personalmente se lo atribuyo a que esas vías no han resultado ser efectivas para generar cambios en ningún ámbito de la sociedad, ya que se debe reconocer que en gran medida la participación política surge a partir del deseo de cambiar las cosas. Me parece que los idealistas puros se quedaron en el siglo pasado".

OTROS GRUPOS Y FORMAS

La irrupción de las redes sociales es un factor que se debe considerar al analizar este tema. El profesor Vergara plantea que influyen los cambios en las formas de comunicación y de distribución de información que se han dado en los últimos diez años. No obstante, "no me atrevería a hablar con tanta soltura de participación política a través de redes sociales".

Agrega que la participación política se efectúa dentro de estos grupos. "Ciertos sitios web han hecho más evidentes estas relaciones entre distintos individuos, pero nuevamente, no han posibilitado la participación política, sólo le han dado nuevos soportes y formas distintas de manifestar inquietudes de la esfera política que siempre han estado presentes".

Y así como han cambiado las formas, también ha variado el espacio en que los jóvenes se expresan como seres sociales. De acuerdo a la encuesta del Injuv, un 45% ha participado en algún grupo en el último año como clubes deportivos, centros de alumnos, movimientos de scout, entre otros. Vergara plantea que existe un interés por involucrarse en los asuntos públicos, "un interés compartido por casi la mitad de los jóvenes. Si pensamos en el contexto de nuestra sociedad y en particular el contexto al que se enfrenta este grupo etario, donde no hay una valoración significativa de la vida en comunidad, de la pertenencia a un grupo por sobre los temas individuales, la proporción de jóvenes que participa de organizaciones adquiere una especial relevancia".

A partir de lo anterior, el docente sostiene que, a pesar de que nuestra sociedad nos empuja hacia una forma de vida más individualista y sin una preocupación importante por el entorno, "nuestra naturaleza de seres sociales se manifiesta y nos hace participar. De forma casi espontánea surgen temas emergentes a nivel social, temas que los jóvenes hacen propios y que realmente les pertenecen. De no ser ellos, quienes están en la mayoría de los casos alejados de la vorágine del mundo laboral o de las responsabilidades adultas, es muy complicado que alguien más tome la responsabilidad de mejorar nuestra sociedad a través de la participación política, formal o informal".

EDUCACIÓN CÍVICA

Al debatir sobre las causas de esta aparente apatía política, la educación surge como uno de los factores. Muchos recuerdan que, por ejemplo, Educación Cívica era antaño una asignatura obligatoria en enseñanza media.

Al respecto Carmen Paz Soto Caro, directora de Pedagogía Media en Historia y Geografía de la USS, dice que aunque ya no está la asignatura, la participación y formación ciudadana son objetivos fundamentales y transversales que se deben trabajar con los alumnos.

"Los profesores que se dedican efectivamente al tema de formación ciudadana son los profesores de Historia, que se preparan en los 13 estándares puestos por el Ministerio de Educación, uno de ellos es formación ciudadana".

La académica, coincide con el sociólogo en que participar va mucho más allá de ir o no a votar. "Cuando hablo de participación ciudadana, digo que los países que no cuidan su democracia la terminan perdiendo y que la falta de participación es un arma de doble filo, que los jóvenes no participen en los procesos eleccionarios, pero no sólo eso, debe importar que no participen en las organizaciones sociales, que no conozcan a quiénes los representan, a quiénes han votado las leyes. Esa desinformación se traduce en baja participación".

Con todo, la mirada es optimista pues, según Vergara, hay inquietud por la política. El nivel de interés, por lo menos en las vías formales de participación, lo veremos en noviembre próximo.

Cómo crear un clima de amor

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Pasar tiempo juntos es una necesidad para fortalecer la unión, constituyéndose en el elemento principal para reconocerse, redescubrirse y reinventarse como pareja, amigos y compañeros de vida.

La dinámica diaria limita a buscar encuentros que mantengan viva la ilusión, el romanticismo y la pasión por la pareja. No obstante, cuando se ama y se tiene consciencia de que el amor en un práctica diaria, es necesario intensionar aquellos momentos que recuerdan el porqué un día decidieron estar juntos.

La clave para construir un clima de amor entre las labores domésticas, el estrés laboral y la presencia de los niños, es asumir un compromiso y la colaboración mutua para hacer de lo cotidiano algo extraordinario.

Buscar instancias de demostración de afectos requiere sólo de un poco de creatividad, pudiendo lograrse a través de pequeños recados de amor, mails, evocaciones de algún momento agradable y/o cualquier acto que valide que son más que dos personas juntas.

Lo anterior no cómo un acto mecánico de seguridad, celos y/o cuidado por el otro, sino como una demostración de amor, pasión y sentido de romanticismo con la relación. No es lo mismo preguntar "llegaste bien" a "amor que tengas un buen día", o "¿necesitas que lleve algo?" a " amor, ¿te parece pase a comprar algo rico para cenar?".

No basta con expresiones de afecto para aniversarios, cumpleaños y fechas especiales, para lograr el objetivo de amor real se

requiere de un compromiso diario de afectividad, prosperidad y permanentes

estallidos de incondicionalidad por el otro.

El lenguaje, la forma y las conductas no verbales enmarcan un clima de armonía en un hogar y en especial en la pareja. Con esto no sólo puede conseguir aumentar su amor y sentido de pertenencia con su relación, sino forjar una intimidad de comprensión, seguridad y felicidad mutua.

Finalmente el amor es eso, un sentimiento que no puede ser suscrito entre cuatro paredes sino a través de una permanente renovación de votos por él otro.

Carola Navarrete Kelly,

psicóloga