Llega testimonio de los zoológicos humanos
El realizador Hans Mülchi indagó en la dramática historia de personas de diversas etnias autóctonas que en el Siglo XIX fueron llevadas a Europa para ser exhibidas como curiosidades de feria
A principio de este mes se estrenó en ocho ciudades del país el documental "Calafate, zoológicos humanos", del director chileno Hans Mülchi, que relata la inhumana práctica colonialista, muy corriente a fines del siglo XIX, de secuestrar a personas de etnias exóticas para exhibirlas en Europa como parte de las nacientes exposiciones internacionales. Aquel trabajo es el que se podrá ver hoy, a las 19 horas en la sede local de Balmaceda Artejoven como parte de la muestra nacional Miradoc.
¿QUIÉN ES EL SALVAJE?
Gracias a una comunidad científica con una mirada prejuiciosa y soberbia, y al accionar de inescrupulosos comerciantes amparados por gobiernos negligentes, el público europeo se agolpaba para ver "salvajes" en ambientaciones forzadas y patéticas que el imaginario occidental les adosaba. Alimentados con carne cruda de caballo y alojados en recintos precarios, fueron enfermando progresivamente.
La cinta de Mülchi narra las vicisitudes que entre 1878 y 1900 vivieron tres grupos de aborígenes patagones -de las etnias tehuelche, kawésqar y selk'nam-, que fueron conducidos a la fuerza al Viejo Continente, desarraigándolos violentamente de sus entornos, sufriendo maltrato y contrayendo enfermedades como tuberculosis, viruela, sífilis y disentería que a muchos de ellos llevaron a la muerte.
Fue a partir de la investigación del historiador chileno Christian Báez, quien junto a Peter Mason, un colega inglés, descubrieron en 2002 una serie de fotografías de los afectados, que fueron tomadas en diversos parques, exhibiciones y ferias en ciudades como Hamburgo, Bruselas, Londres, Berlín y París. Ese material le pareció a Mülchi digno de llevarse al formato documental, como él mismo señaló en su presentación en el Cine Condell de Valparaíso: "El motor fue denunciar, mostrar, develar un hecho olvidado de la historia de Chile, además generar una reflexión sobre quiénes somos".
El relato se divide en dos partes, la primera es la denuncia de lo acontecido y el recorrido por Europa que emprende en febrero de 2008 el director siguiendo las huellas donde estuvieron y fueron exhibidos los aborígenes patagones, el fin de este viaje los lleva a la Universidad de Zúrich, donde descubren las osamentas de cinco de ellos; la segunda parte del documental se centra en dos mujeres kawésqar -Celina Llanllán y Haydeé Águila-, que asumen la necesidad de regresar a su hogar los restos de sus antepasados luego de 123 años, además de atestiguar el largo vía crucis que debieron seguir para conseguir esto, en medio de numerosos problemas administrativos. El director asevera: "Las autoridades gubernamentales se movieron del oportunismo a la negligencia, pasando por el aprovechamiento político" .
RESCATAR LA MEMORIA
"Un ser humano siempre identifica a otro ser humano" esa frase, dicha por una historiadora alemana que conocieron en el proceso del documental, se le quedó grabada a Han Mülchi y hoy cree que define perfectamente lo que se entiende por respeto al otro sin caer en la caricatura.
Dedicada a la memoria de Anne Chapman y las abuelas del sur, "Calafate…", confiesa su director, estuvo a punto de no tener un buen final ya que autoridades regionales de la Conadi no querían que filmaran las últimas escenas cuando restituyen las osamentas a su tierra natal. "La cultura fueguina es matriarcal, las abuelas son las que mandan y gracias a ellas pudimos terminar el documental, ya que tuvieron un consejo de emergencia en el que nos autorizaron a rodar las últimas escenas, incluso después nos invitaron a comer con ellas", dice.
Tan buenas fueron las relaciones que mantuvieron con las abuelas, que Mülchi tiene planes de volver a la zona para registrar un documental sobre un viaje que hará con Celina Llanllán: "La señora Celina es una lección de humanidad, haremos con ella y su madre un viaje en barco contando su historia de niña que a los doce años es separada de su familia y llevada a Punta Arenas; recorreremos los lugares donde nació, creció y donde está enterrada su abuela, el nombre es 'Alas de mar' y esperamos tenerla lista antes de 2015".