"Tenemos que mirar la pobreza con su cara, con su particularidad"
Según Cecilia Ponce, aún no se visibiliza la realidad de quienes viven en situación de pobreza y discapacidad mental o psíquica. Mostrarla y hacerla presente es lo que ella define como un desafío para Chile.
En Chile hay 81 mil personas con discapacidad mental o psíquica, que viven en situación de pobreza. De ese total, diez mil son de la Región del Bío Bío. "Según un estudio que hemos hecho como Hogar de Cristo, sólo el 3% de esos diez mil recibe una atención social, o sea, es una brecha tremenda", afirma la directora ejecutiva del hogar en la Región, Cecilia Ponce.
Según la representante, en ese sentido, existen varias necesidades, "porque, hoy en día, el presupuesto para el ítem de salud mental es del 3% del total, cuando debería ser del 5%, al menos. Eso lo transforma en el más bajo de América Latina", afirma.
Pero, sin dudas, para ella lo más importante en la actualidad es que haya una caracterización de las personas que viven con discapacidad mental o psíquica, porque la última encuesta para conocer esa realidad se hizo en el 2007. "Con una encuesta más real se generar propuestas, acciones y políticas sociales", sostiene. Y ése es uno de los principales objetivos del Hogar de Cristo, a través de los programas de la fundación Rostros Nuevos, que se iniciaron recientemente de manera local.
DOBLE VULNERACIÓN
Hace 17 años, en las hospederías del Hogar de Cristo de la Región Metropolitana, nació Rostros Nuevos. Allí se atendían a muchas personas que, además de vivir en la extrema pobreza, tenían alguna discapacidad mental y psíquica. Hasta ahora la fundación ha trabajado fuertemente en Santiago, promoviendo programas ambulatorios para las personas con discapacidad mental o psíquica, y también existen algunas residencias y hogares protegidos allá.
En el 2012 se pudieron dar algunos pasos de avance, generando programas en Valparaíso y Curicó; y este año en Concepción y Curanilahue, los que fueron inaugurados el recién pasado 10 de septiembre.
Serán dos los programas que se llevarán a cabo. Uno está dirigido a las personas con discapacidad mental o psíquica y que viven en situación de calle, y otro de atención familiar. "Esto es una buena noticia, porque vamos a visibilizar la realidad social con la que viven miles de personas con discapacidad mental y psíquica, y eso es algo urgente, porque es una realidad que no ha sido atendida ni desde el Estado ni desde la comunidad. Es una realidad social que no hemos visto: no tiene programas sociales, ni fundaciones trabajando directamente con ella", asevera.
-Hay una doble situación de vulneración y exclusión. Para las familias que están en la pobreza y tienen un integrante con discapacidad mental o psíquica, sin apoyo se les hace mucho más difícil salir adelante. Se requiere de apoyo psicosocial, pero también se requieren redes para entender la enfermedad y por otro lado, conocer cuáles son las redes de apoyo.
Creo que está la necesidad de crear una ley de salud mental, que promueva la inclusión. Como gobierno no se ha trabajado en eso y hay muchas áreas que la comunidad no ha visto. Pero la realidad de los más pobres es una donde careces de redes, de información y no sabes dónde ir.
-Si no están dados los canales para lograr integrar a la persona con discapacidad, se genera una limitación más grande. Lo que debemos tener claro es que las familias que tienen un integrante con discapacidad mental o psíquica, quieren para su ser querido lo mismo que nosotros queremos para aquellos seres que son importantes para nosotros: que sean queridos, aceptados, integrados, que desarrollen sus talentos, que encuentren un trabajo. No los queremos escondidos, ocultos, sin redes y solos.
Y ese es el gran desafío que tenemos con los programas de la fundación, y es el gran desafío que tienen las familias.
-No se puede fortalecer un trabajo que genere dispositivos de atención ambulatorios y que apoyen directamente a las familias que tienen algún miembro con discapacidad mental o psíquica. Tampoco hay fondos para que las fundaciones puedan trabajar en esa línea.
Es decir, se restan las posibilidades de lo que se pueda hacer, ya que, además, hay pocas fundaciones y ONG, trabajando.
BRECHAS
Si bien hay una brecha grande entre el total de discapacitados mentales o psíquicos que viven en situación de pobreza y la poca cantidad que son atendidos en algún programa social, la otra brecha enorme que Cecilia Ponce asegura que existe, es que de los 81 mil que hay en todo Chile, la fundación Rostros Nuevos sólo alcanza a atender a 830 personas.
Por lo mismo, aclara que "sabemos que la fundación no va a solucionar el tema, sino que la solución está por visibilizarlo, por mostrar la realidad, y que hayan otros actores que se sumen al trabajo".
-A nivel latinoamericano, somos uno de los países que menos hemos avanzado en lo que es discapacidad mental con los más pobres.
Hemos hablado de que la pobreza en Chile ha disminuido. Efectivamente hay menos pobres en términos de números y porcentajes, pero en la Octava Región en las últimas tres mediciones de la Casen, hemos subido.
Aunque se haga esa reflexión, y digamos que la pobreza a nivel nacional ha disminuido, debemos darnos cuenta de que existen nuevas realidades. Antes hablábamos de la pobreza en forma general, hoy día tenemos personas que viven en situación de pobreza que están en situación de calle, personas que viven en situación de pobreza y están discapacitados, por ejemplo.
Y hay que empezar a mirar la pobreza así, con un rostro, con una temática. Ése es el desafío que tenemos como país y es lo que sentimos como hogar: tenemos que mirar la pobreza con su cara, con su particularidad y su individualidad.
Mañana, viernes 13 de septiembre, se realizará la colecta nacional de la Fundación Rostros Nuevos.
La directora del Hogar de Cristo, Cecilia Ponce, espera que se pueda contar con la presencia y trabajo desinteresado de 200 voluntarios, que estarán repartidos en distintos puntos a lo largo y ancho del país, para recibir el aporte de quien desee colaborar.
Ponce cuenta que gracias a las dos colectas nacionales anteriores, que la entidad que ya lleva 17 años de trabajo en Santiago, pudo extender sus programas a Valparaíso, Curicó y, posteriormente, a Concepción y Curanilahue.
"En esta oportunidad, ojalá pudiéramos reunir cuatro millones de pesos con la colecta; porque ésa es una cifra importante para una fundación que está partiendo en Concepción, y nos permitiría fortalecer lo que estamos iniciando", sostiene.